Ese día nos levantamos un poco más tarde y un poco triste… Era nuestro último día en Roma… Pero bueno teníamos toda una mañana para disfrutar y aprovechar al máximo.

 Nos fuimos a desayunar tranquilamente con vistas a Santa Maria Maggiore y entramos después en un supermercado a comprar un poco de pasta.

Regresamos al hotel a recoger las maletas y como hasta las 14.30 no nos iríamos hacia el aeropuerto las llevamos a la consigna de Termini.

 Nos dirigimos a San Carlo y esta vez sí que tuvimos suerte y la encontramos abierta, es muy pequeñita y lo que destaca de ella es su forma; yo lo que más destacaría son las 4 fuentes que hay en las 4 esquinas de la calle.

 Nos fuimos de compras tranquilamente a la Via Nazionale a algunas tiendas aprovechando las rebajas; y después fuimos subiendo hasta Piazza Reppublica para ver la curiosísima Santa Maria degli Angeli. Ubicada en las antiguas Termas de Diocleciano, no te imaginas un interior tan bonito, con unas estatuas gigantescas y un curioso meridiano con los signos zodiacales.

 Estaba siendo una mañana muy relajada así que nos fuimos a tomar a un mcdonald’s cercano (tradición viajera jejeje) y después nos fuimos a un local cercano a comer nuestros últimos trozos de pizza al taglio romana…

 Paseamos un rato por última vez de camino a Termini, donde cogimos el autobús que nos llevó a Ciampino…

 Me monté muy triste en el avión pero satisfecho de nuestras vacaciones romanas.

Todo había salido perfectamente bien; y pensando en el próximo viaje, pero eso ya es otra historia…

 QUANTO SEI BELLA ROMA ¡!