El camino hacia Niagara Falls fue muy sencillo, ya que al haber adelantado algo de camino la noche anterior, solo teníamos una hora y media de coche desde Henrietta.
Así que muy pronto, a eso de las 9 y media estábamos pasando la frontera a Canadá.
En la Aduana no tuvimos que esperar mucho tiempo. Nos hicieron las preguntas de rigor (en inglés por supuesto), preguntas del tipo que a qué vas a Canadá, cuanto tiempo, con quien, qué llevas en el coche…pero vamos sin ningún problema, pasamos la frontera y alehop ¡! Ya estábamos en Canadá ¡!
Nos fuimos directamente al hotel a dejar las maletas y el coche y comenzar la marcha por Niágara.
El hotel elegido fue el Ramada Niagara Plaza (a través de hoteles.com, unos 62€). El hotel no estaba demasiado lejos andando del cogollo, unos 10 minutos más o menos. Con piscina climatizada y sin desayuno incluído, ah por cierto y el parking aparte también. El hotel estaba muy bien, porque los que estaban al lado de las cataratas era excesivamente caros al menos en mis fechas o eran muy cutres, y de nuevo una cámada comodísima y una habitación amplia y correcta.
Después de que nos guardasen las maletas en recepción, nos fuimos rápidamente hacia las cataratas. Por cierto decir que ese día era mi cumpleaños, por lo que la emoción era mucho mayor.
Esta parte del viaje fue de las que menos preparé, y como la que menos ilusión me hacía, no la que menos, pero era como que viendo fotos o videos de las cataratas como que era lo que me impresionaba.
Pero según llegamos a una de las calles principales y vi esto…
Antes de comenzar a pasear, vimos como una cola con mucha gente así que imaginé que ahí se sacarían las entradas para el Maid of the Mist, que era la idea que llevábamos, montar solamente en el barquito. Pero al llegar allí vimos que había un pase que por 50$ por persona te incluía 4 atracciones: el Maid of the Mist, Journey behind the Falls, Niagara’s Fury y el White water walk.
Yo creo que si tienes tiempo está muy bien cogerlo porque te ahorras algo de dinero (siempre y cuando se haga todo lo que incluye) y sobre todo tiempo.
Y ahora sí, nos bajamos al paseo para ver de camino al Maid of the Mist, las grandiosas Cataratas del Niágara… Grandiosas tanto las del lado americano como las del lado canadiense… de verdad que os aseguro que me quedé si palabras porque aunque no son las más altas sí que son las más voluminosas de América del Norte ya que por ellas pasa toooooooooooooooooooooodo el agua de los Grandes Lagos.
Fuimos caminando hacia la zona del Maid of the Mist. Os aseguro que es emocionante estar allí (tu y los trillones de personas jajaaja).
Son realmente impresionantes, os lo aseguro.
Al llegar al barco, pudimos coger un buen sitio. No me lo podía creer, íbamos a estar casi a los pies de las cataratas.
El Maid of the Mist es algo que tienes que hacer SI O SI si vas a Niagara. Lo tenéis tanto desde la parte canadiense como desde la parte norteamericana. Nosotros hicimos el de la parte Canadiense (pero el recorrido de ambos es prácticamente el mismo).
Pasas muy cerca de las americanas, pero cuando llegas a las canadienses estás prácticamente dentro ¡!! Es una sensación increíble… ah bueno y húmeda!! Jajaja porque sales duchado literalmente ¡!!, uff es que aún estoy alucinando, son una verdadera maravilla.
Al salir del Maid of the Mist nos fuimos hacia otra de las atracciones, el Journey behind the falls, se trata de meterte por una especie de grutas por detrás de las cataratas canadienses en los que se ve como cae (desde dentro) el agua con semejante fuerza y un ruido ensordecedor.
Por los pasillos te van explicando con fotos diversas historias sobre la construcción del entorno de las cataratas, fotos de personajes famosos que han estado allí, alguna catástrofe…
Es interesante sobre ver “desde dentro” y muy muy de cerca de las cataratas. Impresiona mucho tener esa cantidad de agua tan cerca.
Volvimos de nuevo a entrar en el centro de visitantes para disfrutar de otra de las atracciones incluidas en el pase: Niagara’s Fury; una atracción 4D sobre la creación de las cataratas. Está casi más orientada a un público infantil pero lo pasamos muy bien igualmente, y sales empapado de nuevo.
Después de eso teníamos una última cosa que visitar con el pase: el White Water walk. Una vez llegas allí vas bajando por una pasarela de madera hasta que llegas a ver esto:
Dicen que es una de la zona de rápidos más rápidos (valga la redundancia) y peligrosos del mundo. Nos quedamos muy impresionados de la rapidez con la que bajaba el río y la fuerza que tenía.
Allí no hay mucho más para hacer, de hecho tienes que deshacer el camino andado; así que nos volvimos a la calle principal y ya nos fuimos a comer que se había muy tarde (más de las 4).
Después de comer, fuimos paseando hasta nuestro hotel para descansar un rato y aprovechar a relajarnos un poco en la piscina. Pero antes pasamos por una de las calles principales de Niágara, lo que yo llamo la calle hortera, llena de bares, tiendas y atracciones para los turistas y con cosas variopintas para llamar la atención. La verdad es que puede resultar hasta cutre y sobreexplotado.
Descansamos un poco en la piscina, y cuando iba a caer la tarde nos fuimos de nuevo a ver las cataratas. El color que tenían a esa hora hacía que fuesen aun mucho más bonitas que por la mañana.
Fuimos paseando tranquilamente por el paseo, sin prisa ninguna mientras poco a poco se iba escondiendo el sol, y las cataratas eran más bonitas aun.
Y así sin darnos cuenta… anocheció y se iluminaron las cataratas y parecía que se callaba todo el mundo. Increíble de verdad…
Y para hacer que mi cumpleaños fuese aún más inolvidable, cuando fue completamente de noche, el fin de fiesta…
De nuevo otro cumpleaños para no olvidar en USA.
Lo que más me impresionó de todo fue estar cerca de las cataratas y ver la cantidad de agua y la fuerza de la misma.
Niagara en sí, o tiene nada, me refiero no os esperéis un sitio con más cosas que visitar porque no lo hay, la zona de las cataratas está pensada para el turista.
Pero sólo por el hecho de estar al lado de las cataratas ya merece la pena el viaje.
Sorprendentes, enormes y preciosas.
Dios mio, que diferencia a cuando estuve yo. Eso si, al menos había muy poquita gente. La verdad es que si que impresionan y yo me he quedado con ganas de montarme en el barquito, lástima que en mis fechas no funcionen estas cosas, lógico por otra parte. Pues lo dicho, creo que voy a tener que volver para verlas así, con tanto colorido y no en tan…. blanco y negro.
Ves como siempre hay algun motivo para volver?? de todas formas verlas heladas tiene que ser increíble también!
Ya ves, ni te imaginas lo que yo me acordé de ti el 2 de julio, jejeje
jejejejeje que buena fecha!
Pues lo del barco lo sabía, pero las demás atracciones no, así que tomo buena nota, que me tiene muy buena pinta 🙂
La verdad que para pasar el ratillo están muy bien !
Vaya día de cumpleaños para recordar, David. Muy bonito, la verdad.
Besos
La verdad es que si !! Me he malacostumbrado a celebrar mi cumpleaños estando de viaje jeje.
Que más se puede pedir verdad?
Q impresionante!!
Yo soy una enamorada de USA y para mi próximo viaje tengo pensado ir a ver las cataratas así q tu post me ha venido genial!!
Felicidades por tu blog, me tiene enganchada.
Un besito!
Muchas gracias !