Cuando empezamos a planear los días en Tokio, una de las cosas que nos apetecía era visitar la subasta del atún del mercado de Tsukiji; así comenzamos a preguntar y a leer… Finalmente lo descartamos tras hablar con Verónica y con nuestra amiga Mónica del blog Notas en mi libreta viajera; ya que ellos fueron a las 4 de la mañana y no tenían ya sitio… así que preferimos no madrugar tantísimo (o no acostarnos… depende…).
La subasta se realiza de 5 a 6:30 de la mañana; y por lo que hemos ido leyendo últimamente; los “boletos” para entrar se terminan prontísimo… por lo que u os acostáis temprano o vais sin dormir… Nosotros como os hemos dicho, descartamos la posibilidad de intentarlo.
A eso de las 8.30 llegamos a la zona del mercado, y la zona exterior era un hervidero de gente, de vendedores, de locales, de turistas..
Estuvimos paseando por las calles y callejones, viendo las variedades de pescados, mariscos, frutas, accesorios, cuchillos…
Nos paramos en un puesto a ver como cuidadosamente cortaban el atún rojo para venderlo en dados perfectos…
Decidimos probarlo, completamente crudo… (tengo que decir que éramos algo reticentes a esto…) pagamos 300 yenes por 50 gramos y tengo que decir que estaba realmente bueno y sabroso; nada que ver con lo que yo pensaba antes de probarlo.
Antes de seguir por la zona exterior fuimos a lo que es la zona interna, el mercado de pescado propiamente dicho; para ver aunque fuese, como iban recogiendo…
El mercado es enorme; mucho más de lo que os podáis imaginar. De hecho, visitar el mercado de Tsukiji es visitar el mercado de pescado más grande del mundo, en el que se mueven al día unas 3000 toneladas de pescado.
Estuvimos paseando un poco por los pasillos, mas bien viendo como muchos de los puestos iban recogiendo ya; viendo algunas piezas de pescado y marisco de gran tamaño.
Por cierto está pensando que a principios de noviembre; este mercado tan conocido cambie su ubicación; o al menos, los mayoristas… no está tan claro que los puestecillos y restaurantes quieran hacerlo. Gracias a Verónica Paz, por la información como siempre; aquí más información.
Después de pasar un buen rato por el mercado volvimos a la zona de fuera a pasear de nuevo entre los puestos y ahora si que había gente por todas partes; increíble el ambientazo que había ya.
Nos sorprendió encontrar un pequeño templo en medio de aquella multitud y entramos a echar un vistazo.
Nuestra siguiente parada era ir dando un paseo hasta los Hama-Rikyu Gardens; donde tras pagar 300 yenes por persona, entramos a pasear por nuestro primer jardín japonés.
Lo que me resultó más curioso era que en medio de ese bullicio, del tráfico, de los rascacielos… se encontrara aquella gran zona verde en la que no se escuchaba absolutamente nada.
Estos jardines son muy bonitos (de hecho vimos un cartel que ponía que eran considerados unos de los más bonitos); al ser los primeros que visitamos nos gustaron, pero a día de hoy y después de haber visto muchos más, los consideramos prescindibles para la ruta.
Continuamos caminando por las grandes avenidas comerciales de Ginza (la avenida principal pro la que íbamos es realmente enorme) entrando en algunas de sus tiendas hasta que llegamos a la Tokyo Station.
Entramos en la estación para aprovechar y canjear nuestros pases JR y reservar nuestro primer trayecto en tren para el día siguiente.
En este tramo nos desesperamos un poco porque no encontramos ningún sitio para picar algo (hablamos del tramo que va más allá de Tokyo Station hasta el Palacio Real). Veíamos a los ejecutivos de los edificios de la zona entrar y salir, con sus cafés pero nosotros, no sé si es que hacía mucho calor, si es que estábamos cansadísimos ya, o que… pero no veíamos ningún sitio.
Encontramos un par de sitios pequeños, pero uno estaba cerrado y el otro, no nos gustó nada de los que vimos en los carteles…
Caminando, llegamos a la puerta Otemon del Palacio Imperial.
El Palacio Imperial; es la residencia oficial de la familia real japonesa y desde el 26 de junio de 2016 se puede visitar una parte de los interiores (nosotros nos enteramos hace unos días… lástima !!, habrá que volver !!) sin necesidad de apuntarse en la lista previa como se hacía antes; si estáis interesados en este enlace tenéis la información.
Después de ver algunas casas de Samurais que se conservan en perfecto estado, estuvimos paseando por los jardines que se pueden visitar de manera libre: los Jardines Orientales o Kokyo Higashi Gyoen.
El recinto es inmenso; nosotros estuvimos un buen rato paseando por algunas rincones verdaderamente bonitos (de ahí que os dijese antes que los primeros jardines que visitamos, nos gustasen menos que otros que fuimos visitando).
Estábamos hambrientos así que salimos del Palacio Imperial y nos fuimos directamente a coger el metro en Otamachi dirección Onarimon.
Seguimos paseando viendo la Tokyo Tower; no subimos, tan solo hicimos algunas fotos de pasada aunque sí visitamos un templo que hay antes de llegar a ella.
Afortunadamente y antes de llegar a la zona de Roppongi, entramos en una especie de café, la verdad que muy recomendable, donde nos comimos (a las 5 de la tarde) dos hot dogs, uno de Yakitori y el otro de una especie de pastel de patata, con un café y un zumo de fresa (exquisito) por 1220 yenes. Por si os interesa el día que vayáis a la Tokyo Tower, está bajando por la calle cuando pasas por el lateral de la torre; en dirección a Roppongi y se llama First Coffee
Antes de llegar a la zona que queríamos visitar paramos en el Hard Rock de Roppongi (ya sabéis… hay que seguir la tradición) donde aprovechamos la happy hour de 2×1 para tomarnos un par de cervezas y calmar un poco el calor.
Llegamos a la zona de Roppongi Hills y estuvimos dando una vuelta por la zona del centro comercial, donde además de hacer fotos a una de las ocho réplicas de Mamán de Luois Bourgeois y contemplando las bonitas vistas desde una de sus terrazas.
Después de alucinar un poco con una peluquería de perros exclusiva, o una tienda con ropa para lolitas…
Es una pena que no pudiésemos pasar más tiempo por allí; es una zona que nos gustó llena de modernos edificios; tiendas muy exclusivas (solo aptas para mirar o bolsillos japoneses !!), restaurantes más bien caros, unos estudios de televisión… Además; fuera del centro comercial, por las calles de Roppongi, se veía bastante ambientillo.
No nos quedamos más tiempo porque queríamos llegar a la última parada del día: el restaurante de Kill Bill.
En realidad este restaurante se llama Gonpachi Nishiazabu y se encuentra cerca de Roppongi, concretamente en 1-13-11 Nishi-Azabu y es donde se rodó una de las escenas más conocidas de la famosa película de Tarantino.
Es conveniente llegar temprano (nosotros llegamos a eso de las 8) porque te puede tocar esperar…
Una vez entras te das cuenta que en lugar de ser diáfano como en la película; en ese espacio centrar está la zona acristalada de cocinas, y alrededor una barra donde sentarte a comer (además de las mesas del piso superior).
Nos dimos un gran homenaje y aunque no es barato (no es caro, pero en comparación con la media japonesa, es más caro); y hay que decir que lo que encarece es la bebida alcohólica; nosotros pedimos unos calamares en tempura, una tempura variada, una brocheta de pollo y otra de cebolla, una ración de 5 gambas en tempura y una especie de croqueta con una cerveza y una pequeña (además de agua) y fueron 5258 yenes. Si no hubiésemos pedido las cervezas, habrían sido unos 1600 yenes menos…
Eso sí, tenemos que ser justos y decir que la tempura estaba deliciosa, de lo mejor que hemos probado, y el resto de platos que probamos también; además de que bueno pagas el sitio en el que estás que también nos gustó mucho… Había mucho ambiente y muy distendido además…
Salimos muy satisfechos y muy cenados de allí, y nos volvimos de nuevo al hotel en Ueno; al día siguiente madrugaríamos para comenzar la ruta por el país.
De ésta entrada hay muchos sitios a los que no pude ir en wl primer viaje. A alguno le pondré remedio en noviembre 😉
Por cierto, para futuros viajeros. En la propia tokyo sta hay un centro comercial con una zona llamada «ramen street». Es una buena opción para comer puesto que fuera no viste oferta…antes de lanzarse hacia el palacio.
Con ganas de ir al Gonpachi!! ^_^
Muy chulas las fotos!!! Un abrazo
Gracias por el apunte Vero. La verdad que además de que en ese momento aún no había hambre, no caímos en la cuenta (y no porque no me lo hubieses dicho…).
Un besote y ya veras esa tempura !
Ais que ganas!!
Tranquilo, nosotros tb pringamos alguna vez en los viajes, de meternos en alguna zona y pensar: ajá…y ajora para comer? XD entonces es cuando tomas nota jajaja
La visita al mercado nos gustó mucho, aunque nos sentimos un poco «invasores» y sentíamos que molestábamos a la gente que estaba por allí trabajando. La metedura de pata fue desayunar antes de ir y, claro, estando allí no nos apetecía volver a desayunar… ¡y mira que habría estado espectacular es sushi!
Lo cierto es que los jardines son impresionantes y tienes razón: parece mentira que haya un oasis así entre tanto caos como hay en la capital nipona.
Con ganas de leer más… como siempre xD
Gracias chicos! la verdad que paseando por el mercado, como muchas cosas estaban recogiendo e iban un poco como locos si que a veces era como que estorbabas un poco; pero bueno… también tuvimos suerte de ver a muchos locales comprando aun…
Os seguiremos contando ! Un abrazo!
A nosotros la visita al Mercado Tsukiji también nos gustó mucho, aunque teníamos la sensación de estar invadiendo su espacio de trabajo… ? Nos apuntamos el restaurante de Kill Bill para el próximo viaje a Japón, que ojalá sea pronto. ?
*por cierto, en nuestro úñtimo post, hablamos de vosotros… ?
Muchas gracias chicos!