Nuestro tercer día completo en Kioto como no podía ser de otra manera comenzaba temprano (no tanto como los días anteriores; pero aun así, temprano).
Compramos algo para desayunar en una especie de bakery que teníamos al lado del hotel. Por 760 yenes compramos un café, un zumo y dos sandwiches.
Fuimos a coger el bus número 5 y de nuevo compramos el pase diario de autobus por 500 yenes por persona.
La primera para de día sería visitar el templo Ginkakuji, conocido como el Pabellón de Plata.
Situado en la zona este de la ciudad, es un templo budista zen construido en el año 1474 bajo el mandato del shogun Ashikaga Yoshimasha quien quería un templo de retiro comparable en belleza con el templo Kinkakuji (que fue construido por su abuelo); pero no pudo recubrirlo de láminas de plata como quería. A la muerte del shogun, pasó a ser templo budista y llamarse Jisho-in.
Este templo forma parte de los monumentos históricos de Kioto declarados Patrimonio de la Humanidad en 1994.
Tras pagar los 500 yenes de entrada (precio por persona) entramos rápidamente ya que vimos que justo detrás de nosotros venían varios grupos de escolares japoneses (numerosísimos) y no queríamos cruzarnos con tantísima gente.
Además del edificio principal; lo que más nos gustó de este templo es la espectacularidad de su jardín zen seco; que contrasta con la oscura madera del templo.
A este jardín seco se le conoce como mar de arena plateada; y es curioso, porque a pesar de la gente que iba llegando al templo, te podías quedar mirando al jardín y al templo y respirando una paz y una tranquilidad absoluta.
Si el templo y el “mar de arena” son bonitos, el resto de los jardines del recinto son espectaculares; verdes, con un cuidado extremo como todos los jardines japoneses y con unas vistas preciosas a la ciudad y el templo.
Aunque este templo no esta tan espectacular a la vista como el Kinkakuji o Pabellón Dorado, quizá el recinto sea más bonito, o al menos eso nos pareció al visitarlo con menos gente que el anterior, además el jardín seco hace que su belleza sea aun más notable.
Este templo abre de 8 de la mañana a 17.30 de la tarde (excepto de diciembre a febrero que cierra una hora antes).
Nada más salir del Ginkakuji; al bajar la calle a la izquiera, tomamos lo que se conoce como “Camino de la Filosofía” o “Paseo del Filósofo”; un paseo de unos dos kilómetros entre cerezos que durante la floración tiene que ser espectacular.
El paseo por el canal es muy bonito y a pesar de no estar los cerezos en flor lo disfrutamos un montón. Es un paseo muy tranquilo que realmente invita a la meditación y a la tranquilidad. Debe su nombre a un profesor de filosofía muy conocido; Kitaro Nishida, que paseaba por ese camino para reflexionar y meditar. El camino propiamente dicho comienza en el Ginkakuji y termina en el templo Eikando Zenrin-ji, aunque se supone que el profesor, lo terminaba en el Nanzenji.
Continuamos caminando hasta la siguiente parada de la mañana: visitar el santuario Heian Jingu.
El gran tori rojo que hay antes de su entrada principal es uno de los más grandes de Japón y el edificio principal, fue construido basándose en las construcciones del Palacio Imperial de Kioto.
Este santuario fue construido en 1895 como conmemoración del 1100º aniversario de la Heian-Kyo (el antiguo nombre de Kioto).
Este santuario es tan importante que es el centro de muchas celebraciones de festivales.
Cuanto entras en el recinto te sorprendes de las dimensiones tan grandes… además hacía un calor terrible que hacía más dificil aun acercarse a la entrada…
Merece la pena echar un vistazo porque es realmente precioso; pero si hay algo que nos interesaba de este santuario eran sus jardines; conocidos por salir en la película “Lost in traslation”.
La entrada cuesta 600 yenes; quizá algo cara pero creemos que merece muchísimo la pena; además, con el calor que hacía se agradecía algo de sombra en alguna de sus zonas.
Pasamos un buen rato por los jardines, descansando en varios sitios y sobre todo disfrutando de la tranquilidad y lo precioso que es todo su entorno.
Si tenéis tiempo, no dudéis en visitar tanto el santuario como los jardines porque son realmente bonitos.
Cuando salimos, fuimos caminando hacia otro templo de película: el Chion In. Digo de película porque a muchos os sonarán las escaleras de este templo ya que sus empinadas escaleras sirvieron para rodar una de las escenas de “El último Samurai”.
Este templo data del año 1234 y es sede de una escuela budista; de hecho había una ceremonia en uno de los templos interiores.
Estuvimos paseando un rato por los alrededores, echando alguna foto y disfrutando de que estábamos prácticamente solos.
Casi se acercaba la hora de comer, pero antes decidimos coger el bus 202 hasta el Castillo Nijo, pero calculamos mal de nuevo… era martes y resulta que en diciembre, enero, julio y agosto, el castillo cierra los martes… Nuevo chasco; cambiamos de planes y volvemos a la estación donde comimos un par de hamburguesas y nos tomamos un café con hielo tranquilamente mientras planeábamos la tarde…
Estábamos bastante cansados así que nos fuimos un rato al hotel a descansar (el calor que hacía nos tenía literalmente agotados) antes de decidir qué hacer por la tarde.
Después de un merecido descanso; decidimos ir a pasar la tarde a la zona de Gion así que cogemos el bus 206 y nos bajamos en Shijo Dori.
Comenzamos a pasear por las callejuelas de Gion; el barrio de geishas por excelencia.
A pesar de conocerse como un barrio; realmente Gion son como dos distritos: Gion Kobu (el más grande con algo más de 80 casas de té) y Gion Higashi (tan solo con 12 casas de té).
Lo bonito de este barrio más que su calle principal, es callejear y perderse por las callejuelas, algunas de ellas muy estrechas con el auténtico sabor del japón medieval con sus ochaya (casas de té) y sus Okiya (casas de geishas).
Te puedes pasar horas paseando por allí, y haciendo una de las cosas con las que más he disfrutado de la visita a Japón: buscar maikos y geikos.
De hecho, lo mejor de todo es estar paseando por una callejuela y encontrarte de repente con una maiko o una geiko (en esta zona de Japón se llaman geikos no geishas).
¿Y cómo distinguir una geiko de una maiko?; parece complicado, u os puede parecer que es lo mismo… aquí os damos algunos consejos para distinguirlas.
De hecho, una vez veis un par de ellas, a las siguientes las distinguiréis perfectamente solo con mirarlas a la cabeza ya que las maikos llevan más adornos en el pelo que las geikos. Además de eso; las geyko llevan peluca con muy poca ornamentación.
Pero no solo eso, el calzado, los kimonos o los complementos también son diferentes… Por ejemplo las maiko suelen vestir kimonos con mangas más largas y colores más vivos y las geiko llevan mangas más cortas y colores más serios digamos.
Nosotros tuvimos mucha suerte ya que en nuestra primera visita a Gion pudimos ver tanto maikos como geykos…
Para quien no lo sepa, una maiko es una aprendiz (Mai= baile, Ko= niña) y geiko significa literalmente “mujer de arte”; porque a pesar de lo que mucha cree, estan mujeres son verdaderas artistas que dedican gran parte de su vida a aprender el arte de la danza, la música, la escritura…
Nos parecieron no solo preciosas, sino sobre todo elegantes… frágiles… con un cuidado en los detalles extremo… además… mira que tiene que ser dificil ser elegante con tanto complemento… pero es que además, cuando te das cuenta… han desaparecido !
Actualmente no llegan al millar las geishas que hay en Japón pero antes de la gran guerra, se contabilizaban unas 80000 en todo Japón.
Os contamos un poco del procedimiento de las chicas para llegar a ser geishas…
Para empezar; la chica en cuestión debe haber terminado su formación obligatoria (15-16 años más o menos). Tras esto deben pasar un periodo de formación de aproximadamente un año; tras el cual, se convierten en maiko y reciben un nombre profesional y además ya puede acudir a fiestas en las ochayas para entretener a los clientes. Tienen que pasar unos 5 o 6 años más de estudio y entrenamiento hasta que lleguen a ser geishas.
Pudimos ver varias esa tarde como os digo (dos maikos y dos geikos) y nos quedábamos completamente anonadados con ellas… En mi caso, utilicé el zoom de la cámara para no molestarlas; pero había gente que se echaba literalmente encima y las molestaban con los flashes…
Algunas de las que vimos iban a la casa de té Ichiriki (una de las ochaya más famosas e importantes; a la que por cierto sólo se puede entrar con invitación previa de alguien «de dentro»); eran sobre las 6 de la tarde así que imaginamos que a esa hora debía empezar la fiesta.
Cuando dejamos de verlas, nos fuimos hacia Pontocho a dar un paseo y tomarnos una cerveza y un par de yakitoris en un pequeño bar por 800 yenes.
Volvimos a pasear por Gion ya cuando se había hecho de noche, y si por el día es bonito, por la noche aun lo es más.
Tras esto, volvimos a la zona del hotel y cenamos en una cadena de comida rápida que había cerca del hotel; cenamos pollo y udon por 700 yenes los dos.
Era hora de ir a dormir y descansar que al día siguiente seguiríamos paseando por Kioto.
Me ha encantado!! Nosotros también vimos alguna, tendré que ver en las fotos si era maiko o geiko…Esos templos son impresionantes, lo único que le quitaba un poco de encanto era la cantidad de gente que había por todas partes y el calor, madre mía qué calor que pasamos en Kioto!!! Pero sin duda Kioto es espectacular!!!
Nosotros fue donde más calor pasamos con diferencia… lo de la gente… la verdad que había mucha si, suerte que como madrugábamos mucho, los sitios principales los pudimos ver algo más tranquilos, pero sí… sobre todo en Kioto notamos que había muchísima gente. Un abrazo Mª Angeles !
Son preciosas…me quedo maravillada al verlas!
ojalá pueda ver unas cuantas mas en esta segunda visita…
Has hecho unas fotos muy bonitas, y como bien dices, sin acosarlas… Gracias por compartirlo!
un abrazo
Yo me quedaba sin palabras… la verdad es que estamos muy contentos… volvimos 2 días más a Gion y los dos días pudimos ver tanto maikos como geikos y conseguir fotos muy chulas. Ya verás como en este viaje ves más ! Un besico Vero
¡Preciosas las geikos y maikos Dave! Qué suerte haber podido ver tantas. Y me parece que fuiste súper-respetuoso al sacarles las fotos de la forma que lo hiciste; es cierto que hay gente que las acosan de una forma indecente… ??????
¡Un abrazo!
Muchas gracias ! La verdad que pudimos ver varias y los dos días siguientes también, no sé si fue suerte o que íbamos con los ojos muy abiertos. Qué bonitas son verdad? Y lo del acoso… De verdad que se veía a cada personaje que daba vergüenza ajena.
Preciosas fotos y una entrada muy completa.
Un buen resumen de un gran día
Muchas gracias Mónica !