Hoy queremos que leáis este post de manera diferente, ya que es un post diferente a los que normalmente estamos acostumbrados a subir…
Iba a tardar un poco más en hablar del tema; pero creo que lo justo antes de que empiece a relataros nuestro paso por el maravilloso mundo de Angkor, conozcáis de primera mano lo que se ve por allí además de los templos y las ruinas en la selva.
Yo ya iba sabiendo lo que me iba a encontrar, leí mucho sobre el tema, y aquí es donde viene lo más curioso… no vais a encontrar muchos post en blogs que hablen sobre esto, o los que lo tienen hacen menciones de pasada… Tan solo encontré un post muy extenso y muy bueno, del increíble blog “Un mundo para 3” que no debéis dejar de leer:
http://www.unmundopara3.com/2013/09/30/la-otra-cara-de-angkor-wat/
Hoy os vamos a hablar de los niños de Angkor.
Vayáis al templo que vayáis, allí los tendréis correteando, saltando, riendo… pero sobre todo TRABAJANDO.
Intentarán venderos imanes, guías, abanicos, pañuelos, pinturas, postales… lo que sea… y escucharéis sin parar “one dollar, one dollar…” y no sólo eso, en muchos sitios cocinando, vendiendo bebidas frías…
Nosotros, como ya sabíamos de qué iba el tema, nos llevamos una bolsa con piruletas, lápices y cuadernos… porque os aseguro que los niños (sobre todo las niñas, que las veréis mucho más que los niños) os darán mucha lástima… y es con esto con lo que juegan. No los niños, sino toda la mafia que existe en este lugar… Porque además se ve perfectamente, cómo están sus padres o sus madres, o quienes sea, debajo de un árbol o resguardados a la sombra mientras que los niños están de sol a sol allí currando como el que más. Claro, te da más pena ver a un niño que a un adulto…
Pero también sabemos que por encima de sus padres se encuentran estas mafias organizadas.
Y a pesar de que íbamos avisados sobre ello… el baño de realidad fue tremendo… A mi aquella situación os aseguro que ha cambiado mi manera de ver según qué cosas.
Me parece terrible que esto se sepa y que no se haga nada; y no hablo de ONG o asociaciones varias; hablo del gobierno, y de que se sigan permitiendo cosas así.
Un niño tiene que ser niño, tiene derecho a tener una infancia; porque si es cierto que nosotros no vimos niños que pasasen hambre… pero llegamos a ver a una niña que no tendría más de 4 años con su cesta colgada al cuello intentando vendernos imanes o postales. Me parece indecente. LOS NIÑOS TIENEN QUE JUGAR, TIENE QUE IR AL COLEGIO, TIENEN QUE SER NIÑOS ¡!!!
Desde aquí, OS SUPLICO que si vais por allí, por favor no colaboréis con estas mafias, no les compréis… Os aseguro que cuando les dábamos la piruleta, ese brillo que se les ponía en los ojos, esa sonrisa… os aseguro que yo me quedo con esa ilusión con la que lo recibían…
Esas sonrisas no las podremos olvidar nunca.
Además los niños van creciendo y en ese entorno; aprenden la picaresca…El primer día visitando Beng Mealea, una niña que era como la cabecilla de un grupillo (era la más mayor) se nos encaró porque le hice una foto y vino corriendo y chillándonos (“Me has hecho una foto, tienes que darme una propina”).
Y vuelvo a repetir que me parece aberrante que esto se sepa, y que los propios gobiernos no hagan nada para remediarlo. ¿Quizá porque no interesa?.
Tengo que decir que afortunadamente sí que hay instituciones que intentan luchar contra esto e intentar apoyar sobre todo la escolarización (LA EDUCACIÓN ES LA BASE DE TODO). Incluso uno de los sitios donde cenamos dos noches en Siem Reap colaboraba con un 10% de su recaudación diaria para una asociación encargada de intentar escolarizar al mayor número de niños posibles.
Tengo grabado el momento en que les di un cuaderno con un lápiz… lo miraban alucinados…
No sé si alguna asociación leerá este post y querrá contribuir contando alguna experiencia, sería de utilidad para todos los viajeros; nosotros solamente queríamos contribuir diciendo que Angkor es espectacular sí; probablemente una de las cosas más espectaculares que hayamos visto, pero hay que saber también esta otra situación que uno va a encontrar cuando llegue… A mí me resulto muy complicado en muchos momentos y me volvía al hotel en ocasiones casi llorando.
¿Pero sabéis qué es más triste aún? Ya no sólo es estos niños que trabajan, porque ellos comen… A raíz de ver esa situación me interesé mucho más por el tema… y el nivel de pobreza y desnutrición infantil que hay en Camboya es tremendo… Por no hablar de otras partes del mundo…
No quiero sonar populista os lo aseguro, pero ojalá poco a poco se pueda cambiar esta situación; y vuelvo a repetir, por favor no colaboréis con estas mafias, dadles un caramelo, unos lápices, ropa… lo que sea… pero no dinero.
A nosotros sin duda, es algo que nos ha hecho reflexionar.
Es importante saber y difundir que no se les ayuda para nada dando dinero…solo se empeora la situación infantil en esto países.
Es muy duro, porque lo es, pero se ha de ser firme en esto.
Ojalá algún día estos niños puedan ser eso…niños.
Un gran post.
Un abrazo!
Muchas gracias Vero, es VITAL que la gente sepa de estas situaciones y sobre como bien dices que sean firmes en este tema aunque cueste…
Yo también me percaté de todo lo que hablas aquí en este post y también me negué a comprarles nada. Ahora creo que tampoco se les hace favor regalándoles bolis, cuadernos y mucho menos piruletas o caramelos puesto que se les caen los dientes (su higiene bucal no es como la nuestra). Cualquier cosa que se les dé fomentará que sigan en la calle y no en el colegio.
Un post muy interesante, gracias por compartirlo
Gracias por leernos Fátima. Yo me quedo conforme con haberles dado un poco de felicidad.
Gracias a vosotros por hacer pública esta situación y por regalarles felicidad 🙂
A mi cada niño que me encontré en Camboya me partió el corazón. No solo en Angkor, ya que podías ver les por caminos, descalzos, sucios… Y esas vocecitas de pena diciendo one dollar no las olvidare nunca. Fue aquí cuando decidí no ir a la India. No estoy preparada!
Me ha encantado el post, muy humano y real.
Muchas gracias Diana !
INteresantísimo el post de hoy, la verdad que es una pena la situación pero si no se hace nada desde arriba, dentro del propio país, nunca va a cambiar. Es una lástima porque hoy ves niños, pero el día de mañana serán adultos delincuentes, prostitutas, etc., así que realmente nunca son niños del todo, con un destino negro tan marcado desde el principio de sus vidas… Gracias por este post!
Gracias a vosotros
Soy una apasionada de India, y en algunas zonas sucede exactamente lo mismo que relatas aquí. El consejo que me dieron la primera vez que viajé y que lo aplico desde entonces allá donde esto sucede:
– Los niños que van uniformados o que claramente se ve que esten escolarizados les doy cuadernos, bolis, … (material escolar que van a usar)
– Aquellos que claramente se ve que no lo usarán, les doy galletas, caramelos, … (siempre abriendolo delante de ellos e intentando que lo coman, pues esas mafias a las que te refieres también les pueden «confiscar» las galletas o caramelos para venderlos).
Ver como unos pequeños de una aldea perdida de India comen galletas oreo tal como yo les enseñé a comerlas, es realmente una experiencia maravillosa !!!
Buenos consejos Rakel muchas gracias
Buen post chicos!!
Justamente es la misma sensación que nos produjo nuestra visita al lugar.
Mucha gente lo ve «normal» por tratarse de un país pobre, pero nosotros que hemos viajado a muchos países pobres, nos parece escandaloso que esto suceda dentro de un lugar Patrimonio de la Humanidad y así lo transmitimos en nuestro post, por cierto…gracias por la mención!!
Gracias a vosotros por seguirnos y también por hacer pública esta situación
Gracias por mostrarnos esa parte tan poco nombrada de un lugar tan maravilloso. No hemos estado nunca en Angkor aunque esta en la lista como no podia ser de otra manera, jeje. Pero leer esto nos abre un poco mas los ojos para cuando vayamos estar preparados y no darles otra cosa que no sea para ellos y nada de dinero.
De nuevo gracias 🙂
Saludos!!
Gracias a vosotros por leernos. Espero que podáis visitar ese lugar maravilloso
Nunca estaré preparada para algo así. Demasiado duro ver la situación en la que se encuentran y no poder aportar más que un instante de felicidad.
Nunca se está preparado Belén. Un abrazo