Cuando decidimos visitar Indonesia y ponernos manos a la obra con las rutas y visitas, teníamos claro que uno de los lugares obligatorios á visitar sería Borneo; más concretamente la zona de Kalimantan para ver orangutanes en libertad.

Borneo es una de las islas más grandes del mundo (si no me equivoco, la tercera más grande) y está dividida en 3 países: Malasia, Brunei e Indonesia.

Una vez decidido esto, tocaba ponerse a buscar con quien hacer el tour… No es tarea fácil, ni barata… Lo que os vamos a contar a continuación se basa única y exclusivamente en nuestra experiencia y en lo que nosotros vivimos allí.

Para llegar a Kalimantan (la zona donde está el parque nacional Tanjung Puting) debéis volar a Pangkalanbun. Nosotros compramos el vuelo a través de tiket.com que es una de las intermediarias para comprar vuelos internos en indonesia.

Debéis de saber que por mucho que os vendan la moto de que son 3 días… bueno pues no… realmente son 2 noches en el kotlok (el barco de madera en el que dormiréis si optáis por este tipo de tour) y dos días visitando 3 campamentos del parque nacional.

Nosotros después de contactar con varios guías y agencias, nos decidimos por contactar con Ary vía WhatsApp (si alguien quiere su contacto que nos envíe un mensaje; también podéis buscarlo en Facebook: Ary Widy). Nos decidimos por él porque es uno de los que mejor habla castellano allí y además tiene precios (mejor dicho tenía) en comparación con el resto. El caso es que después de varias conversaciones negociando precio y sobre todo dejando claro que queríamos que el fuese nuestro guía y viniese con nosotros en el barco, el precio establecido fue de 5.200.000 rupias.

Unos meses después me decido a escribirle para reconfirmar, y me dice (literalmente): «tio tienes que cambiar viaje, el día 26 de junio aquí es fiesta y no trabajamos»… la fiesta de fin de ramadán… después de varios mensajes me dice que si quiero que trabaje esos días me cobra el doble… así que decidimos cambiar todo nuestro planning y comenzar el tour el día 28 de junio.

Para llegar a Borneo nosotros cogimos el vuelo en Semarang; un avión de hélices (nunca habíamos volado en un avión tan pequeño) de la compañía Air Wings. Todo correcto hasta ahora, llegamos con un pequeño retraso y Ary nos estaba esperando en el aeropuerto…

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Ya nada más llegar empezaron a olernos las cosas raras porque nos dice que tenemos que esperar a otros grupos que tiene… una pequeña espera nos dijo. Esa pequeña espera resultó ser casi hora y media. Allí conocimos a una pareja de vascos; Sergio y Ainara (por favor si leéis esto, poneos en contacto con nosotros, no pudimos despedirnos !!) que nos cuentan que Ary también les dijo que sería su guía… Claro mi mosqueo era ya evidente.

Cuando reúne a todo el mundo nos distribuye en taxis y nos llevan a la zona del puerto de Kumai desde donde saldremos a comenzar la navegación por el río Seconyer.

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Al llegar, nos enteramos de que Ary no va a venir con nosotros en el barco; nos manda en un barco con alguien que dice que es su primo, que está aprendiendo español. Pero es que nosotros aun tuvimos suerte, porque a la pareja de vascos, los mandó con alguien que no es que hablase español es que ni siquiera hablaba inglés.

Le dije a Ary que eso no era en lo que habíamos quedado y nos dijo que bueno, que es una familia con niñas necesitaba que fuese con ellos. No nos gustó nada eso, porque nos había asegurado varias veces que si, que vendría con nosotros ( a nosotros y a todos los demás).

Nos montamos en el kotlok bastante enfadados la verdad; no nos gusta que nos mientan y que utilicen artimañas para conseguir clientes.

No se podía hacer nada así que intentamos olvidarnos un poco del tema y empezar a disfrutar de la aventura por las selvas de Borneo.

El Kotlok, básico pero suficiente para vivir una bonita experiencia. Tenemos que deciros que el que Ary dice que es su primo (que por cierto, no lo es) es una persona encantadora. Un guía atento, pendiente, que estudia español por su cuenta y que sueña con vivir unos meses en España para mejor su español y poder montar su propia empresa (ojalá tenga suerte). Tanto para el como para el resto de la tripulación solo tenemos buenas palabras ya que hicieron que nuestra estancia con ellos fuese de lo más agradable.

Nada más subir nos sirven un refresco fresquito y empiezan a preparar la mesa repleta de comida a base de arroz, ensalada, pescados, tofu… Todo riquísimo la verdad.

Comenzamos la navegación algo más relajados al ver la entrada al parque nacional y empezar a ver los primeros animales. Nos avisan de que hay un cocodrilo que saca la cabeza tímidamente…

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De repente; y sin esperarlo, los primeros narigudos !! mira que son feos eh ! pero de los feos que son, resultan muy graciosos.

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En este primer tramo de navegación el río es bastante ancho y con una vegetación menos densa pero poco a poco te vas desviando y la vegetación va cambiando haciéndose muchísimo más densa.

Llegamos por fin al primer campamento: Tanjung Harapan. Allí tras caminar un poco por dentro de la selva nuestro guía nos explica un poco que los orangutanes son animales más bien solitarios y nos cuenta el drama que se viven en algunas zonas debido a la deforestación ocasionada por las empresas que viven del aceite de palma.

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Llegamos a la plataforma y dos trabajadores del parque depositaron cientos de plátanos en la plataforma y se empezaron a ver a varios orangutanes moviéndose de árbol en árbol.

Mentiría si os dijese que mi primera impresión al llegar a la plataforma no fue un poco de decepción… el ver unos bancos de madera y esa plataforma me hizo pensar en que era un poco circo… y quizá un poco si lo sea.

Pero cuando empezaron a acercarse los primeros orangutantes se me pasó todo, decepción y mosqueo inicial incluidos. La sensación de ver animales en su hábitat natural tan cerca de ti es emocionante, una sensación de adrenalina te recorre todo el cuerpo.

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Estábamos alucinados viendo a un orangután cuando de repente un macho alfa hizo que desapareciesen todos y se quedase solo en la plataforma. Son tan feos, que de los feos que son te parecen hasta monos (nunca mejor dicho !!!).

Tan solo se acercó al rato una hembra con un pequeño bebé colgado…

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Increíble la cantidad de plátanos que se pudo comer allí mientras que muchos lo miraban temerosos y algún valiente le robaba alguna pieza.

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Cuando ya se cansó de comer, el macho alfa se fue y dejó que se acercase el resto a comerse las sobras…

Después de un buen rato recreándonos viendo como muchos de ellos saltaban de árbol en árbol y viendo como el macho se divertía entre dos árboles.

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La experiencia fue maravillosa. Estar tan cerca de estos animales es algo que hay que vivir para poder expresarlo mejor.

En esta zona de Indonesia hay unos 6000 ejemplares de orangután, pero desgraciadamente ese número disminuye día a día debido a la deforestación. Gracias a estos campamentos y centros de recuperación hacen que ese número de decrecimiento no sea mayor.

Por cierto, a Ary en este primer campamento nosotros lo vimos solo de pasada. En ningún momento se acercó a nosotros a preguntar o explicarnos nada. (Ojo, no digo que con el resto de personas / grupos haga lo mismo).

Volvimos de nuevo al kotlok y estuvimos un buen rato viendo narigudos. Al caer la noche atracamos en una orilla, cenamos a la luz de las velas (no queríamos encender luces para que no nos devorasen los mosquitos) y después de una interesante charla con nuestro guía, enseñándole nuevas palabras en castellano y viendo las estrellas en un cielo limpio y claro, nos fuimos a dormir bajo la mosquitera escuchando los sonidos de la jungla.

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