Situada entre Verona y Venecia, esta ciudad de la región italiana del Véneto queda eclipsada por las mismas y os aseguramos que tiene una oferta cultural que poco o nada tiene que envidiarles. En este post os vamos a enseñar qué ver y hacer en Padua en uno o dos días (o los que quieras).

Un poco de historia de Padua.

Con más de 211.000 habitantes, Padua es la capital de la región y su fundación (según cuenta la leyenda…) data del 1132 a.C. por un príncipe troyano que huyó de la destrucción de Troya.

Tras la caída del Imperio Romano (Padua aun conserva algunos vestigios romanos, como es lógico), la ciudad perdió su influencia y tardó en recuperar su esplendor.

Tuvo que esperar al Trecento para convertirse en uno de los centros culturales más importantes y a pesar de que siglos después la ciudad estuvo dominada por Venecia supo mantenerse como centro cultural e influyentes gracias a figuras como Giotto, Donatello o Mantegna entre otros y gracias; además, a la fundación de su Universidad en 1222 siendo así una de las más antiguas del mundo.

Hoy Padua cuenta con una de las universidades más importantes del país y aunque su situación entre Venecia y Verona la dejan en un discreto segundo plano; tras visitarla, pienso que quizá es mejor que siga así y siga conservando un poco esa esencia discreta y preciosa.

Cómo llegar a Padua.

Lo normal es llegar a Padua haciendo escala en alguno de los aeropuertos vecinos más cercanos (normalmente Venecia) y después trasladarse en tren o coche.

En nuestro caso volamos a Bolonia por ser el vuelo que teníamos directo desde Zaragoza, y después cogimos un tren. Es cierto, que desde Bolonia queda bastante más lejos que desde Verona o Venecia pero nosotros tuvimos que hacerlo así.

Desde Bolonia el tren regional nos costó 11 euros por persona y tardó alrededor de 90 minutos. Hay algún tren un poco más rápido pero muchísimo más caro, no merece la pena porque apenas supone un ahorro de tiempo.

Para llegar al centro desde la estación de trenes puedes hacerlo cómodamente a pie dando un paseo (unos 20 minutos al centro casi en línea recta) o bien puedes coger alguno de los buses urbanos o en taxi.

Dónde alojarse en Padua.

Nos costó mucho decidirnos por un alojamiento en el centro de Padua, ya que justo para los días que íbamos o alguna de las noches estaba ocupada o se nos iba de precio.

Finalmente optamos por un airbnb muy bien situado cerca de todos los puntos principales.

En este enlace podéis encontrar algunas opciones de alomiento en Padua.

Seguro de viaje.

Como siempre, viajamos asegurados con Seguros Iati. Aunque sea un destino europeo y podamos tener asistencia médica, contratamos un seguro que incluía anulación por diversas causas, que nunca está de más.

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Qué ver y hacer en Padua.

La oferta cultural de la ciudad es impresionante. A continuación os vamos a contar qué ver y hacer en Padua, y aunque a nosotros no nos dio tiempo de ver todo lo que queríamos, sí que pudimos organizarnos para ver todo lo más importante e imprescindible.

Si se quiere aprovechar al máximo todo lo que hay que ver y hacer en Padua, lo mejor es hacerse con la Padova Urbs Picta Card, una tarjeta turística que incluye el acceso a varios lugares turísticos de interés (entre ellos la «Capella degli Scrovegni» y el «Battistero della Cattedrale», imprescindibles sin lugar a dudas).

Tenéis la opción de 48 o 72 horas y además incluye el uso del transporte público de manera gratuíta.

Podéis adquirirla en la web http://www.cappelladegliscrovegni.it/index.php/it/ cuando reservéis la visita a capilla (obligatoria la reserva previa como comentaremos más adelante), en la estación de tren, en los Museos Cívicos o en la Oficina de Turismo.

Y ahora sí, vamos a meternos de lleno en todo lo que hay que ver y hacer en Padua.

Capella degli Scrovegni. Una de las cosas imprescindibles que ver y hacer en Padua.

Podríamos decir que es la joya de la corona de la ciudad. Es el monumento que más turistas visitan y no nos extraña nada.

Considerada como una de las obras cumbres de Giotto e inscrita como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco (junto con el resto del ciclo de frescos del siglo XVI) es una delicia para los amantes del arte.

Para visitarla se debe reservar la entrada por adelantado en la web oficial y ojo con esto porque depende de la temporada en la que se vaya, vuelan.

Antes de entrar te muestran un pequeño documental sobre la realización de la capilla y se entra en pequeños grupos estando dentro unos 15 minutos aproximadamente.

Para nosotros era imprescindible visitarla y la verdad es que no decepciona. Los detalles de las escenas del juicio final son increíbles.

Museos Cívicos.

Situados en el mismo edificio que la Capilla degli Scrovegni, deberéis de pasar por aquí para acceder a la capilla así que es una buena excusa para visitarlos un rato.

Se conservan piezas prehistóricas, romanas, egipcias… No lo consideraríamos imprescindible como tal pero una vez allí cierto que resulta interesante. Hay mosaicos romanos muy bien conservados así que ya solo por eso merece la pena echar un vistazo.

Chiesa degli Eremitani.

Puedes visitarla antes o después de la capilla o los museos porque se encuentra en el mismo complejo y conserva unos frescos espectaculares de Mantegna y Guariento.

Siempre me impresiona el hecho de que casi siempre que entras a una iglesia en Italia, te sorprende de una manera u otra.

En esta ocasión nos encontramos con una iglesia enorme con una sola nave con 3 ábsides.

Loggia e Capella della Reggia Carrarese.

Cuando lo visitamos no había nadie que controlase el tema de las entradas. Puedes visitarlo por tu cuenta o esperar a una de las visitas guiadas.

Te llevará poco tiempo ya que el lugar donde se conservan los frescos es realmente pequeño.

Battistero della Cattedrale.

Para nosotros otra de las visitas imprescindibles. Debes reservar la visita con antelación (se hace en las oficinas) y te dan una audioguía estupenda que te detalla uno por uno todos los frescos.

Es un lugar impresionante de verdad. Y el nivel de conservación y los trabajos de restauración son asombrosos.

Está situado en un lado de la catedral que queda completamente eclipsada por el Baptisterio (realmente la Catedral, pues ni fu ni fa).

Oratorio di San Michele.

El Oratorio de San Michele es lo que queda de una antigua iglesia. Queda algo más alejado del centro propiamente dicho pero es un paseo muy agradable en el que además te encuentras con zonas menos conocidas pero igual de bonitas.

Estuvimos casi solos dentro, y aunque hay algunos frescos peor conservados, creemos que merece mucho la pena acercarse.

Basilica del Santo (Catedral de San Antonio de Padua).

Otra de las joyas de la ciudad y el lugar donde encontramos más gente (aquí es donde parar todos los tours panorámicos de la ciudad).

Es considerada Santuario Internacional y cenrtro de peregrinación internacional, y es increíble la veneración que tiene la gente por San Antonio. Había unas colas tremendas para ver la tumba.

La Basílica merece muchísimo la pena. Nos pareció muy bonita, llena de capillas preciosas, frescos impresionantes y bonitas estatuas de bronce (los frescos están inscritos también en el ciclo de frescos Patrimonio de la Humanidad).

La basílica es una mezcla de estilos que curiosamente conviven en armonía: románico, gótico y barroco.

Al lado de la catedral está el oratorio de San Jorge, cuesta 5 euros pero no había en la entrada para cobrar o pedir las entradas.

Palazzo della Raggione.

Situado en la Piazza delle Erbe, se trata de un gigantesco edificio del siglo XIII del que dicen que está diseñado como si fuese un barco puesto del revés.

Se trata de un salón de más de 80 metros rodeado de frescos (los originales de Giotto se quemaron y fueron reconstruidos).

Domina el centro del salón un increíble caballo de madera del siglo XV que fue construido para un desfile de la ciudad (es una «réplica» en madera del Gattamelata de Piazza del Santo).

Es un edificio impresionante. Debajo de él, entre las dos plazas hay una galería comercial llena de tiendas, bares o restaurantes.

Esto tan solo es el principio; una de las mejores cosas que se pueden hacer en Padua es recorrer sus preciosas plazas y perderse por sus calles porticadas. Además Padua cuenta con un entramado de calles bastante irregular lo que lo hace perfecto para callejear y encontrar rincones preciosos.

Seguimos contándoos otros lugares qué ver en Padua.

Piazza delle Erbe y Piazza della Frutta.

Son dos de las plazas principales de la ciudad. En ellas se encuentra uno de los edificios más emblemáticos: el Palazzo delle Raggione.

Estas plazas son punto de encuentro de los padovanos que se reúnen en sus terrazas y restaurantes y además en estas dos plazas se instala uno de los mercados más grandes de Italia.

Piazza dei Signori, otra de las cosas que ver y hacer en Padua.

Otra de las tres plazas principales de Padua.

En uno de sus extremos se encuentra la Torre dell’Orologio de origen medieval que recuerda al que se encuentra en Venecia.

Además de un mercado, hay numerosos locales para tomar algo, sentarse y disfrutar del «dolce far niente» (una de las cosas que más nos gusta hacer cuando visitamos Italia).

Por cierto que pasando bajo el arco del triunfo pasaréis a una zona de soportales preciosa. Ya os hemos dicho que una de las mejores cosas de la ciudad es pasearla ¿verdad?.

Prato della Valle.

Se trata de la plaza más grande de Italia, así como leéis. Es una plaza elíptica de unos 90.000 metros cuadrados con una zona verde central rodeada de estatuas y un canal.

Es una plaza llena de bullicio y en la que se realizan multitud de eventos.

Los dos días que fuimos, había un mercadillo HORRIBLE que rodeaba toda la plaza y afeaba todo el lugar.

Sin tanto tenderete seguro que es un lugar bellísimo pero la verdad es que con ese mercado cutre se deslucía todo del todo.

El resto de lugares que veréis a continuación los tuvimos que dejar para otra ocasión. La verdad es que no imaginábamos que esta ciudad tuviese tantísimas cosas para ver, y sobre todo el ambientazo que tiene de vida en la calle (eso fue lo que más nos gustó de todo).

Visitar Vicenza.

Otra de las cosas qué ver y hacer en Padua es hacer una escapada a la ciudad cercana de Vicenza, la ciudad de Palladio.

Nosotros tan solo pasamos allí una mañana por lo que evidentemente no tuvimos tiempo de ver todo lo que ofrece la ciudad.

Nuestro mayor interés era visitar el Teatro Olímpico, una de las visitas imprescindibles de Vicenza diseñado por el genial arquitecto Andrea Palladio en 1580.

Se trata del primer edificio de teatro cubierto de toda la historia moderna y sus efectos ópticos gracias a los trampantojos y la perspectiva son impresionantes.

El teatro está dentro de un edificio que era una fortaleza. Es una visita totalmente recomendable.

Además de eso, visitamos el Museo Cívico de la ciudad y la Basílica Palladiana, un edificio renacentista símbolo de la ciudad y ubicado en la preciosa Piazza dei Signori junto a la Torre Bissara.

Nosotros compramos una entrada que nos daba acceso al teatro y 3 lugares más (salía mejor de precio así).

Tan solo pudimos acceder a parte del edificio porque el interior albergaba una exposición sobre el Antiguo Egipto y que tenías que pagar aparte y además la terraza superior estaba cerrada (cierran cuando llueve para evitar resbalones.

Aun así nos gustó mucho pasear por la Logia.

Estuvimos paseando por la Piazza delle Erbe donde aprovechamos a tomar un aperitivo antes de comer y pasear un poco hacia la zona del restaurante pasando por rincones de la ciudad verdaderamente bonitos.

Para comer escogimos uno de los lugares más recomendados de la ciudad «Osteria Monelli» y fue todo un acierto. Probamos dos platos de pasta local y un entrante, un tiramisú y dos limoncello: 56 euros. Muy recomendable, muy buen servicio y al lado de la Piazza dei Signori.

Tenéis trenes con muy buena frecuencia desde y hasta Padua.

Otros lugares que ver en Padua.

Universidad de Padua: una de las más antiguas del mundo y con un teatro anatómico interesantísimo que dejamos apuntado para la siguiente ocasión.

Palazzo Zuckermann. Forma parte de los Museos Cívicos y alberga el Museo de Artes Decorativas y el Museo Bottancin. Cuando fuimos nosotros había una exposición de Frida Kahlo que tampoco nos dio tiempo de visitar.

Anfiteatro Romano. Solo queda una mínima parte de la que cuesta hacerse una idea. Podéis verlo en la zona de la Capilla de los Scrovegni.

Comer y beber en Padua.

La oferta gastronómica de la ciudad es increíble; no solo por la cantidad de restaurantes de todo tipo de comidas y para todos los bolsillos, sino por la cantidad de cafeterías, terrazas, bares, pubs, vinotecas, cervecerías…

Dicen de Padova, que su carácter y su ambiente es mucho más «juvenil» que el otras ciudades vecinas. No sabemos deciros si más juvenil, pero el ambiente lo tenéis asegurado.

Os vamos a contar los lugares que nosotros escogimos para comer, cenar o tomar algo (¡ Ojalá hubiésemos podido probar más !).

Cafeterías.

Milk Bar.

Bar Pollini.

Caffeteria Roma

Caffe Pedrocchi. Es uno de los clásicos de la ciudad. Intentamos entrar un par de veces pero una de ellas estaba cerrado y otra de ellas era tarde y estábamos ya cansados. Es un café con una decoración clásica y muy bonito (dicen). Aunque es cierto que hay varios cafés antiguos repartidos por la zona (Sin ir más lejos, el primer bar de la lista Milk Bar, donde desayunamos un día muy bien de precio por cierto).

Restaurantes.

La Roccia.

Como sabíamos de antemano que llegaríamos muy tarde a Padua, buscamos antes de ir sitios que cerrasen lo más tarde posible y encontramos este justo al lado del apartamento así que nos venía de perlas.

Un lugar tipo pub irlandés con buebnas cervezas, spritz y comida. Cerraban muy tarde así que tras dejar las cosas en el apartamento fuimos allí y nos atendieron muy bien a pesar de que eran más de las 11 de la noche. Pedimos una pizza, un sandwich de mozzarella y tomate, un agua, una cerveza y dos spritz por 29 euros. Muy recomendable la verdad.

Osteria L’Anfora.

Uno de los restaurantes más recomendados de Padua y uno de los más frecuentados por los locales (y turistas) durante todos los días.

Tuvimos que hacer un poco de cola (unos 15 minutos) pero os aseguro que mereció la pena.

Es uno de esos lugares que nos gustan, con historia.

Pedimos un entrante, dos platos de pasta típica de la zona, un postre a compartir, dos aguas, una cerveza y dos limoncello: 66,50 euros. Cobran 2,50 por persona por el «coperto» (ya sabéis que esto sucede en muchísimos lugares de Italia).

Totalmente recomendable.

Brutal

Os adelantamos que nos gustó tanto este sitio que repetimos.

Estuvimos la primera vez tomando un aperitivo a medio día y repetimos otro día para cenar (para la cena reservamos).

Se trata de una Enoteca con una increíble selección de vinos, cervezas y Spritz caseros y una selección de «tapas» increíble: tenéis focaccia de varios tipos, polpette, y especialidades varias en un ambiente completamente local.

Nosotros decidimos reservar para una cena porque es uno de los locales con más gente de la zona.

Pizzeria Savonarola.

Algo más alejada del centro, fuimos por recomendación de mi profesora de italiano (estuvo una temporada viviendo en Padua) y fue un acierto.

Rodeados de gente de la zona, pedimos dos pizzas increíblemente buenas (una de ellas especialidad de la casa con una burrata deliciosa), un agua, una cerveza, un tiramisú y dos limoncello y pagamos 40 euros.

Totalmente recomendable.

La Folperia.

Otro de las cosas imprescindibles que ver y hacer en Padua es picar algo en La Folperia, un puesto de comida callejero a base de pescado y moluscos que preparan al momento. La especialidad son los pulpitos (deliciosos de verdad) que venden al peso.

Al lado hay muchos bares donde tomar algo.

Es un imprescindible de la ciudad.

Bares y otros.

Aquí os recomendamos cualquier terraza en la Piazza dei Signori (una institución es el Bar Nazionale por sus conocidos Tramezzini y sus Spritz, o el Bar Romeo) o la Piazza delle Erbe.

Nuestra recomendación es que busquéis también algún lugar menos conocido bajo los soportales.

Nos quedamos con ganas de mucho más. Si tenéis pensado ir, dedicadle al menos dos días completos… A nosotros se nos quedaron varias cosas sin ver y ya estamos deseando volver y disfrutarla aun mucha más.

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