Comenzamos los relatos correspondientes a la parte de Budapest de nuestro viaje durante diciembre de 2015.
Comenzamos nuestro viaje a Budapest desde Praga, cogiendo un tren a las 15.30 y llegando a Budapest a las 22.30 así que como os podéis imaginar, nos fuimos directos al hotel (OASIS GUESTHOUSE, reservada a través de booking.com, 4 noches por 130 euros) a dormir.
Por cierto antes de empezar con este primer día, agradecer desde aquí a Alfonso Morales del blog http://www.thewotme.com/y a Carlos Nóbrega de Los viajes de Ark por la ayuda y mensajes intercambiados.
A las 8 de la mañana ya estábamos al pie del cañón dispuestos a salir a recorrer las calles de la ciudad, teníamos la visita guiada al parlamento a las 10.15, así que antes fuimos a recoger las Budapest Card de 72 horas que nos ofreció la Oficina de Turismo.
De camino;pasamos por la Basílica de San Esteban, y los vimos todos los puestos del mercado de navidad que aun estaban cerrados.
Mirad que árbol de navidad tan original nos encontramos al lado de la Oficina de Turismo.
Antes de recoger las tarjetas nos paramos a desayunar y ya pudimos comprobar los buenos precios que tiene esta ciudad en lo que a restauración se refiere.
Nos pusimos a caminar para llegar al Parlamento y dar una vuelta por los alrededores y buscar la puerta de entrada para hacer la visita guiada.
La entrada a la zona de visitas guiadas se hace por la zona derecha de la foto, bajando unas escaleras en una especie de plaza (se ve perfectamente una vez allí).
Recordad que ahora las visitas guiadas se pagan, y que debéis hacerlo en la página oficial pinchando aquí , no lo hagáis en otras páginas porque os cobran mas (o mucho mas en algunos casos).
La parte trasera del parlamento ya nos dejó boquiabiertos, es un edificio verdaderamente magnífico, que hace que no puedas soltar el dedo del disparador de tu cámara.
El Parlamento de Budapest es el tercer parlamento más grande del mundo tras el de Rumanía y Argentina. Comenzó a construirse en 1884 siguiendo las ideas, los planos y estudios de Imre Steindl y la magnitud de su construcción demostraba el poder de la Hungría de esa época.
Pasamos los controles de seguridad y nos juntamos con todo el grupo español. Y una vez comienzas la visita, te das cuenta que si el edificio por fuera es muy bonito, por dentro no se queda atrás. Sobre todo la gran escalinata para las recepciones…
Nos os pondré muchas datos ni muchas fotos del interior del Parlamento por si vais a hacer la visita no desvelaros demasiado; pero os decimos que merece mucho la pena porque además la visita guiada no dura más de 45 minutos.
La visita casi termina en el hemiciclo (por cierto con muy moderna tecnología aunque no lo parezca); además de verlo, la guía te explica a la perfección el funcionamiento, y siempre es interesante ver cómo funcionan estas cosas en otros países.
Por cierto súper curioso lo que nos encontramos fuera del hemiciclo… unos posapuros!
Una vez fuera del Parlamento hicimos unas fotos del exterior (verdaderamente increíble la magnitud del edificio) y disfrutando de las magníficas vistas hacia Buda que se tienen desde allí.
Siguiendo la orilla del Danubio nos dirigimos a otro de los imprescindibles en una visita a la ciudad. El emotivo monumento de los zapatos. Se trata de un conjunto de zapatos dispuesto en un trozo de la orilla del Danubio mirando hacia Buda. Para entrar solo un poco en materia; entre mayo y julio de 1944 más de 450.000 judíos de Hungría fueron enviados a Auschwitz y más de la mitad fueron gaseados nada más llegar… (esto os puede dar una idea de la gran comunidad judía que había en Hungría, una de las más grandes de Europa).
El Monumento de los Zapatos, simboliza a los más de 20.000 judíos que fueron ejecutados y lanzados al Danubio durante diciembre de 1944 y enero de 1945.
Los que me conocéis, o los que nos leéis asiduamente sabéis lo mucho que me conmociona este tema… Me parece espeluznante lo que el hombre puede llegar a hacer.
Continuamos caminando hasta llegar a otro de los «must» de la ciudad: el maravilloso Puente de las Cadenas, el más famoso de la ciudad. Su verdadero nombre es Puente Széchenyi y antes de que fuese inaugurado tras 20 años de obras en 1849, el Danubio solamente podía cruzarse en barco o pie caminando sobre las aguas heladas !!! (que miedo!!).
El puente es una maravilla, aunque el puente como lo vemos actualmente es una reconstrucción inaugurada en 1949 ya que los alemanes lo volaron durante la Segunda Guerra Mundial.
Cruzamos el puente, y nos dirigimos hacia el funicular para subir a la zona del Castillo de Buda. OJO !! que el funicular no entra en la Budapest Card, y no es barato. El trayecto de sólo subida cuesta 1200 florines por persona. lo que no es nada barato teniendo en cuenta el precio de otras cosas… Decidimos cogerlo porque teníamos mucho día por delante pero como oscurecía pronto teníamos que aprovechar bien el tiempo; al menos puedes tener una bonita vista mientras subes.
Una vez arriba, nos fuimos directamente a ver lo que más me apetecía de toda la ciudad, y lo que se ha convertido en nuestra zona preferida de la ciudad.
Llegamos a la zona del Bastión de los Pescadores y la Iglesia de Matías y verdaderamente no defrauda.
El Bastión de los Pescadores es un mirador neogótico y neorrománico que se inaguró en 1902; el nombre de Bastión de los Pescadores hace honor a este gremio que defendía durante la edad media las murallas de este lugar.
Actualmente tan solo tiene una función decorativa digamos, y creemos que desde aquí se tienen las mejores vistas de Pest.
Increíble las vistas del Parlamento desde aquí en todo su esplendor. No nos cansamos de hacer cientos de fotos de todo el Bastión, y del Parlamento… lástima que el tiempo no acompañó demasiado ya que además de nublado llovía a ratos.
Por cierto que las 7 torres, representan a las 7 tribus mangianas establecidas en los Cárpatos.
Después de maravillarnos y subir una y otra vez por varios sitios del Bastión decidimos entrar a visitar la Iglesia de Matías (Iglesia de Nuestra Señora) que tampoco es barato, 1400 florines por persona.
La iglesia es pequeña, pero muy cuca digamos. La iglesia original data del siglo XI cuando el rey Bela IV mandó construir un palacio en la actual colina de Buda.
Su aspecto actual es una reconstrucción del siglo XIX y está considerado como uno de los templos más bellos de Hungría; y además en su interior se celebran numerosos conciertos de música clásica (la cultura musical de este país es increíble, y muy rica).
Preciosa por cierto la antigua capilla y sus frescos (allí podéis ver un trozo de la iglesia original).
Al salir, fuimos a dar un paseo por las zonas cercanas a la iglesia, pasando por el Archivo Histórico y visitando después la Torre de la Magdalena, o lo que queda de ella…
Deshicimos nuestros pasos y fuimos a la Oficina de Turismo que hay en la plaza para pedir un mapa e información sobre los Gellert; y decidimos comprar las entradas allí. Te hacen un pequeño descuento con la Budapest Card, y optamos por coger una cabina privada en lugar solo una taquilla; el precio de la entrada con el descuento fue de 4770 florines.
Era la hora de comer, así que escogimos un pequeño sitio cercano a la Iglesia de Matías. Comimos una pizza, un sándwich, una botella de agua y una cerveza de medio litro, por 5000 florines.
La idea era continuar con la visita al «Hospital on the Rock» (un bunker de la guerra excavado en la roca) al cual yo le tenía muchas ganas; pero al llegar allí faltaba casi una hora para la siguiente visita; así que optamos por marcharnos e irnos directamente a los Baños Gellert para poder llegar a los planes de la tarde.
Para ir a los Baños Gellert desde la Colina de Buda cogimos el bus 16 y nos bajamos en la parada del funicular; una vez allí cogimos el bus 86 y nos bajamos en la parada Gellert (no hay pérdida, está bien indicado).
En nuestros planes estaba seguro ir a los baños Szechenyi, pero viendo fotos de los Gellert también le teníamos ganas, y bueno, al hacerse tan rápido de noche, decidimos aprovechar así. Además uno tiene ocasión de ir a baños termales tan buenos y sobre todo tan bonitos, todos los días.
Una vez entras, te diriges a la zona de vestuarios para cambiarte de ropa. Ojo, que en estos baños, en la piscina interior (y la más bonita) es obligatorio el gorro de baño, si no lleváis, allí venden.
La piscina interior es famosa debido al conocido anuncio de Danone de hace unos años. Y si que es bonita si, pero sobre todo estuvimos muy tranquilos, el ambiente es de relax total, gente muy silenciosa y un público mayoritariamente adulto. Pero lo mejor de todo es que estábamos muy poca gente con lo que el relax fue absoluto.
Lo que no nos gustó fue la zona de fuera, ya que parte de ella estaba en mantenimiento, y que estaba accesible, estaba poco cuidada. Sin duda alguna lo que gana de este balneario es su zona interna.
tanto es así que apenas estuvimos 15 minutos solamente fuera; volvimos rápidamente a la piscina interior a seguir con la mala vida.
Salimos con una relajación absoluta (noche cerrada ya) y cogimos el metro para dirigirnos a la comercial Vaci Utca, donde degustamos los primeros dulces de los que tanto habíamos leído. Nos metimos en Anna Café a tomar un par de café y un trozo de exquisita tarta por 1030 florines. Y desde aquí nos dirigimos al Dock (muelle) número 7; a la empresa Legend Cruises para hacer algo que recomendamos totalmente: hacer un crucero por el Danubio.
Si de día la ciudad es bonita, por la noche te enamora. Por cierto que durante el trayecto nos dieron una bebida a elegir (champán incluido!!) con lo cual mucho mejor aun. Os dejamos la web en la que encontraréis toda la información: http://legenda.hu/en/danube-legend
Estuvimos casi una hora de trayecto (ida y vuelta) en el que además de la bebida tienes incluida la audioguía con toda la información de la ciudad y los edificios que se ven, además de los puentes.
Perdonad por la escasa calidad de la fotos pero además del movimiento del barco, tenemos que añadir que los cristales se empañaban a menudo.
Terminados los planes de ese día, tocaba disfrutar del ambiente del primer Mercado de Navidad, el de Karacsony Vásár; donde además de degustar el vino caliente estuvimos paseando por la cantidad de puestecillos y disfrutando del ambientazo que había a esas horas.
Para cenar, como os podéis imaginar escogimos el Hard Rock Café (caro para los precios de comida que hay por allí) pero ya sabéis que es una tradición que nos encanta seguir cumpliendo.
El día había dado muchísimo de sí, y aunque se nos quedaron cosas en el tintero como el Hospital on the Rocks, estábamos encantados, pero sobre todo muy pero que muy sorprendidos (gratamente) con la ciudad.
Que bonito el Parlamento!! creo que en persona ha de ser una maravilla ^_^
Tema baños…es que tras el onsen japonés el modelo spa ya no me atrae tanto laverdad : S auqnue por dentro luce muy bonito, eso si.
un abrazo
El Parlamento es maravilloso; una visita sin duda imprescindible. Y respecto al Gellert, las fotos no le hacen justicia, por dentro es una chulada. No sé si los onsen japoneses son todos aguas termales; porque estos la verdad que tienen propiedades terapéuticas… En Julio comprobaré lo de los Onsen si es que no me echan !! XD
Fui a Budapest en la prehistoria y me encantó, aun había muchos resquicios de su anterior época y eso le daba un aire especial. Estoy deseando volver a ver cómo ha cambiado. Preciosas fotos, me apunto para la próxima el Parlamento por dentro. Un abrazo!
Pues ya sabes, para otra escapadita Pepa. A nosotros nos sorprendió mucho la ciudad en general, y la verdad que aunque nos quedaron cosas por ver, lo disfrutamos un montón… Ay ese relax en los baños…
David!!!! El año que viene buscamos un destino que coincidamos en el tiempo !! A finales de mayo nos vamos a Budapest …
Me está encantando!!!
Os va a encantar, es una ciudad sorprendente , cualquier duda aquí estámos!
Tenemos un post de comer y beber también
Pues lo voy a buscar