Como os hemos contado muchas veces; una de las cosas que más nos gusta de Estados Unidos son sus fabulosos parques nacionales y la fabulosa manera de gestionarlos que tienen.
Así que durante este viaje por Florida no podíamos dejar de acercarnos, aunque tan solo fuese a echar un vistazo, ya que teníamos el tiempo bastante concentrado.
Teníamos por delante algo más de 6 horas de coche así que nos levantamos muy temprano y desayunamos por el camino en un restaurante de la cadena IHOOP. No lo habíamos probado nunca hasta ahora, nos pedimos unas tortitas (a compartir) tan enormes que no las pudimos terminar.
El resto del camino, con otra parada para repostar y estirar las piernas.
Llegamos sin incidencia alguna a nuestro motel de Florida City, y no nos dejaron hacer el check inn porque eran las 13 y hasta las 16 no dejaban.
Booking.comAsí que decidimos ir a comer al lado del motel, en un restaurante recomendado: Sonny’s BBQ donde pudimos probar unas deliciosas costillas a la barbacoa que estaban realmente buenas. Mira que hacen bien las costillas estos americanos.
Al igual que con los cayos de florida hay muchas empresas que gestionan tours desde Miami para visitar los everglades y volver.
Como siempre, aconsejamos alquilar coche en Estados Unidos, conducir allí es muy sencillo y la libertad que te da el coche es increíble.
Cogimos el coche y nos pusimos rumbo a visitar el parque nacional de los Everglades.
Este parque nacional es un bosque sub-tropical que cuenta con más de 6000 kilómetros cuadrados. Es un conjunto de ciénagas, zonas pantanosas, bahías, manglares… imposibles de abarcar en su totalidad.
Este lugar es único en el mundo, de hecho es una de las zonas más protegidas de Estados Unidos (no hay que olvidar que es una zona de huracanes importantes) y además de estar declarado Patrimonio de la Humanidad, es Reserva de la Biosfera y además Humedal de Interés Internacional.
Ya sabéis que si lleváis el pase anual de parques nacionales la entrada está incluida, si no la entrada cuesta 25 dólares (por coche, no por persona).
También os diré que no encontramos a nadie que nos cobrase la entrada.
Antes de comenzar nuestra visita paramos en un sitio curiosísimo que nos había recomendado la instagramer @alomiami, el sitio se llama «Robert is Here» y no sabría muy bien cómo definirlo… en principio es una especie de lugar donde venden unos zumos naturales de frutas hechos al momento que están muy pero que muy buenos.
Pero no solo eso, venden fruta tropical y al parecer en la parte de atrás (a esta parte como ya íbamos advertidos no fuimos) hay animales.
Lo primero que hicimos en nuestra visita al parque, es la actividad que se considera imprescindible cuando se visitan los everglades: el paseo en Air Boat.
Lo hicimos con la única empresa que nos dio disponibilidad y que estaba abierta: Alligator Farm. Ojo porque está antes de entrar en los everglades. Si venís desde Florida, no hay que desviarse hacia Everglades sino seguir recto.
Cuesta alrededor de 24 dólares por persona (nosotros pagamos 3 menos porque nos hicieron descuento).
La actividad fue muy divertida, aunque a mí particularmente me pareció demasiado corta, pero nos contaron que cada vez protegen más la zona (lo cual me parece estupendo).
Es una buena manera de ver los manglares y el humedal desde dentro, además de ver algún aligátor y alguna ave.
Después del paseo nos fuimos de nuevo al coche ahora sí a visitar el parque.
Como os decía, tras pasar el mítico cartel del parque nacional (todos los carteles de los parques nacionales de Estados Unidos son así), no encontramos a nadie en las garitas que nos cobrasen la entrada, así que seguimos hacia dentro.
En este enlace encontraréis un mapa del parque para preparar lo necesario para vuestra visita.
Nosotros paramos en Long Pine Key para hacer el pequeño paseo por la pasarela de madera, ahí pudimos ver dos grandes aligators y hacernos una idea de algunos de los paisajes de los everglades.
Por cierto, nosotros fuimos en marzo, y hacía un calor importante… Si vais en verano podéis encontraros con que haya zonas cerradas porque hay mosquitos como aviones…
Nosotros seguimos hasta el Flamingo Visitor Center porque habíamos leído que era una buena zona de observación de manatíes. A pesar de que el centro lo encontramos cerrado (y con aspecto de abandono todo sea dicho, no sabemos si debido al huracán que había dejado la zona muy mal unos meses atrás).
Estábamos solos; y cuando digo solos es literal, no había ni un solo coche más… Pero la suerte estuvo de nuestro lado y pudimos ver dos manatíes detrás del centro de visitantes.
Volvimos al coche ya deshaciendo el camino y nos metimos por algún camino de esos que te dan como mal rollito… pensando, anda que como salga algún bicho por aquí, a ver quien te encuentra… Así que después de hacer algunas fotos nos volvimos al coche.
Hicimos un par de paradas más, en la que veíamos mucho manglar pero ningún bichillo más.
Como curiosidad os diremos que en este parque habita la pantera, que está prácticamente al borde de la extinción así que es muy complicado que podáis verla…
Dimos por concluida nuestra visita y la verdad que sorprendidos, porque no tenía yo muchas expectativas con este parque. Tenía la sensación de que tanto manglar no sabía si nos iba a gustar pero la verdad es que nos ha sorprendido muy gratamente. De hecho, lo consideramos una visita más que recomendable.
También se puede visitar desde Miami por su entrada este pero aquí si que hay muchísima más gente siempre ya que está a tan solo una hora de Miami.
Llegamos al motel y tuvimos una anécdota bastante desagradable con el personal de recepción ya que no encontraban nuestra reserva y querían que pagásemos una nueva (ya estaba pagada). Tuve que encargarme yo personalmente de llamar por teléfono para solucionar el tema (además de ponerme bastante borde). Finalmente apareció mi reserva (así, de repente…). Esta noche la teníamos reservada con hoteles.com, y mi reserva con ellos estaba correcta y cobrada… al parecer (o eso nos dijeron) es que si liaron con mis apellidos… Lo que creo es que una de las chicas estaba de prácticas y la otra no tenía ganas de mover el culo.
Como ya era hora de cenar, nos fuimos a un italiano cercano al hotel, el Capri Restaurant.
Nos fuimos a dormir bastante cansados y con ganas, que al día siguiente madrugábamos de nuevo para irnos a recorrer los Cayos de Florida.
Hola.
Muy interesante vuestro comentario.
Una cuestión: os alojasteis en un motel de Florida City. Dicen que es una de las ciudades más peligrosas de Estados Unidos… ¿No os dio mala impresión?
Gracias.
Tomás
Nosotros no tuvimos ningún problema. AL final hay que tomar ciertas precauciones como en cualquier gran ciudad. Pero no es el mejor motel en el que hemos estado.