Dejamos Kioto y volvemos a movernos por el país. Comenzamos etapa cogiendo el tren a las 7 de la mañana poniendo rumbo a visitar el Castillo de Himeji; el que dicen que es el castillo más bonito de Japón.

Cuando llegamos a la estación de Himeji, diluviaba tanto que tuvimos que pararnos a comprar un paraguas a mitad de camino al castillo.

Decidimos ir andando desde la estación al castillo (unos 15 minutos en linea recta) que ya se divisaba a lo lejos (desde el tren llegando a Himeji ya se ve; precioso).

Cuando llegamos aun estaba cerrado así que mientras esperábamos que abriese, nos pusimos bajo un toldo a esperar a que abriese y aprovechar la visita siendo de los primeros en entrar.

El Castillo de Himeji reabrió sus puertas; tras una exhaustiva restauración, en marzo de 2015 por lo que lo que ha vuelto a convertirse en uno de los puntos principales en una visita a Japón.

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Patrimonio de la Humanidad desde 1993 (y tesoro nacional), es conocido también como “castillo de la garza blanca” debido al yeso blanco de sus muros, y no nos extraña que lo llamen así porque el blanco es realmente blanco nuclear (lástima que el día estuviese tan gris y en las fotos no se aprecie como es debido).

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Pagamos 1040 yenes de entrada por persona; con acceso a los jardines, y comenzamos la visita al castillo.

El castillo de Himeji; es además una de las construcciones medievales mejor conservadas de Japón, ya que el aspecto que vemos ahora, es la costrucción original porque este castillo no ha sufrido incendios, derrumbes etc. De hecho, dos bombas cayeron sobre su torre principal pero afortunadamente no explotaron.

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Este castillo es el ejemplo perfecto de la arquitectura de este tipo de castillos ya que es un castillo hirayama-jiro (castillo edificado en una colina pero rodeado de llanuras).

El castillo ha pasado por varios usos, desde fuerte militar defensivo a sede del gobierno feudal hasta convertirse en uno de los símbolos de la zona.

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El interior nos dejó muy fríos, tenemos que seros sinceros. El exterior es maravilloso, pero yo me esperaba alguna exposición en su interior (sabemos que a veces las hay), armaduras de samurai, katanas… algo; algún panel, alguna litografía… pero nada de nada. Estaba completamente vacío; eso sí, eso también te hace que te des cuenta de las dimensiones tan enormes que tiene el interior del castillo: salas, recovecos, laberintos interminables… y eso si… cientos de escaleras !!!!.

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La torre principal es lo más reconocido del castillo y además su diseño está lleno de salas secretas y pasadizos, se eleva 92 metros sobre el nivel del mar.

Otra curiosidad del castillo es que sus ventanas fueron diseñadas en realidad como celosías protectoras.

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Deciros que existen visitas guiadas en inglés, y con alguna empresa también en español. Tenéis más información en la página de Japonismo.com

Poder visitar el Castillo de Himeji (a pesar de la intensa lluvia) fue una experiencia muy bonita (a pesar de lo que os decimos de que su interior nos dejó algo fríos, porque esperábamos algo más); y la verdad que aun solamente sea para verlo por fuera, merece la pena 100% su visita.

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Decidimos no visitar los jardines porque cada vez llovía más fuerte así que cambiamos nuestros planes y nos fuimos de nuevo a la estación para coger el tren. Siguiente parada: Hiroshima.

Desde el momento que decidimos viajar a Japón, supimos que visitar Hiroshima tendría que estar dentro de nuestra ruta.

Hiroshima desgraciadamente es conocida porque el 6 de agosto de 1945, cayó sobre la ciudad la primera bomba atómica que se lanzó contra objetivos japoneses.

Nosotros íbamos con el tiempo muy justo para visitar solamente lo básico; pero en muchas guías o blogs encontraréis información suficiente para pasar un día entero en la ciudad.

Una vez bajamos del tren, cogimos el autobús de la ruta naranja ya que este entra dentro del pase JR.

Bajamos en la Gebaku Domu (la cúpula de la bomba atómica). Es sobrecogedor llegar al edificio y ver como se quedó tras la explosión de la bomba. No os podéis hacer una idea del cuerpo que se te queda al pensar en esas miles de personas que literalmente desaparecieron al instante…

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Este edificio formaba parte de la Exposición Comercial de Hiroshima, y su función comercial era promover la compra venta de productos producidos en la misma prefectura de Hiroshima.

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Os preguntaréis por qué es tan famoso o tan conocido el edificio, y es que fue el único edificio que se quedó en pie tras la explosión de la terrible bomba. De hecho lo que vemos hoy es como se quedó tal cual; tan solo se han hecho unos mínimos trabajos de preservación y seguridad.

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Tras esto, fuimos a visitar el Parque Memorial de la Paz de Hiroshima.

Está muy cerca de la cúpula (cruzando el puente) y se trata de un parque de más de 120.000 metros cuadrados y está construido en lo que antes era el centro neurálgico y financiero de Hiroshima.

En este parque es donde se celebran los actos conmemorativos cada aniversario de la caída de la bomba.

A nosotros personalmente nos impactó más este lugar que la zona de la cúpula. Es impresionante ver el Monumento a la Paz de los Niños que murieron a causa de la bomba (y que fue financiado con el apoyo de más de 3000 escuelas) o ver las miles de grullas de papel simbolizando la paz. Ni que decir tiene lo emotivo que es ver a los japoneses en ese memorial, muchos de ellos recordando quizá a algún familiar cercano.

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Muy emotivo también la llama de la paz o el cenotafio que contiene los nombres de las personas que murieron a causa de la explosión.

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Con el corazón en un puño nos dirigimos a visitar el Museo Conmemorativo de la Paz de Hiroshima.

Pagamos los 200 yenes por persona sin imaginar lo que había dentro (no quisimos leer practicamente nada antes de ir). Antes de nada, nosotros pensamos que estas cosas sí que deben ser recordadas y tener acciones conmemorativas, pero entendemos que haya personas que no quieran pasar por ese trago ya que es una visita muy dura, y lo que se ve dentro no es agradable. No vamos a entrar en detalles; pero además de los antecedentes históricos con videos y documentos gráficos; veréis objetos, una réplica de de la bomba y múltiples objetos tal y como quedaron ese día.

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Pero lo que nos sobrecogió sobremanera fue ver restos de piel; o ver como la gente desaparecía sin más… dejando la sombra o los muros, paredes… Impactante de verdad.

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Su horario del 1 de marzo al 30 de noviembre es de 8:30 a 18:00, del 1 de diciembre al 28 de febrero de 8:30 a 17:00 y del 1 al 31 de agosto es de 8:30 a 19:00.

Nuevamente os encontraréis seguramente con muchos escolares aprendiendo una dura lección de historia.

Para nosotros ha sido una de las visitas más duras que hemos realizado; de hecho, salimos antes de lo esperado porque se te queda un cuerpo terrible.

A nosotros esto poco que vimos de Hiroshima nos gustó mucho; y es una visita muy interesante e instructiva sobre un acontecimiento que cambió el rumbo de la historia contemporánea.

Pensamos que incluso viajando con niños pequeños y aunque sea una visita muy dura, puede ser muy instructiva para ellos.

Decidimos ir a comer a una zona que llevábamos apuntada como muy recomendada: Okonomimura a probar los famosos okonomiyaki de Hiroshima. Escogimos un sitio pequeño y tradicional donde probamos dos okonomiyaki exquisitos (infinitamente mejores que los de Kioto) por 1800 yenes los dos con una cerveza y agua.

De aquí volvimos a la estación de tren para coger el tren dirección a Miyajima, pero os lo contaremos en otro post correspondiente.