Los viajes a esta parte de USA se te hacen un poco pesados, ya que son muchas horas… nuestra ruta en concreto era Madrid-Miami-LA.

El vuelo a Miami correcto y sin incidencias, asientos cómodos, nos pusieron dos películas,comida más que correcta, cada poco te preguntaban si necesitabas algo, eso sí, muchísimo frío en el avión.

Llegamos a Miami a la hora establecida y allí hicimos la cola para pasar inmigración y recogimos las maletas para llevarlas al otro punto de facturación, y ya nos informaron de que nuestro vuelo a LA se retrasaría por incidencias en el tiempo (había una especie de tormenta tropical). Lo que iba a ser un pequeño retraso se convirtieron en casi 4 horas… 4 horas de nervios porque nadie nos decía nada… pero en fin casi 4 horas después subimos al avión rumbo a la ciudad de las estrellas.

De nuevo el vuelo sin incidencias. Y casi a la 1 de la madrugada (hora de allí) llegamos a LA. Recogimos nuestras maletas (menos mal que no se perdieron) y nos fuimos rápidamente a la terminal de recogida de coches de alquiler (los americanos lo tienen todo muy bien montado, y todo señalizado así que no os preocupéis, salís a la calle y esperáis a que pase un minibús de la empresa de alquiler de coches: dólar, álamo, hertz… y os lleva directamente a la terminal).

Tema de conducir: yo iba muy nervioso, de hecho era una de las cosas que me quitaba el sueño. Pues bien, nada de miedos. Conducir allí es de tontos de verdad. Al principio como no se está acostumbrado al coche automático, se pegarán frenazos bruscos al principio pero enseguida te harás a ello.

Quizá lo más raro sea acostumbrarte al sistema de los semáforos, allí no te paras debajo del semáforo, verás que hay que pararse antes y que en los cruces los semáforos quedan en medio del cruce. Y si el semáforo está en rojo y no vienen nadie podrás girar a la derecha por ejemplo.

Se me olvidaba decir, que es imprescindible GPS (al menos para mí) porque si no es muy muy complicado encontrar los sitios, sobre todo en las grandes ciudades.

Después de perdernos un par de veces, llegamos por fin al hotel; el Hollywood Downtoner Inn. Es el típico motel de las películas con una piscina en medio y las habitaciones en dos pisos alrededor. Tipo los apartamentos de los protagonistas de Melrose Place. Un motel más que correcto, habitación grande y cama muy cómoda. Y wifi gratuita. Y realmente solo estuvimos allí para dormir. Esa primera noche, tras hacer el check-in caímos agotados en la cama (llevábamos despiertos muchísimas horas).

Jet Lag. Había leído mucho sobre ese término, ahora sabía lo que era… casi las 6 de la mañana y ya estábamos en pie. Aproveché un rato para navegar un poco por internet y darme una ducha sin prisas. Teníamos el desayuno incluido pero aún era demasiado temprano, así que revisamos un poco el plan de ese día, que después de tantos meses de preparación seguía sin estar del todo claro. El desayuno lo sirven en el local al lado del hotel, así que fuimos a tomarnos nuestro primer desayuno americanos, ahora íbamos a saber lo que es bueno: huevos, bacon, alubias, salchichas, cereales, zumos, tortitas, gofres… una barbaridad ¡!!! Lo que quisieras para elegir; de hecho si no estás acostumbrado a desayunar fuerte como es mi caso puedes terminar con un buen dolor de estómago.

Estábamos en tierras americanas, en la ciudad de los sueños, seguía sin creérmelo.

Cogimos el coche y al final decidimos poner rumbo al famoso cartel de Hollywood, así que le dijimos al GPS que nos llevase a Mulholland Drive. Las casas que se van viendo por esa zona, ya son de otro nivel, parece que no estés en Los Angeles. Y ya vamos notando el patriotismo americano, todas las casas con su bandera de barras y estrellas.

Dejamos el coche aparcado en un lado de la carretera y preguntamos a un vecino que pasaba la mejor manera de ver el famoso cartel. Seguimos sus indicaciones y fuimos andando un ratillo dando un paseo, alucinando con las casas, con los coches, con los vecinos paseando a sus perros, viendo colibríes… hasta que llegamos a una especie de mirador (que no es más que la carretera) y pudimos ver el cartel.

Bueno, no dejan de ser unos paneles formando la palabra Hollywood, pero lo has vista tantas veces en el cine y la televisión que yo no me creía que lo estuviese viendo con mis propios ojos ¡! Estábamos en la meca del cine ¡! No deja de ser una tontería, pero nos hizo muchísima ilusión hacernos fotos frente al cartel.

Una vez visto el cartel volvimos a recoger el coche y decidimos ir al Paseo de la Fama. Ahora sí que nos metíamos de lleno en el tráfico de Los Angeles, pero como os he dicho, sin miedo, es mucho más sencillo de lo que parece.

Como había mucho tráfico, decidimos dejar el coche directamente en el Centro Comercial Hollywood&HighLands (no recuerdo muy bien el precio, aparcar en LA es caro, pero no tienes más remedio que hacerlo).

Nada más salir del Parking, subimos al centro comercial y se nos debió quedar cara de tontos, porque dentro del centro comercial está la entrada al Teatro Kodak ¡! Claro tu en la tv lo ves todo tan preparado, tan glamouroso con la alfombra roja, las cámaras, los famosos… y no deja de ser un centro comercial ¡!!

Salimos a la calle dispuestos a patear el Walk of Fame, que si bien no dejan de ser unas estrellas en la acera, te sientes dentro de una película o una serie de tv, y te hace ilusión ver las estrellas de la gente que tanto te gusta.

Dimos varios paseos arriba y abajo, entramos en alguna tienda de souvenirs, vimos las huellas de los famosos, sus estrellas, el Teatro Chino, había ya muchísima gente.

Nos metimos a dar una vuelta dentro del paseo comercial y nos tomamos algo en nuestro primer Starbucks del viaje (y los que nos quedaban!!). En el centro comercial hay un mirador donde se ve el letrero de Hollywood muy a lo lejos. Aquello estaba ya repleto de gente.

Cuando nos cansamos de tanta estrella, volvimos al coche y salimos dirección Rodeo Drive. Las distancias allí son enormes, y Los Angeles es una ciudad grandísima y con un tráfico caótico. De camino pasamos por la zona de Beverly, pero desde el coche apenas de podían apreciar las mansiones…

Llegando a Rodeo Drive, unas pocas calles más arriba se pasa por una zona residencial con las típicas casas bajas con su valla blanca, vamos es que es como estar en una película.

Aparcamos el coche y metimos unas monedas en el típico parquímetro americano, y fuimos a ver Rodeo Drive. Y al llegar… Pero esto es Rodeo Drive??? Es una especie de calle peatonal con tiendas de lujo, y 4 o 5 tiendas más fuera de esta especie de calle… Menudo chasco… Dimos un paseo viendo los escaparates que evidentemente ni precios ponían… Tiffany’s, Choppard, Bulgary, Versace… Lujo por doquier, pero vamos, que yo pensaba que aquello sería enorme, y no es más que el “callejón del lujo”.

Volvimos al coche, porque teníamos contratado el Tour en español por los Warner Studios. Nosotros decidimos ir aquí, porque íbamos a estar poco tiempo en Los Angeles, y aunque nos quedamos con ganas de ir Universal Studios, nos nos arrepentimos para nada de haber contratado el otro tour ya que no queríamos ir deprisa y corriendo por universal y quedarnos con ganas de mas.

Los Warner Studios quedaban lejos, además nos pasamos la salida una vez y tuvimos que dar la vuelta… está muy alejado de lo que es la zona “turística” digamos. Os aconsejo que si vais no metáis el coche en el parking que hay al aire libre, os cobrarán 7 dólares, y por los alrededores es fácil aparcar, pero nosotros entre los nervios que llevábamos porque no encontrábamos el sitio y el miedo a llegar tarde, lo metimos en el parking.

El tour en español es a las 15.15 h (una hora un poco rara… porque te descoloca un poco todo); así que canjeamos nuestras entradas y esperamos dando una vuelta por la tienda hasta que nos avisan para entrar al tour. Comienza con un video (en inglés) con imágenes de series y películas famosas y luego ya sales afuera y te asignan tu guía y te vas a comenzar el tour.
Creedme, merece muchísimo la pena, casi 3 horas de tour viendo platós de cine, de series de tv, te explican cosas de rodajes, entras en un set de grabación, ves coches, ropa… increíble de verdad. Además bueno, si sois freakies de series como yo, veréis el bar de Friends!!! O el Merlotte (el bar de Sam, de True Blood). Para nosotros fue alucinante; vamos lo mejor de Los Angeles sin duda.

El tour termina en el museo, donde ves trajes de infinidad de pelis, como 300, Matrix, o Harry Potter; además los guías hacen que el tour sea muy muy divertido.

Al terminar te dan una foto de recuerdo y te vuelven a dejar en la tienda.

Decir que ese día no comimos, porque no teníamos hambre (con el desayuno que nos habíamos metido…).

Eran como las 18.15, se hacía tarde así que nos dirigimos a Venice Beach, donde apenas quedaba ya ambientillo (la verdad que nos dio incluso un poco de miedo, porque se veían bastante gente rara); así que hicimos alguna foto y caminamos un ratillo por la arena.

Nos fuimos rápidamente a Santa Mónica

Estaba anocheciendo, pero aquello estaba lleno de gente. Dejamos el coche en el parking enorme que hay al lado del muelle (de pago, por supuesto, pero no me apetecía seguir dando vueltas con el coche). Y nos dirigimos hacia la Playa para ver las famosas casetas de “Los vigilantes de la Playa” y ver que aún había un montón de gente bañándose, o haciendo picnic.

Subimos al famosísimo muelle y vimos que allí está el cartel que indica el fin de la ruta 66.

Vimos el mini parque de atracciones, los puestos, el ambiente, la gente… La verdad que Santa Mónica sí que nos gustó mucho, muy agradable (a pesar de lo turístico que es) pasear por allí.

Cenamos en el Restaurante Bubba Gump, uno de los muchos que hay por USA, ambientado en la película “Forrest Gump” (si os metéis en su web, podréis imprimiros un cupón para un batido gratis). Cenamos gambas de varios, tipos, patatas fritas, unos sándwiches y un postre riquísimo, por menos de 40 dólares los dos, con las bebidas incluídas, en un ambientazo genial, lleno de gente, con camareros muy amables.

Cuando salimos, eran como las once de la noche, y estábamos agotados. Así, que nos fuimos directos al hotel a descansar. La aventura no había hecho más que empezar ¡!!!

Nuestro segundo día en Los Angeles comenzaba de nuevo con Jet Lag… las 6 y 10 de la mañana…

Aprovechamos para dejarlo todo listo, ya que poco antes de comer teníamos previsto salir hacia Las Vegas ¡!! Ese día era especial… uno no cumple todos los días 30 años ¡! Y entre Los Angeles y LasVegas ¡! Después de hacer el check-out y meter las maletas en el coche, fuimos a meternos entre pecho y espalda otro tremendo desayuno ¡!

El plan para la mañana era ver el centro de LA, el Downtown. Pero decidimos que como teníamos una parada de metro al lado y era directo, iríamos en metro para no tener que andar buscando parking ni pelearnos con el tráfico del centro.

El Downtown ya es más ciudad, con enormes rascacielos, más tráfico, más gente de a pié…

Paseamos por el distrito financiero, pasando por el Walt Disney Concert Hall (diseñado por Frank Gehry (en la misma línea del Guggenheim).

Llegamos a la Catedral de Los Angeles, diseñada por Moneo, y mi primera reacción fue de rechazo, pero una vez dentro sí que me gustó bastante. Pero choca mucho ver ese estilo tan moderno de catedral, acostumbrados a las líneas clásicas de las catedrales de otras ciudades.

Seguimos paseando viendo edificios emblemáticos de Los Angeles como el City Hall  (sede del Daily Planet de Superman) y llegando a Olvera Street, en el pueblo de Los Angeles. Aquí es donde comenzó la ciudad.

Olvera Street es una animada calle con puestos de todo tipo, y restaurantes de comida mexicana y chicana. Había como una especie de celebración, no sé si de comuniones o qué, pero la gente estaba lo que ellos pensaban que era elegante, porque a nosotros nos resultó de lo más hortera ¡!

Como se nos iba haciendo tarde, volvimos al metro, esta vez por Union Station, la preciosa estación central de Los Angeles, en estilo colonial. Muy muy bonita.

Antes de llegar al hotel, pasamos por un supermercado que había al lado y compramos una nevera de porexpan que nos duraría todo el viaje y que es de las mejores comprar que hemos hecho ¡!! Creo que nos costó 5 dólares y pudimos tener bebidas frescas todo el viaje.

Cogimos hielo en el hotel y la llenamos hasta arriba.

Nos íbamos de la ciudad de las estrellas, pero antes un último capricho…

Fuimos a Carrol Avenue, una calle de casas victorianas preciosas (otras muy lúgubres) donde se encuentra la casa de la famosa serie “Embrujadas” y la casa del videoclip “Thriller” de Michael Jackson. Flipante la verdad, de hecho al menos la casa de embrujadas se debe poder visitar con algún tipo de tour guiado, porque cuando estábamos allí, vimos entrar a un grupo de turistas.

Y ahora sí, adiós Los Angeles ¡! Nos vamos a las Vegas ¡!!!

IMPRESIONES DE LOS ANGELES:

Bueno, como ciudad es una ciudad fea e incómoda (por el tamaño) para el turista, la zona de Hollywood es horrorosamente fea, un polígono industrial a lo bestia. La zona del paseo de la fama, es de cartón piedra, pero bueno sí que es cierto que a mí me hizo mucha ilusión ver toda esa zona; es como estar dentro de una película.

El tour por la Warner, lo mejor de todo, súper recomendable junto con Santa Mónica.

A nosotros con un día y medio nos sobró, quizá me hubiese quedado otro día más para visitar Universal y pasar con el coche por la zona de Bel- Air.

Tengo que decir que Los Angeles no nos decepcionó porque ya sabía que era bastante fea.

A mí se me hace imprescindible el coche porque no os hacéis una idea de las distancias enormes hasta que estáis allí.

A mí por ejemplo, me gustó más de lo esperado, no sé, es muy curioso ver todo lo que llevas viendo en cine y tv. tantísimo tiempo.