Aprovechando que llegamos a tiempo de Dachau, nos fuimos directos a uno de nuestros “must” durante nuestra estancia en Múnich: el ViktualienMarkt.
Ubicado en pleno centro de la ciudad; justo al lado de MarienPlatz, se trata del mercado más antiguo de Múnich y antiguamente estaba en lo que ahora es la MarienPlatz pero por un decreto en 1807 se decidió su ubicación actual.
ViktualienMarkt significa “mercado de viandas o mercado de avituallamientos”.
El ambiente que vais a encontrar allí es tremendo, desde bien temprano podréis comprobar cómo se reúne la gente a comer y a beber, a realizar sus compras cotidianas; pero sobre todo a beber cerveza… Y es que si una cosa se hace bien en Múnich es beber cerveza.
A través de más de 140 puestos podréis pasear entre frutas y verduras, quesos, carnes, artesanía, flores, productos de higiene personal o golosinas entre muchas otras cosas.
Además de eso tenéis varios puestos de comida preparada y alguna cervecería en la que sentarte a disfrutar del ambiente y del ir y venir del personal.
Su horario es de lunes a viernes de 10 de la mañana a 6 de la tarde y los sábados de 10 de la mañana a 3 de la tarde.
Si no queréis meteros en un restaurante o cervecería a comer, podéis aprovechar y comer por aquí algunos de sus exquisitos bocadillos (nosotros probamos uno con una salchicha con una especie de torrezno que estaba exquisito) mientras os tomáis una buena jarra de cerveza alemana.
Además de eso a lo mejor podéis coincidir con alguna de las festividades que se celebran en él, que son varias: día del arenque, día de los cerveceros, martes de carnaval, fiesta del verano…
Otro de los puntos de interés en una visita a Múnich es el Englishcher Garten, el pulmón verde de la ciudad.
El “Jardín Inglés” con sus más de 400 hectáreas es uno de los parques urbanos más grandes del mundo. Tiene más de 78 caminos y digamos que está dividido en dos partes siendo la parte norte la que más visita el turista.
Después de pasear por varios caminos y descansar tranquilamente en alguna de sus zonas tranquilas, llegamos al templo de estilo griego donde estuvimos sentados un buen rato (con un montón de gente más) disfrutando de la tarde y descansando un poco las piernas que ya nos pedían un parón.
Como en Central Park, veréis a multitud de gente haciendo deporte, comiendo, jugando con sus perros, leyendo, dibujando… o simplemente como nosotros dejando pasar la tarde.
Nos dirigimos a otro punto de interés dentro del parque, la gran pagoda china que alberga una cervecería en la que os podréis relajar tomando unas jarras de cerveza, comiendo (o cenando) con el resto de ciudadanos (de verdad que es increíble lo divertida que es esta ciudad).
El sol iba cayendo ya así que nos dispusimos a salir del parque no sin antes pasar por el conocido Eisbach donde pudimos ver a los surfistas cogiendo las olas en plena ciudad.
Me lo habían contado y había visto imágenes pero de verdad que resulta muy curioso ver cómo en pleno centro de la ciudad y en una ciudad sin playa los surfistas se enfundan sus neoprenos, cogen sus tablas y al lío ¡!
Múnich es una ciudad sorprendente, y aunque no lo parezca tiene muchas más cosas que las cervecerías (aunque estas últimas son parada ineludible ¡!!).