Antes de que sonase el despertador, el jet lag (sí, creedme, es real…) hizo acto de presencia y ya tenía los ojos como platos… Así que después de darme una buena ducha comencé a organizarme mentalmente.

Quiero agradecer desde aquí a Miriam por su ayuda, en su blog podréis encontrar también muchísima información:

http://organizatetumismo.blogspot.com.es/

Como ya comenté nuestro hotel estaba muy cerca del Boston Common (5 minutos exactos andando) así que salimos a la calle bien temprano para desayunar frente al hotel.

Había amanecido lloviendo. Con esto quiero decir que en Boston el clima es muy cambiante así que no está demás que os llevéis un paraguas plegable o un chubasquero…

Después de un buen desayuno (y algo caro… sí, ya comenzamos a notar que los precios nada tenían que ver con la costa oeste); nos pusimos en marcha para comenzar nuestra andadura por la preciosa ciudad de Boston.

 

Boston se fundó en 1630 y fue creciendo gracias a su relevancia como principal puerto para los barcos a Gran Bretañas y las Indias Occidentales pero sobre todo, Boston es la ciudad en la que comenzó a forjarse la independencia, y la que los llamados padres de la patria , los patriotas se reunieron para ir forjando el proceso. Conocidos sucesos de la historia norteamericana sucedieron allí (el famoso “Tea Party” o la gran masacre de Boston por ejemplo…).

Es una de las ciudades históricas por excelencia.

Con esta “guía” podréis seguir mis pasos y conocer (a grandes rasgos evidentemente) la bonita Boston en un día y sin morir en el intento.

Comenzaremos hablando del Freedom Trail, el sendero de la libertad. Se trata de una línea de ladrillos rojos que va por el pavimento y que comienza en el Boston Common. Es la mejor manera de ver lo más emblemático de la ciudad y se puede hacer en una mañana sin ningún problema.

Partimos del Boston Common, el pulmón verde de la ciudad. Un precioso parque público que se remonta a 1634 y que en sus orígenes era un campo de entrenamiento militar.

En el Common tenéis también un punto de información turística en el que si queréis podéis contratar tours guiados, comprar algún mapa…

Comenzamos el Freedom Trail viendo ya la imponente State House con su cúpula dorada que se divisa desde varios puntos de la ciudad (dentro por ejemplo está la “House of Representatives”).

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La lluvia; aunque fina, parecía que nos quería dar tregua y comenzó a amainar un poco mientras seguíamos nuestro camino hacia la libertad, pasando por la Park Street Church con su conocida aguja de 78 metros de altura.

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Justo al lado tienes un lugar que creo que es imprescindible su visita: el Granary Burying Ground; un cementerio que data de 1660 y en el que están enterrados los héroes de la Revolución y personajes tan importantes como Samuel Adams o Paul Revere. Conocidos como los padres de la patria. Claro es evidente que a nosotros no nos suenan de nada, pero para los estadounidenses son auténticos héroes.

Si seguís la línea roja iréis por diversas zonas de la ciudad. Realmente es una ciudad preciosa, y lo llevo diciendo desde que llegué que las fotos no le hacen justicia porque la ciudad es verdaderamente maravillosa.

Y llegas por ejemplo a la King’s Chapel o a la Old Nort Churh, y ves también en el suelo un memorial a la masacre de Boston.

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Si seguís el sendero, llegaréis a una de las zonas más conocidas, concurridas y bonitas: el Quincy Marquet. Un precioso mercado cubierto con todo tipo de puestos de comida, de todo tipo, y de todas las etnias. Y algunos de ellos con unos dulces que “quitaban el sentío”.

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Como aún era muy temprano para comer, decidimos seguir la línea roja, y junto al Quincy llegamos a una zona que me encantó y con unas vistas fabulosas.

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Si seguís paseando llegaréis a una zona cuanto menos curiosa y podréis ver lo que es la casa más antigua de Boston. Una casa que se encuentra tal y como era antiguamente.

Merece la pena el paseo por esta zona, es como estar en otra ciudad diferente, muy muy bonita.

Os aseguro que en todos los foros que he leído, reviews, blogs… no he leído a nadie que no le haya encantado esta ciudad.

Seguimos el sendero y pasamos por un emotivo memorial improvisado a los soldados caídos en Afganistan (ya sabéis que significan los militares para los estadounidenses).

Y por fín llegamos al histórico distrito del North End. Aquí nosotros decidimos terminar de recorrer el Freedom Trail (tenéis la opción de seguir un poco más, o deteneros en lo que mas os guste, entrar en algún museo…).

Nosotros decidimos coger el metro y dirigirnos a Harvard. Cogimos la línea verde hasta Park Street y allí la línea roja hasta Harvard (por cierto carísimo el metro en Boston, no recuerdo exactamente porque no lo apunté pero resulta caro el transporte).
El trayecto a Harvard es corto unos 20 minutillos y llegas al sitio de los sueños de mucha gente (yo entre ellos, lo que me hubiese gustado estudiar en Harvard…).

Lo mejor que podéis hacer allí es pasear y alucinar con lo que hay allí montado… es una maravilla ¡! Una zona súper bonita, con el ambientazo universitario, las hermandades, gente haciendo deporte, casas preciosas….

Todo está súper limpio y muy cuidado y es una zona tranquilísima y perfecta para darte un buen paseo y relajarte, o tirarte al césped a leer o simplemente a descansar viendo pasar el tiempo.

Volvimos a la plaza principal donde te deja el metro y allí decidimos quedarnos a comer. Tenéis varios sitios por la zona para elegir. Nosotros nos metimos en uno de bocadillos vegetales y ensaladas que estaban bien buenos la verdad.

Tras pasear un poco más por la zona, volvimos a Boston pero esta vez cogiendo la línea roja hasta el Longfellow Bridge para disfrutar allí de una de las vistas panorámicas más bonitas de la ciudad.

Seguimos caminando hacia el siguiente punto, la bonita zona de Beacon Hill y alrededores.
Beacon Hill es un barrio muy bonito con las típicas casitas unifamiliares con sus escaleras y muchísimas tiendas de antigüedades y delicatessens.

De camino a la Apple Store nos encontramos con una señora de origen español (sus padres eran médicos y su marido también, no sé si sabéis que Boston es una de las ciudades médicas por excelencia) y estuvimos caminando un rato con ella mientras nos contaba cosas de la ciudad como que aún tiene mucha segregación racial y en la que escasea la clase media. (A todo esto la señora era agente inmobiliaria y había vendido hacía unos días la casa de Giselle Bunchen por una cantidad enorme de dinero).

Después de visitar la tienda de la manzanita y una tienda de cosas del hogar (fantástica por cierto; compramos un descorazonador de magdalenas ¡! Y una salsa para pasta que estaba realmente deliciosa ¡! Tengo que volver a por más ¡!! Jejeje), seguimos paseando hasta llegar al archiconocido “Cheers”.

Desgraciadamente no pudimos entrar a tomar nada porque estaba reservado para una fiesta privada y no nos dejaron entrar…

Así que aprovechamos y frente a Cheers tenéis el Public Garden, otro parque precioso que es digamos como la continuación del Boston Common en el que podéis sentaros a descansar porque si habéis seguido esta “guía” estaréis ya agotados ¡!

Volvimos de nuevo a Beacon Hill. Deteneos un poco en esta zona, merece la pena… es una verdadera joya este barrio y es muy muy tranquilo.

Como nos gustaron tanto las vistas desde el puente, volvimos allí porque la luz ahora era una maravilla para hacer fotos.

Además bajamos a sentarnos un rato por la zona del embarcadero y ver como se entretenía por allí la gente con sus lanchas, pescando, jugando…

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Cómo ya se iba acercando la hora de la cena, nos volvimos andando al Quincy Market y decidimos cenar por allí. Había un ambientazo total, a tope de gente.

Después de cenar y a pesar de que estábamos agotados (el cansancio del viaje, dormir poco y las pateadas que te metes, al final… te pasan factura jeje) decidimos volver caminando al hotel para agotar como dios manda el día en Boston.

Os aseguro que es una ciudad fantástica. Me dio mucha pena no tener al menos un día más para disfrutarla con calma, además ya os digo que las fotos para nada le hacen justicia.

Me dormí muy muy satisfecho…

Os vuelvo a recomendar que al menos la mañana la dediquéis a recorrer el sendero de la libertad porque es súper cómodo y es una buena manera de ver los sitios más representativos de la ciudad…

Y me dormí pensando en lo bonito que es Boston ¡!!