Como os comentamos en post anteriores el día de entrada a Kruger veníamos desde Swazilandia.
Salimos de Swazilandia por el pase fronterizo de Mananga, de manera muy rápida (unos 5 minutos) nada que ver con el día anterior a la entrada.
Fuimos hacia Komatiport y entramos a Kruger por Crocodrile Bridge ya que nuestro primer alojamiento dentro de Kruger sería Pretoriuskop.

Cuando entras te piden los datos de la reserva de las noches que vas a hacer en el parque (en el caso de que se haga noche allí; te preguntan cuántas noches vas a estar y te piden la Wild Card (si no la tenéis se puede comprar allí), te sellan la fecha y listo.

El Parque Nacional Kruger es la reserva más grande de Sudáfrica (unos 19.000 km2; para que os hagáis una idea, tiene la extensión de Cáceres más o menos) Limita al norte con Zimbaue, al este con Mozambique; al sur con Limpopo y al oeste con Mpumalanga.


Se abrió al público en 1927 cobrando una libra la entrada.
Poco a poco el parque fue cobrando fama y se fue concienciando a la sociedad de la importancia de la conservación y recuperación de especies (muchas de ellas en peligro) y a prohibir la caza masiva de grandes mamíferos.
El parque es gestionado por la red de parques nacionales de Sudáfrica (Sanparks).

Por cierto, estamos preparando un post especial para que podáis preparar vuestro safari por libre con toda comodidad.

Nada más entrar y justo al cruzar el Cocodrile Bridge ya teníamos a esta preciosa cebra y a un simpático facóquero que nos daban la bienvenida.

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Aquí ya pudimos comprobar lo que nos dijeron en Santa Lucía: los cocodrilos aquí son tremendos… están bien alimentados.

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Pudimos ver a un elefante solitario que en cuanto vio nuestro coche a lo lejos se dio la vuelta enseñándonos el trasero… (cosa que vimos muy a menudo en muchos animales durante toda la estancia en el parque).

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Seguimos nuestro camino por carreteras asfaltadas pero también por los numerosos caminos de tierra encontrándonos con las maravillosas y coquetas jirafas. Increíble la altura que tienen… sabes que son altas pero no eres consciente de cuanto hasta que no las tienes cerca.

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¿Sabíais que tienen el mismo número de vértebras que los humanos?

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Incluso tuvimos la oportunidad de ver como una cría se acercaba a por su comida y que nos regaló esta maravillosa fotografía.

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No sabemos muy bien cómo describiros todo lo que vamos a relataros tanto en este post como en los siguientes sin llegar a ser repetitivos, pero si alguien ama a los animales nos entenderá: el poder tener este contacto tan cercano, pero sobre el poder verlos como tienen que estar, en libertad, en su hábitat, tranquilos… Mirad que bonitas son de cerca.

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Un Kudu macho se nos acercó imponente mostrándonos su gran cornamenta y en un árbol cercano pudimos avistar dos águilas preciosas.

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Pero el momento del día estaba por llegar, íbamos hablando decidiendo qué carretera tomar cuando de repente, tuve que frenar de golpe: un guepardo tumbado tranquilamente en la carretera… casi se me para el corazón.

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Nos quedamos un buen rato en silencio; además la suerte era tremenda, ni un solo coche, solo nosotros (esto es muy difícil en Kruger ante un gran felino); cuando se dio cuenta de nuestra presencia se levantó muy despacio, con esa manera tan elegante de caminar, sigiloso…

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Y se subió a un árbol… ahí estaba dominando el territorio, y ahí estábamos nosotros disfrutando de ese momento…

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El corazón me iba a 1000 por hora… porque además no fuimos conscientes de la suerte que tuvimos hasta que pasaron los días… Los guepardos son muy complicados de ver también, ya que en Kruger actualmente hay menos de 150 ejemplares…

Lo dejamos tranquilo y seguimos nuestro camino cuando a los pocos kilómetros tuvimos que parar de nuevo… un montón de coches parados… había una manada de perros salvajes, pero nosotros solo vimos uno, que era PRECIOSO ¡!!

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Pero estaba solo por una razón, al parecer algo le pasaba, estaba enfermo porque justo al llegar nosotros, llegaron veterinarios del parque, a controlarlo… y cuando arrancamos pudimos ver como su manada estaba escondida, no se querían ir, los licaones tienen una estructura familiar muy marcada y no querían dejarlo solo; además pudimos escuchar como aullaban. Por cierto, los licaones o Wild Dogs (perros salvajes) son muy difíciles de ver; en Kruger hay muy pocos ejemplares así que tuvimos muchísima suerte al poder ver unos cuantos el primer día (de hecho no volvimos a ver en los siguientes 5 días).

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Justo al lado de la manada de licaones, había un búfalo que pastaba tranquilamente escondido entre los árboles.

Llegamos a nuestro campamento; Pretoriuskop y además de hacer el check-in reservamos un Sunset Drive para el día siguiente en el otro camp donde dormiríamos.

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Todas las reservas para dormir dentro de Kruger las debéis hacer a través de la páginas de Sansparks y hacerlo con la mayor antelación posible (esto es importantísimo)

Después de instalarnos en nuestro hut de ese día, fuimos a la tienda a comprar provisiones para los desayunos y almuerzos e incluso algunas comidas.
Salimos a dar una vuelta por los alrededores antes de que anocheciese y cuando nos volvíamos al campamento (estábamos algo cansados… de tanto coche) nos encontramos con un precioso Orix Antílope Azabache (disculpad si no es el nombre correcto…).

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El día no podía haber resultado mejor… estábamos tan emocionados que no imaginábamos todo lo que estaba por llegar…

Cenamos en el restaurante del campamento y nos fuimos temprano a dormir para poder aprovechar el día siguiente…