Nos despertamos con la misma emoción de los días anteriores o más ¡! Hoy tocaba visitar la Roma Imperial. Tras un buen desayuno nos fuimos a coger el metro rumbo al Coliseo.
Al salir del metro, ante tus ojos, aquella mole, el COLOSSEO. Inmenso y dominando la situación. Me puedo imaginar cómo se sentiría una persona de la época que llegara por primera vez a Roma y viera el Coliseo. Impresionado.
Ese día activamos nuestra Roma Pass por lo que no tuvimos que hacer cola; pasamos directamente por los tornos habilitados para ello.
Y ya una vez dentro, me imagino el rugir de las fieras, los gritos de los gladiadores, el ir y venir de la gente; a la vez, no puedo evitar que se me encoja un poco el corazón pensando en la cantidad de gente que murió en la arena por el simple entretenimiento de los ciudadanos.
Hay gente que me ha comentado que se esperaba más; que quizá se lo esperase mejor conservado por dentro. A mí sin duda, es uno de los monumentos que más me gustan.
Tras dar la vuelta completa y maravillarnos viendo el interior; salimos dispuestas a visitar el Palatino.
La entrada es conjunta para el Coliseo-Palatino-Foro (mi recomendación es que lo hagáis en ese orden, a mí al menos, me gusta más así).
Decir también, que antes de entrar al Coliseo, me compré un libro por 10 euros con el antes y el después de los monumentos con unos dibujos y unas trasparencias; además te da una explicación de lo que vas viendo que viene my bien, porque tanto en el foro como en el palatino apenas hay explicado nada. El libro lo puedes comprar en los puestecillos de souvenirs que hay fuera.
El Palatino, está bastante poco conservado; y ahí si que apenas te pone lo que vas viendo. Con el libro, la guía y un poco de información que ya sabíamos nos íbamos haciendo una idea. Entramos también en el Museo, donde se pueden ver algunas esculturas, mosaicos y utensilios varios; así como varias explicaciones del Palatino.
Fuimos bajando hacia los foros; y antes de bajar desde arriba tienes unas vistas IMPRESIONANTES de todo el foro, del Coliseo…
Me encanta el foro romano, el centro de la urbe, donde se mezclaban todas las clases sociales, los jueces, los mercaderes, hombres y mujeres…
Vas viendo los restos de las enormes Basílicas, el Templo de Júpiter, la Tumba de Julio César (la gente aún le deja flores frescas); la Cloaca Máxima y algo que a mi me dejó impresionado cuando leí la historia de ese templo, el de las Vestales (Templo de Vesta).
Eran las encargadas de custodiar el fuego sagrado de Roma, del que se decía que si se apagaba significaría el fin del Imperio. Estas chicas, eran elegidas y tenían 3 fases en su vida: durante la niñez se las educaba y formaba para ejercer “el oficio”; durante la adolescencia eran las encargadas de custodiar el fuego y durante la edad adulta eran las encargadas de formas a las nuevas vestales. Tenían algunos privilegios, como sitios privilegiados en determinados actos, la posibilidad de tener carros (algo reservado solo a los hombres…); pero como las pillaran manteniendo relaciones con hombres, las encerraban de por vida en un zulo con un único agujero para pasarles la comida. Muy fuerte.
Sigues caminando por las ruinas y ves los foros imperiales, el foro de César; y tras descansar un poco a la sombra (verdaderamente es una paliza para los pies). Una vez visto todo, nos fuimos hacia la salida tranquilamente y paseando de nuevo por el foro y como el hambre apretaba ya (no era muy tarde pero llevábamos toda la mañana sin parar) nos fuimos a la Via San Giovanni in Laterano nº 70 en busca del conocido restaurante LUZZI pero estaba lleno de gente así que nos fuimos unos números más atrás y nos sentamos a comer en una terraza; muy bien y a muy buen precio.
Decidimos irnos a coger el metro para ir a visitar San Giovanni in Laterano, otra de las grandes Basílicas. Muy bonita por cierto, enorme con unas estatuas (de santos) enormes en el interior.
Como información decir que al lado se encuentra la Scala Santa, la escalera por donde se supone que subió Cristo a ver a Pilatos.
Tras visitar San Giovanni (no os la perdáis) decidimos volver al metro para ver las inmediaciones del Circo Massimo (que maravilla tener el bono de transportes incluído en la Roma Pass). El Circo Massimo hoy en día, no es más que una esplanada de hierba, pero es interesante de ver e imaginar las carreras de cuadrigas y los juegos que allí se hacían. Hoy en día digamos que es lugar de esparcimiento donde la gente va a correr, a pasear al perro o simplemente a pasear.
Encaminamos nuestros pasos hacia un lugar que tenía muchas ganas de conocer, la zona del Aventino para ver la Orden de los Caballeros de Malta, para mirar por su cerradura y ver perfectamente la cúpula de San Pedro. El paseo por el barrio es muy bonito, no se ve ni un solo turista caminando por ahí, y las casas son realmente bonitas.
Antes de ver la famosa cerradura entramos en la Iglesia de San Alessio.
Tras mirar por la cerradura y ver lo curioso de que se vea perfectamente la cúpula encuadrada, nos dirigimos a ver Santa Sabina (está al lado), una iglesia muy muy bonita y muy diferente a las que veréis por Roma.
Caminamos unos metros y nos plantamos en un sitio realmente bonito: Il Giardino degli Aranci, una especie de parquecito muy tranquilo, con gente del lugar, y un mirador precioso, en el que relajarte admirando las vistas.
Bajamos ya por el Lungotevere Aventino para salir a Santa Maria in Cosmedin; conocida por encontrarse allí la Bocca della Veritá, que en realidad es la tapa de una alcantarilla. Pero la tradición manda y nos hacemos la típica foto con la mano metida dentro.
Muy recomendable el interior de esta iglesia así como la parte de abajo que alberga la iglesia antigua y los restos del antiguo templo.
Frente a la iglesia tenéis dos templo muy bien conservados. El templo circular es el Templo de Hércules Victorioso (no confudirse que en muchas guías al ser circular, lo llaman Templo de Vesta).
Y ahora si, directos al Trastévere… uno de los barrios más romanos y más bonitos.
Teníamos apuntadas tres iglesias imprescindibles para ver por aquí, adentrándonos antes en este barrio tan bonito, con las fachadas con esos colores tan peculiares caracterizan a Roma.
Primera parada: Santa Cecilia in Trastevere. Cuando entras, y ves el patio ajardinado no te imaginas lo que se esconde dentro. La estátua de Santa Cecilia que hay en el altar, es muy bonita. Se supone que la estátua reproduce el cuerpo de la Santa tal y como fue encontrado. Muy curiosa la historia de esta santa, a la cual obligaron a casarse con un hombre y ella le decía que se tenía que mantener virgen porque un ángel se lo decía, y que hasta que el no viera a ese ángel no podrían consumar nada de nada… Y el pobre hombre no vio ángel ninguno y claro se cuenta que para pasar el tiempo ayudaba a Cecilia a dar sepultura a los cristiano, por lo cual mataron al marido, y a ella la martirizaron metiéndola en una olla gigante con aceite o agua hirviendo y ella en lugar de gritar de dolor, cantaba, hasta que al final acabaron degollándola. Por cierto los frescos de esta iglesia y su baldaquino tampoco tienen desperdicio.
Segunda Parada: San Franceso a Ripa. Que ganas tenía !!! No pude ver casi nada de este bonito barrio en mi anterior visita por falta de tiempo… y ahora allí estaba…
Llegamos a San Francesco y yo me fui directo a ver la joya… El Éxtasis de la beata Ludovica Albertoni de Bernini !!! por fin la tenía delante, no creáis que tiene mucho que envidiar al Éxtasis de Santa Teresa. Bueno… tengo que decir que ejem… yo no se si la señora estaba viendo un ángel, un santo o no se… pero vamos la estátua es totalmente erótica !!! y si no fijaros en la cara y las manos, donde van esas manos???? !!!
Y por fin llegamos al centro del barrio: Santa Maria in Trastevere; una preciosa iglesia del siglo XII que fue construida con materiales traídos de las Termas de Caracalla. Los frescos dorados del pórtico son preciosos, y en su interior podéis ver una Madonna con niño muy bonita.
Al salir nos fuimos a intentar ver San Pietro in Montorio, pero después de tanto subir cuestas y escaleras, estaba cerrada, pero bueno pudimos ver el templete del interior desde fuera… Y de ahí, a merendar al lado de la plaza, un tiramisú en Via della Paglia en NICKNOWEGO CAFÉ realmente exquisito y no demasiado caro !!!! además la animación de la plaza de Sta. María está muy bien, un ambiente muy romano y juvenil.
Cansadicos ya nos volvimos al hotel un rato, antes de salir a cenar y a dar otro paseo nocturno. Esa noche nos subimos al Pincio para hacer unas fotos con vistas a San Pedro y nos fuimos bajando hacia Piazza di Spagna, que había más gente que por el día !!
Y a esto que nos damos cuenta que no hemos cenado, y como nos convenció ningún sitio de la zona (un poco caros), pues ale al Mcdonalds de Spagna a la rica hamburguesa !!
Y tras tomarnos un heladito para hacer la dirección nos fuimos ya al hotel a descansar tras otro intenso pero interesantísimo día.