Salimos de Salem sin ningún problema y pusimos rumbo a la región de los Finger Lakes. Nos quedaba un gran camino por delante.

No se hace excesivamente pesado a pesar de lo recto de las carreteras, de vez en cuando nos desviábamos por algún pueblecito, y a la hora de comer decidimos parar en Lee; en el Premium Outlet. Aquí no comentaré nada más que fue una auténtica locura de inicio de compras compulsivas jajajaa; además dedicaré un post exclusivo a las comprar en outlets y en USA en general:

Outlets

Seguimos camino a los Fingers, y llegamos al primer pueblo en el que haríamos noche: Auburn.

Cuando estaba planeando el viaje, este punto fue un poco complicado, porque no hay demasiada información de esta región, pero de nuevo gracias a Miriam con sus consejos y su blog organízate tu mismo  (no me cansaré de repetirte que sin ti todo este viaje no hubiese sido posible) del blog … poco a poco la ruta fue tomando forma.

Al llegar a Auburn nos sorprendimos muchísimo porque no era tarde, y era como un pueblo fantasma… estaba casi todo cerrado y no se veía un alma por la calle. Daba hasta un poco de miedo jeje. No sé si es porque estaba cerca el 4 de julio, porque era sábado… no sé deciros pero nos descolocó muchísimo… No sabíamos muy bien hacia dónde tirar, así que aparcamos el coche y paseamos un poco por el pueblo, pero nada ni un alma… como en una película de terror.

Como era temprano y en el pueblo no se veía nada que hacer, decidimos volver al coche e ir a algún pueblo cercano, nos decidimos por Cayuga.

Fuimos pasando por carreteras secundarios, por paisajes preciosos (los Fingers es una región muy conocida por sus buenos vinos, veréis multitud de bodegas por la zona).

Cayuga es un pueblo muy pequeño a orillas del lago Cayuga.

En Cayuga, bajamos hasta el lago y allí sí que había un ambientazo de gente tremendo, gente paseando en barca, gente de picnic, parejas disfrutando de la puesta de sol…

La verdad que era un sitio muy muy bonito.

Había una zona reservada a yates y una especie de club. Imagino que en verano se duplicará la población; pero además el pueblo es muy bonito y tranquilo y por qué no decirlo muy romántico.

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Volvimos al coche y nos fuimos al cercano pueblo de Union Springs, también a orillas del Cayuga, donde vimos también multitud de barquitos.

Aquí si que nos relajamos mucho mas, y nos quedamos pasmados, maravillados y enamorados de una de las puestas de sol más bonitas que he visto en mi vida.

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Lo comenté hace poco, que sólo por eso ya merece la pena los kilómetros que vas haciendo… Son de esos instantes que te guardas para ti y que sabes que siempre quedarán en tu memoria.

Os aseguro que fue un momento memorable.

Volvimos al coche (extasiados y muy contentos) y nos dirigimos de nuevo a Auburn (están muy cerca unos pueblitos de otros) y ya nos fuimos al hotel a hacer el Check- in. Elegimos el motel Super 8 por recomendación de Miriam. Es el típico motel de carretera, nada de lujos, pero como era solamente para dormir suficiente. Además tenía un desayuno básico pero suficiente incluida. Si no recuerdo mal nos costó 52 dólares la noche. La pinta no es demasiado buena la verdad, pero estaba limpio y la cama muy cómoda.

Después de instalarnos, fuimos a cenar. Y aquí vino lo mejor de Auburn, el Curley’s. Un ba-restaurante al lado del hotel que resultó ser toda una sorpresa. Había bastante gente (sorprendentemente a pesar de que el resto del pueblo estaba vacío) y aparte del bar que es enorme y había un ambientazo totalmente de película con gente bailando, tomando cervezas, jugando al billar o a los dardos; hay una terraza cubierta que da al río, genial para cenar una noche de verano.

Pedimos dos hamburguesas con patatas (tremendamente buenas), alas de pollo, agua , una cerveza y un trozo de pastel por 26$. De las mejores cenas de todo el viaje ¡!!

Después de este intenso día nos fuimos a dormir que el día siguiente también se presentaba interesante ¡!

Al día siguiente nos despertamos temprano como de costumbre y después de desayunar nos dirigimos hacia Waterloo para visitar otro Premmium Outlet (este sí que lo teníamos programado).

De camino se pasan por sitios preciosos, carreteras de película dignas de una bonita postal.

Tras las compras en Waterloo (como os dije, dedicaré un post para las compras), visitamos el pueblo que también es muy pero que muy bonito.

Nuestro siguiente destino era Ithaca, la ciudad universitaria; pero de camino pasamos por Trumansburg y aprovechamos para acercarnos a ver las Taughannock Falls, pero estaban completamente secas, apenas tenían un hilo de agua y la verdad que fue una pena porque el entorno es verdaderamente espectacular.

Cuando llegamos a Ithaca me sorprendí mucho porque me lo imaginaba más pequeño a pesar de ser una zona universitaria muy importante del estado de Nueva York. Tiene unos 30.000 habitantes y alberga la conocida universidad Cornell. Pero lo más sorprendente quizá es la multitud de cascadas que hay en pleno casco urbano.

Estuvimos paseando por el campus (no había casi nadie claro al ser temporada estival) que resultó ser una maravilla, los edificios preciosos, y pudimos ver algunas de las hermandades que vemos en tantas películas.

Nos perdimos un poco por el pueblo que además tiene bastantes cuestas y un amable local (es increíble lo amables que son los americanos. Os aseguro que son gente encantadora) nos indicó cómo llegar a una cascada que estábamos buscando.

Dejamos el coche en un lado de la carretera y tras pasar por un camino de árboles, llegamos a las Buttermilk Falls. Impresionante que en medio de una ciudad de repente te encuentres con esto…

No llevábamos el bañador puesto y no quisimos ir de nuevo al coche a cambiarnos pero aprovechamos para relajarnos un poco mojándonos las piernas y viendo lo bien que se lo pasaba la gente…

Después de haber pasado un buen rato relajados en la cascada nos volvimos al coche. Dejábamos Ithaca para ir a Seneca Falls.

Seneca Falls es otro bonito pueblo de la región de los Finger Lakes y con una gran importancia en lo relativo a la lucha por los derechos de la mujer ya que allí; en 1848 se celebró la primera convención sobre los derechos de la mujer en Estados Unidos y en la que se publicó un documento basado en el de la Independencia de los Estados Unidos y en el que se exponía de forma clara las restricciones a las que estaban sometidas las mujeres.

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El pueblo es muy bonito y tiene varios puntos de interés nacional (muchos de ellos relacionados con el tema de la lucha de las mujeres) pero nosotros nos dedicamos a pasear sin rumbo por la zona de la antigua fábrica, por una especie de paseo junto al río. Un sitio precioso.

Antes de marcharnos tomamos algo en un bar típico de por allí (la verdad que el pueblo estaba vacío; era domingo y había poca gente, solo alguna persona del pueblo) paramos en un bar muy típico a tomar algo, serían como las 6 y media de la tarde y allí los locales ya pedían para cenar…

Como aún teníamos tiempo, nos fuimos a otro precioso pueblo de la región: Geneva.

Este pueblo también es grande e importante dentro de la región y se encuentra a orillas del Lago Seneca.

Aparcamos el coche y lo que hicimos fue pasear tranquilamente por el paseo que hay junto al lago, ahí sí que había un ambientazo, gente paseando, en lancha, cenando, pescando…un sitio muy bonito y también con un bonito memorial al 11S y con una preciosa luz de atardecer.

Y ya dimos por terminada nuestra ruta por la desconocida y sorprendente región de los Finger Lakes (desconocida para nosotros claro, en USA es bastante conocida como nos dijeron personas por allí).

Cogimos el coche y nos fuimos dormir Henrietta (Rochester), como a una hora de camino para así adelantar camino a Niagara, nuestra siguiente parada.

El hotel elegido era de la cadena Microtel y resultó ser un acierto. Está a las afueras, en la carretera (al lado de varios restaurantes de comida rápida). Habitación muy limpia y cómoda y con un desayuno básico incluídoy muy barato (unos 55-60 euros).

Deciros que los Finger Lakes es una zona preciosa, muy muy bonita, de la cual me ha quedado un grato recuerdo y que no descarto volver algún día con más tiempo para disfrutar tranquilamente de la zona; conocer alguna bodega, bañarme en los lagos… Es una zona perfecta para perderse una semana (o dos…) y explorar toda la zona que es verdaderamente maravillosa.