Durante los días previos a viajar a Tailandia me surgieron muchas dudas respecto a las Phi Phi Islands, me planteaba si merecería la pena cambiar los planes y desmontar un poco lo que teníamos claro; teníamos todas las noches de hotel reservadas en Ao Nang, y dicho sea de paso, el hotel nos encantaba… pero finalmente y por mis miedos al tiempo (y visto lo visto, hicimos lo mejor) cambiamos casi a última hora los planes y decidimos que nos iríamos a pasar dos días a Phi Phi en lugar de hacer excursión desde Ao Nang.
El día anterior habíamos comprado los billetes del ferry (400 bths por persona) de Ao Nang a Phi Phi.
Bajamos a desayunar tranquilamente y a eso de las 9.30 nos pasaron a buscar para llevarnos al embarcadero y coger el ferry a Phi Phi.
A todo esto y como muchas de las cosas que te venden… el ferry no tenía nada que ver con lo que te muestran en las fotos, aquello era una cosa bastante cutre y petado de gente…
El día la verdad es que estaba estupendo, el mejor desde que llegamos a Ao Nang… Un solazo que no me lo podía ni creer.
A eso de las 11.30 llegamos a Phi Phi Don y tras encontrar al personal de nuestro hotel que nos esperaba para llevarnos al mismo.
Hacemos el check in los primeros del grupo que fuimos al hotel pero fue imposible conseguir habitación más cercana a la playa, porque además el personal de recepción era de un borde increíble. Así que nos tocaba subir cuestas para llegar a las habitaciones… Este hotel son como casitas en la ladera digamos; pero aun así tuvimos unas vistas espectaculares desde la terraza de la habitación; una gozada la verdad.
De este hotel es del único que tenemos quejas, ya que además de que al hacer el check in la amabilidad del personal brilló por su ausencia; al llegar a la habitación y ver el baño no tuvimos más remedio que bajar a quejarnos ya que el baño estaba sucio, atascado y con un plástico de una cuchilla de afeitar en la ducha… pues se tomaron bastante mal nuestra queja…
Salimos ya a dar una vuelta por la isla. La idea de habernos trasladado a Phi Phi era poder ver Maya Bay con la menor cantidad de gente posible. Mi idea era contratar a un barquero que nos llevase a las 7 de la mañana… pero claro yo no contaba con el tema de las mareas, la mala mar etc… El día se nublaba a ratos así que para no correr riesgos, decidimos contratar en una agencia el Sunset Tour por Maya Bay, por el que pagamos 600 baths por persona en una especie de ferry pequeñito.
Para hacer tiempo, nos tomamos una cerveza y ya picamos algo en un sitio al que volveríamos más veces durante nuestra estancia en Phi Phi; un local que desde aquí os recomiendo a todos: se llama Thank You, y está camino del embarcadero.
A todo esto, deciros que a nosotros nos dio la impresión de que aún queda mucho por hacer tras el paso del tsunami, de hecho vimos zonas bastante destartaladas aun.
A las 14.00 puntuales salió nuestro barco y empezamos la excursión, no éramos demasiada gente y aunque el día se había nublado un poco no estaba del todo malo.
De camino a la primera parada, vimos cómo estaban rescatando a un Long Tail que se estaba hundiendo , mirad las fotos y juzgad vosotros mismos ¡!!
La primera parada se trataba de Sawn Haad, o Monkey Beach; a la que teníamos que llegar o bien a nado o bien en barca… decidimos tirarnos al agua desde el barco e ir nadando a la orilla.
Y enseguida entendimos el nombre de la playa, ya que está literalmente tomada por los monos. Y ojito con ellos porque pueden llegar a ser agresivos.
La playa es mínima, 100 metros como mucho, así que tampoco se puede hacer mucho por allí; además que apenas hay playa así que a nada que suba la marea no hay playa.
Volvimos a nado al barco y de nuevo en ruta pasamos por la Viking Cave en la que no paramos porque al parecer solo pueden acceder un número determinado de grupos, o eso nos dijeron a nosotros.
La siguiente parada fue Piley Lagoon; aquí estuvimos un buen rato haciendo snorkel y practicando kayaking (y comprobando lo torpes que podemos llegar a ser… chocando con alguna barca y con las rocas…).
Este sitio nos gustó mucho, y estuvimos un buen rato por allí disfrutando mucho ya que no había mucha gente por allí.
Y ya tocaba el plato fuerte, y me atrevería a decir uno de los platos fuertes del viaje: Maya Bay.
Como el mar estaba algo revuelto y a esa hora la marea estaba baja, no podíamos llegar con el barco a Maya Bay, así que la parada era en Loh Samah Bay.
Llegar a Maya Bay fue toda una aventura porque tuvimos que nadar a la orilla, caminar por unas rocas y unas grutas pequeñas y luego subir por unas cuerdas y “escalar” para llegar al camino que nos llevaría aquí…
Nos pareció espectacular nada más llegar, y aunque el día no acompañaba del todo ya que no lucía el sol ni teníamos un cielo azul de esos de foto y la marea estaba demasiado baja; el sitio nos encantó.
Me pareció un sitio fascinante pero sobre todo pienso que fue un acierto hacer la excursión a esta hora porque éramos muy poca gente lo que hizo que disfrutáramos mucho más de la visita.
La recorrimos de cabo a rabo disfrutando de algunos rincones, y relajándonos disfrutando tan solo del momento.
Para volver había que deshacer el camino; es decir, vuelve a subir por unas cuerdas, baja por ellas, vuelve por unas rocas, pasa por las grutas y nada hacia el barco… toda una aventura pero que mereció muchísimo la pena. Estoy seguro que si hubiésemos cogido la excursión el día siguiente por la mañana no la hubiésemos disfrutado tanto.
Ya en el barco, nos dieron arroz al que quisiera, fruta fresca, zumos, agua o café (bueno algo al que malamente se puede llamar café jejeej); pero no pudimos disfrutar del atardecer porque la zona por la que se ponía el sol estaba cubierta…
Tenemos un recuerdo precioso de esta tarde, porque nos encantó Maya Bay, ya os digo que estábamos prácticamente un par de excursiones… Me pareció un paraíso…
Cuando llegamos a Phi Phi Don, volvimos al hotel a dejar las cosas y darnos una buena ducha antes de salir a cenar.
Escogimos un restaurante al lado de la playa bastante caro por cierto, lo que subía aquí en Phi Phi más que en otros sitios era la cerveza pero bueno, estábamos a gusto ya que los propios camareros del bar hacían una especie de show con antorchas muy chulo.
Estuvimos un buen rato allí y nos fuimos hacia el hotel; estábamos bastante cansados pero muy satisfechos, objetivo Maya Bay: cumplido.
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