Como ya sabéis, durante el puente de diciembre de 2015 nos escapamos para conocer Praga y Budapest.
Al empezar a preparar un poco las visitas en Praga, nos costó decidir si hacer alguna excursión fuera como Kutna Hora o Cesky Krumlov; pero finalmente decidimos que como Praga tiene tantísimo que ver, nos quedaríamos todo el tiempo allí. Al final nuestra estancia en Praga fue de 3 días y medio. Días que dedicamos básicamente a pasear, visitar los mercadillos navideños y empaparnos de la gastronomía local.
En este post podéis ver la preparación y presupuesto total del viaje
Nuestro itinerario por Praga quedó más o menos así:
Día 0: Llegada y Stare Mesto
Día 1: Free Tour Sandemans – Tour Castillo Sandemans.
Día 2: Barrio Judío-Mala Strana
Día 3: Mala Strana- Nove Mesto
Día 4: Últimos paseos por Praga.
Comenzamos contándoos nuestro día cero ya que llegamos al aeropuerto de Praga a eso de las 19.30 de la tarde. Optamos por el traslado económico para llegar al centro y es que menos de un euro puedes comprar un billete combinado de bus y metro válido para 9o minutos. Cogimos el bus 119 (frecuencia cada 15-20 minutos) y nos bajamos en la última parada, que conecta con la primera parada de la línea A de metro (Dejvicka) y ahí ya te conecta con el centro. Nosotros nos bajamos en la parada Mústek para enlazar con la línea B de metro hasta Námêsty Repúbliky ya que teníamos al lado el hotel.
Nada más salir a la plaza, ya vimos el primero de los mercadillos navideños que veríamos, echamos un vistazo y probamos el primero de los Trdelník (dulce típico en forma de rollo) que nos pareció riquísimo, y nos fuimos rápidamente a hacer el Check in al hotel Ibis Praha Old Town (el cual recomendamos totalmente).
Una vez hecho el registro no dudamos en salir de nuevo y dirigirnos hacia Staromestské námestí , la Plaza de la Ciudad Vieja.
Pero antes pasamos por el precioso edificio de la Casa Municipal (una de las joyas art nouveau de la ciudad) y una la imponente Torre de la Pólvora; una de las tantas torres de la ciudad.
Las calles estaban atestadas de gente, un ir y venir de personas nos recordaba que estábamos en pleno puente y que todo el mundo se concentra en el gran mercadillo navideño de la plaza vieja.
Y una vez llegas, a pesar del bullicio, del agobio de que no quepa un alfiler entre los puestos del mercadillo… Ahí tienes las dos torres de Nuestra Señora de Týn; imponentes, dominando la plaza… Tenía tantas ganas de ver esa imaginé que casi me emociono al llegar a la plaza.
Estuvimos un rato paseando entre los puestos, haciendo fotos y degustando un par de dulces y salimos de la plaza hacia el famoso reloj astronómico (del cual os hablaremos en otro post). Nos quedamos maravillados ante el y poco después comenzó el espectáculo de movimientos de las figuras que forman parte del reloj.
Tras estar un rato mirando el reloj; se nos hacía tarde y queríamos ir a cumplir una de nuestras tradiciones viajeras; ya sabéis, visitar el Hard Rock Café, en el que cenamos y compramos como siempre nuestra camiseta y pin.
Después de cenar volvimos caminando al hotel, pasando de nuevo por la preciosa plaza. No tardamos en irnos a dormir ya que los días siguientes darían mucho de sí…
Tan solo llevábamos unas horas, y ya estábamos ensimismados con Praga; nuestras expectativas sobre la ciudad (a pesar de estar tan llenísima de gente) se confirmaban.