Este día también madrugamos aunque no tanto como el día anterior. A las 7 am sonaba el despertador y después de un buen desayuno en nuestra guest house, a las 8 nos recogía Suk Noi para empezar el que es conocido como recorrido largo (llamado así porque los templos están más alejados de lo que es Angkor Wat y Angkor Tom.
Si bien es cierto que este recorrido no es tan espectacular visualmente como puede ser el recorrido corto; a nosotros nos pareció muy interesante porque además, creo que tuvimos mucha suerte porque exceptuando un par de templos; en el resto estuvimos solos o prácticamente solos.
Comenzamos la andadura por el templo de Pre Rup, donde de nuevo y sudando como pollos (no dejaban subir con camisetas de tirantes así que nos tuvimos que poner algo encima) llegamos a la cima del templo, que aunque no está muy bien conservado, ofrece unas vistas fabulosas de la selva camboyana.
Dimos un par de vueltas completas al templo de un lado a otro (esquivando a un montón de chinos y japoneses que se concentraban por allí…) y bajamos para dirigirnos a uno de los puntos fuertes de la mañana, el templo de Bantey Srei.
Bantey Srei es conocido también como el templo de las mujeres, ya que este templo hindú del siglo X es el único que fue construido íntegramente por mujeres.
Y de nuevo, en el camino de entrada que te lleva al templo, esos niños que te roban el corazón y que dejan una huella imborrable. De nuevo me paro con ellos, intentando entablar una conversación, y dándoles una piruleta recibiendo a cambio una de esas sonrisas que te llegan al alma.
Bantei Srei se puede considerar como una de las obras cumbres del arte clásico jemer y está dedicado a la diosa Shiva.
En este templo sí que encontramos bastantes turistas porque un autobús de chinos acababa de llegar… pero bueno, con un poco de paciencia, puedes conseguir alguna foto bonita…
Nos encantaron los detalles y relieves tan bien conservados y como el templo en sí parece que está formado por pequeños templos en miniatura.
Seguimos nuestro camino y visitamos el templo de East Mebon, muy solitario y sin apenas turistas… cosa que seguiría así casi toda la mañana…
Tras refrescarnos en el tuk tuk con una de las botellas frías que nos tenía preparadas Suk Noi en su neverilla, pusimos rumbo a otro templo que nos encantó: Ta Som.
Ta Som es un templo muy pequeño, apenas tiene 30 metros, pero tiene ese encanto que te atrapa, con esas raíces que van avanzando mostrando la fuerza de la naturaleza.
Me quedé ensimismado con esa puerta devorada literalmente por los árboles.
Y de nuevo, unas niñas que se nos acercan, estas menos tímidas que otras y se ríen con nosotros.
De camino al tuk tuk nos encontramos con Suk noi ayudando a una familia (conductor, suegra, mujer e hija; los 4 en una motillo y esto no es nada… llegamos a ver una vespino con dos personas y un cerdo muerto detrás.) a cambiar a una rueda.
Nos dirigimos hacia otro templo que nos gustó muchísimo y de nuevo solos; pero más que el templo lo que nos gustó mucho fue el camino que te lleva a el: una pasarela de madera que se eleva por encima de un lago para llegar a un templo circular con una especie de lago en medio.
No había nadie por allí excepto unos vendedores de pinturas (realmente bonitas).
La jornada por el recorrido largo la finalizaríamos con otro plato fuerte, o que al menos nos gustó muchísimo: Preah Khan.
Este templo dedicado a los estudios budistas, fue en su día como una pequeña ciudad cuya población se dividía según sus funciones…
Os puede parecer absurdo pero realmente al entrar en esas ruinas, subiendo por piedras y pasando por oscuras galerías, te sientes como un auténtico Indiana Jones.
Pero lo gracioso vino al salir, ya que estaban realizando una sesión de fotos que no sabemos muy bien si era una sesión de moda, o las fotos de una boda…
Cuando volvimos al tuk tuk ya era de comer y Suk Noi nos llevó al lado de Angkor Wat, donde comimos malamente la verdad, 1 plato de noodles con pollo, 1 plato de pollo frito y 2 coca colas por 10’75$ (caro, en comparación con Siem Reap).
Después de comer fuimos a echar un vistazo de nuevo a Angkor Wat, encontrándonos con este amigo por el camino…
Pero el calor y el cansancio pudo con nosotros y decidimos dar por finalizada la jornada de visita de templos a las 15.00 así que volvimos a Siem Reap a darnos un chapuzón en la piscina y tomarnos un par de cervezas antes de quedar de nuevo con Suk Noi para que nos llevase a ver atardecer.
A las 16.30 nos vuelven a recoger de forma puntual y estaba lloviendo a mares, como si no hubiese un mañana… mala suerte… pero decidimos ir igualmente, quizá fuese solo un chaparrón y así fue.
Deja de llover y aunque está nublado nos fuimos (juntos a cientos de personas que se concentraban allí) a Phnom Bakheng.
Complicado encontrar un hueco por allí para sentarse… cada vez llegaba más gente así que después de maravillarme con las vistas de Angkor Wat desde las alturas, nos cogimos un buen sitio donde después de un buen rato…
Y tras una primera decepción ya que debido a las nubes al principio no se apreciaban bien los colores… finalmente nos pudimos maravillar con un increíble atardecer sobre la selva camboyana…
Extasiados, volvimos al hotel y de nuevo tras unos buenos chapuzones, volvimos a Genevieve’s a cenar: unas gambas en tempura, arroz con verduras al curry, pollo al curry, frutas con helado y cervezas: 18$; además fue una cena muy productiva ya que una de las camareras nos estuvo explicando el funcionamiento del restaurante, las asociaciones con las que colaboraban, incluso nos quiso enseñar un poco de camboyano.
Tras dar un pequeño paseo por el mercado nocturno, dimos por finalizada nuestra visita a Camboya y volvimos paseando al hotel.
Camboya; bueno Angkor, me ha impactado de manera brutal. No solo por los templos, que creo que a día de hoy a nivel monumental es los más grandioso que he visto. Nunca podré olvidar la tarde en Beng Mealea prácticamente solos saltando de piedra en piedra, ese amanecer en Angkor Wat; las inquietantes caras de Bayón o las raíces profundad de Ta Phrom… pero sobre todo… esos niños, esas caras que me han marcado, que me han llegado al alma os lo aseguro. Sabía que iba a ver algo así, pero no me imaginaba que me fuese a afectar tanto… Y no es pobreza lo que se ve, porque los niños se les ve perfectamente alimentados… pero un niño tiene que ser niño, no tiene que estar trabajando de sol a sol, porque todos los niños tienen derecho a una infancia digna.
Quizá nos habría dado tiempo a visitar el pueblo flotante… pero estamos muy satisfechos porque vimos lo que vimos con calma, sin prisa alguna por llegar a otro templo; y si hubiésemos querido ver más cosas hubiese sido a costa de quitarle tiempo a algún templo; nosotros lo saboreamos mucho mejor así…
Os aseguro que a mí personalmente, mi paso por Camboya me ha cambiado completamente, y me ha hecho ver las cosas de otra manera.
Sin duda, Angkor Wat está muy muy alto en el listado de mis impresiones viajeras.
Y un recuerdo muy muy especial para nuestro conductor esos 3 días; Suk Noi, una persona profesional y muy atenta que por un precio más que correcto nos dio un servicio excelente (nos cobraba unos 70 $ por los tres días incluyendo Beng Mealea, así que le dimos 85$ ya que estuvo siempre a nuestra disposición).
Definitivamente tengo que ir a Camboya sí o sí, Espero no tardar mucho, me parecen fascinantes todos sus templos. Preciosas fotos!
Estoy seguro de que sí vas disfrutarás como una enana !
Este recorrido no desmerece en nada al del día anterior, además poder disfrutar esos templos con tranquilidad tiene que ser una gozada.
Un saludo, Cati.
Gracias por leernos !