Eran nuestras últimas horas en Venecia y comenzó a invadirme una añoranza que aún hoy a más de un año de mi viaje, no me ha abandonado.
Disfrutamos de nuestro último desayuno en el hotel y salimos a ver San Giacomo dell’Orio que aunque la han modificado varias veces, aún conserva sus orígenes bizantinos. Al salir de la iglesia, entramos en un supermercado donde compran los venecianos que viven por allí, para comprar un poco de pasta; muy barata por cierto y aprovechamos para pasear tranquilamente por última vez y hacer algunas compras
Volvimos de nuevo por Rialto y nos acercamos por última vez a la maravillosa Plaza de San Marcos, il Campanile, las fachadas del Ducal… intentando grabar para siempre en mi memoria esas joyas del arte y la arquitectura.
Ya volvemos al hotel a recoger las maletas y nos despedimos de Anna. Nos dirigimos a coger el vaporetto nº 1 para disfrutar del largo y último paseo por el Gran Canal y disfrutar viendo de nuevo los preciosos palacios que se van despidiendo de nosotros.
Cuando llegamos a la horrible Piazzale Roma, nos parecía estar en otro país, en otra época, en nuestra época. Nos ponemos a la cola, y ya sí, no hay vuelta atrás, rumbo al aeropuerto, donde con 15 minutos de retraso sale nuestro vuelo vuelta a Madrid.
Y vuelvo a ver Venecia desde el aire, y veo el Campanile que saluda orgulloso, y la Basílica de San marcos, y el Ducal, y distingo también la Salute…
Ahora sonrío con melancolía al releer estas líneas; ahora es cuando soy consciente de lo bella que es esta ciudad. Decir que me enamoré de ella es poco, se ha ido convirtiendo en una obsesión. A veces, me imagino viviendo allí, una vida apacible y sin prisas, sin humos ni ruidos, solo el rumor de sus gentes, de los turistas, de las maletas, de los canales.
Hasta aquí llega nuestro viaje a la encantada ciudad de los canales y por si todavía no os habéis enamorado de Venecia, os pongo algunos rincones, algunos detalles. Os animo a que conozcáis este maravilloso lugar que para bien o para mal, no deja indiferente a nadie.
Y me despido de Venecia no con un adios, sino con un hasta luego.
Campo en San Marco
Campo San Vidal
Campo Veneciano
Tienda de objetos curiosos
Flores en ventana
Pomo
Góndola
Grifo
Rincón con encanto
Puente
Detalle en pared
Dorsoduro
Pintando máscara
Detalle en el Gran Canal
Hasta el próximo destino…
¡Fantástico! espero repetir tu recorrido algún día.
Muchas gracias por acercarme a Venecia.
Muchas gracias Rosaan, estoy convencido de que te atrapará cuando vayas
Precioso diario Davo. Es curioso como hay veces que una ciudad o un país se te mete dentro del corazón y la cabeza y ya nunca lo puedes sacar. Te crea una adiccion que hace que volver allí se convierta en una necesidad… Ojalá algún día puedas cumplir tu sueño y vivir en Venecia esa vida apacible y sin prisas.
Que comentario tan bonito amaya, muchísimas gracias.
Me ha encantado el relato. Genial!!
Gracias Ele… y ya sabes: Siempre Venecia…