Para nuestra última mañana en Florencia habíamos dejado dos planes importantes: visitar el Museo de San Marcos y visitar el Museo Bargello.

Después de desayunar, fuimos dando un paseo hasta el Museo de San Marcos que se encuentra muy cerca de la Accademia.

Ubicado en la plaza del mismo nombre; el Museo di San Marco ocupa la parte más antigua del convento dominico de San Marcos. Fue remodelado entre 1436 y 1452 y tras diversas obras a cargo de Michelozzo, el resultado fue un edificio renacentista; pero el actual museo fue abierto como tal en 1869.

Este museo es conocido por albergar las obras más importantes de Fra Angelico; entre ellas, una de sus obras más famosas: «La Anunciación».

Pero no solo por esto es interesante la visita al museo; ya que además de ver el Claustro, la lavandería o la capilla, podemos ver el interior de las celdas decoradas con exquisitos y muy bien conservados frescos de la vida de Cristo.

Tras dar una vuelta por las celdas y volver a disfrutar de «La Anunciación» salimos del museo y de camino a la siguiente visita nos tomamos un café en una bonita cafetería cercana al museo.

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Fuimos paseando hasta el siguiente punto de nuestra ruta: visitar el Museo Bargello.

Este museo se encuentra en uno de los edificios más bonitos de Florencia; y aunque por fuera no te diga nada, solamente por disfrutar de su patio ya ha merecido la pena llegar hasta aquí. Se construyó a finales del siglo XIII y de residencia del Magistrado de la ciudad pasó a ser la residencia del jefe de policía (Bargello, de ahí su nombre). En 1865 se inauguró como museo y pasó a contener alguna de las obras más importantes del Renacimiento.

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Todo gira alrededor de su gran patio central para después dividirse en varias salas que contienen importantes obras de arte de las que sólo nombraremos las más conocidas:

La Sala Miguel Angel con su Baco ebrio o un medallón de la Virgen con el niño.

La Sala Donatello con una de las esculturas más importantes del museo: el David en bronce de Donatello (que nos encantó, todo hay que decirlo) que nada tiene que ver con el David de Miguel Angel como podéis ver; pero también un David en Mármol de Donatello y obras de Ghiberti (los moldes de las puertas del Baptisterio).

Además de estas salas principales hay otras salas significativas como la Sala Verrochio (con un David de Verrochio) o una importante colección de azulejos y cerámicas.

Como os contaba; desde mi punto de vista, además de las preciosas esculturas (no perderse las esculturas nombradas), el patio central es una verdadera maravilla.

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Cuando salimos, dimos un paseo de camino al hotel (ya habíamos hecho el check out) y decidimos ir a comer tranquilamente al mismo sitio donde comimos el primer día a la Osteria Centopoveri, donde nos dimos un buen atracón de comida italiana: 2 platos de pasta, dos segundos, un tiramisú, agua, cerveza y un café por 27 euros. Como os contamos en post anteriores, uno de los mejores sitios en los que hemos comido.

a las 15.30 cogimos el autobús (en la zona de atrás de la estación de autobuses) dirección a Pisa donde pasaríamos unas horas antes de volver a España.

Tenemos que decir, que teníamos unas expectativas altísimas con esta visita de 3 días a Florencia, y las ha cumplido con creces. Si eres un amante del arte sin duda tendrás el conocido síndrome de Stendhal. Pero si no estás interesado en visitar los museos de Florencia, tan solo pasear por las calles de la ciudad hará que esta ciudad pase a tu top de ciudades.

Nos ha encantado su ambiente, su arte, la majestuosidad de algunos edificios, su comida, sus vistas… Sin lugar a dudas es una ciudad a la que volver una y otra vez y a la que nosotros, seguro… volveremos.