Nos levantamos temprano para recoger la habitación e ir a desayunar, esa mañana dejábamos Ciudad del Cabo para ir hacia Hermanus a probar suerte con el avistamiento de ballenas.
Después de desayunar recogimos las maletas y dejamos la ciudad conduciendo por la N2 hasta enlazar con la R44.
Nosotros hicimos varias paradas pero hasta el momento no había suerte…
Antes de ir a Hermanus no podíamos dejar pasar la oportunidad de visitar Betty’s Bay para ver otra colonia de pingüinos, concretamente la colonia de Stony Point.
Esta vez casi los vimos más de cerca que en la península del Cabo dos días atrás.
De nuevo, dimos un paseo por unas pasarelas de madera disfrutando de estos pequeños animales que tanta gracia nos hacen.
Pudimos leer parte de los carteles explicativos en los que tanto hincapié hacen en el tema de la conservación de la especie.
Después de volver a hacer como decenas de fotos de los pingüinos (y de empezar a pensar en el trabajo que me costaría procesar todas las fotos…) nos dirigimos de nuevo al coche para esta vez sí, llegar hasta Hermanus.
Fuimos primero al hotel; el Whale Coast Lodge, una especie de B&B con unas habitaciónes preciosas. Lo reservamos directamente en su página, la Orca Room y resultó ser todo un acierto; ya que el baño era inmenso con una enorme bañera hidromasaje (de la que daríamos buena cuenta…), y una ducha inmensa.
Después hacer el check in, preguntamos a las dueñas por el tema de los avistamientos; y nos dieron un par de folletos.
Bajamos caminando hasta el paseo marítimo donde encontramos varias personas en diferentes lugares mirando hacia el mar, intentando lo mismo que nosotros: ver ballenas.
En principio; desde junio a noviembre, es la mejor época para ver ballenas, ya que anualmente viajan desde el auténtico sur hasta las costas cercanas a Hermanus; normalmente se dice que la segunda quincena de septiembre coincide con el mayor número de avistamientos, pero también en noviembre que ya han tenido a sus crías y se acercan más a la costa.
Desde el paseo marítimo pudimos comprobar que tienen que estar bastante cerca de la costa para poder verse…
Dimos varios paseos por la zona, pero no hubo suerte así que decidimos probar suerte con los barcos que salen para los avistamientos.
Por la zona del paseo si tenéis suerte (nosotros no lo vimos) podréis ver al avisador de ballenas, un hombre con una campana y un cartel anunciando los últimos avistamientos.
Fuimos al hotel a por el coche y nos dirigimos al puerto viejo; allí preguntamos en la primera empresa que vimos (había dos una al lado de otra; la primera nos dio más confianza). La excursión comenzaba a las 15.30 así que sin dudarlo, reservamos antes de ir a comer. Pagamos 51 euros por persona por la excursión.
Fuimos a comer a un restaurante justo encima del aparcamiento del puerto viejo. Un restaurante muy bonito con vistas al mar, en el que aseguran que alguna vez desde la terraza se ven ballenas. De nuevo, no hubo suerte…
Comimos tranquilamente mientras comentábamos si tendríamos suerte de verlas desde el barco…
Bajamos puntuales al embarcadero, donde antes de subir al barco te explican los tipos de ballenas que existen y los tipos de ballenas que se suelen avistar.
Subimos al catamarán y nos pusimos directamente en la parte delantera sentados tranquilamente, además el mar estaba en calma así que cero mareos.
Poco a poco el barco fue bajando de velocidad… cuando de repente escuchamos a la gente “Look, look ¡!!!” miramos, y a lo lejos… no lo podíamos creer, que emoción ¡!! Vimos a lo lejos unas aletas… Os aseguro que nos entró una emoción tremenda…
El barco paró allí mismo… y de repente empezaron a aparecer un par de ballenas francas (por cierto se llaman así por la facilidad de ser cazadas por los arponeros) mucho más cerca del barco…
No puedo describiros lo que sentí en ese momento, pero se me saltaron las lágrimas. Fue un momento muy especial… Y a pesar del tamaño de las ballenas, la sensación que tienes es como de una paz infinita. Pero es que además, no me imaginaba que las podríamos tener tan cerca… casi las podíamos tocar…
Poco a poco se acercaron más ballenas y parecía como que estaban jugando entre ellas; y aquí ya pude comprobar lo difícil que me iba a resultar fotografiar a la fauna…
No tuvimos la suerte de verlas saltar, ni de conseguir una foto con la cola fuera… pero os aseguro que ese día se ha convertido en uno de los más especiales de mi vida. La emoción que sentimos como os digo es muy complicado de describir con palabras.
Pero creo que además de que os enseñe muchas de las fotos que hicimos… aquí tenéis un video para que veáis lo cerca que las teníamos.
Fue tanta la emoción que no pude reprimirme, y me puse a llorar de la emoción (algo que se repetiría a lo largo de todo el viaje).
Cuando bajamos del barco estábamos como en una nube, completamente emocionados… A pesar de no tener fotos completamente nítidas y de gran calidad… los recuerdos que nos llevamos y tenemos grabados, son excelentes.
Cuando bajamos del catamarán estaba ya anocheciendo y cuando llegamos al hotel, aquello era como una ciudad fantasma… no había ni un alma… a eso hay que sumarle lo que os he comentado en post anteriores, la oscuridad de las calles… Así que entramos en un supermercado a comprar y justo en frente había un bar así que nos metimos allí; que si que estaba muy animado, a tomar un par de cervezas
Cenamos en la habitación un par de sándwiches y de nuevo caímos rendidos… Yo creo que el miedo inmenso al día siguiente hizo que nos durmiéramos pronto también…
Si por casualidad durante vuestro viaje, tenéis menos días o una ruta más ajustada, podéis hacer los avistamientos contratando desde Ciudad del Cabo excursiones de ida y vuelta, y no dejéis de hacerlo, porque sin duda esto una de esas cosas que hay hacer una vez en la vida.
Impresionante el vídeo!! Que cerca que las teníais !! No me extraña que te emocionaras….
Y los pingus….esos tres parecen mafiosos y con pintas de venir a pasar cuentas jajajaja xD
Gracias Vero!
Los pingus son tan graciosos que te los llevarías todos a casa !
Y las ballenas… Uf es que solo de recordarlo me emociono un montón
Gracias por pasarte por aquí!
Increíble David! Que pasada! Nos hemos emocionado viendo las fotografías y el video ! Es un destino que disfrutaremos muchísimo gracias a ti y tus consejos. Un beso
Muchas gracias Verónica. Estoy deseando que me confirmes que iras a Sudáfrica en 2016. Estoy mas que convencido de que te va a resultar un viajazo !ñ
Un besazo!
He revivido la emoción que sentimos al ver ballenas francas en Península Valdés… ya sabes que yo también lloré… y mucho :'(
Sabes lo mucho que me nos hemos acordado de ti todo el viaje verdad ?
Gracias por pasarte por aquí.
cúando estuvisteis? yo voy en marzo pero no sé si merece la pena ir hasta allí si no es la época de las ballenas…
gracias de antemano
Hola Carolina, gracias por leernos.
Nosotros estuvimos en julio. Intenta ponerte en contacto con La Oficina de turismo de Sudáfrica o buscar info de cuando es la mejor época para verlas. Aún así, creo (no estoy seguro) que marzo no es la mejor época (suele ser de junio a noviembre).
Me ha gustado tu artículo, seguiré leyendo el blog, abrazos.