Tras salir de Key West a las 07:30 de la mañana, comenzaba nuestra última etapa del viaje por Florida y los estados del Sur. En este post os contamos qué ver y hacer en Miami en dos días.
Teníamos que deshacer todo el camino para llegar a Miami desde los Cayos.
Sólo hicimos una parada en el camino para desayunar tranquilamente en uno de los pocos sitios que encontramos abiertos.
Teníamos poco más de 3 horas de camino que se convirtieron en algo más de 4 por la parada técnica y algo de tráfico que encontramos llegando a Miami.
Alojamiento en Miami.
Aquí podéis leer nuestra experiencia en el enlace de hoteles del viaje. Os recomendamos buscar y mirar mucho porque dormir en Miami Beach es caro… quizá compense quedarse en otras zonas pero nosotros al pasar tan solo dos días allí, decidimos quedarnos en todo el meollo.
Recordad que en muchos hoteles os cobrarán además del precio de la reserva una tasa por utilizar los servicios como wifi o piscina y además el impuesto de la ciudad.
Booking.comOtro tema que tenéis que tener en cuenta es el parking; al menos en Miami Beach aparcar es carísimo… tanto que optamos por pagar el parking del hotel porque nos salía más barato que aparcar en la calle.
Coche de Alquiler en Miami.
Aunque en la parte turística de Miami (Ocean Drive y Miami Beach más bien) podéis recorrerla a pie, hay ligares más alejados como Little Havana, Key Biscaine o Fort Lauderdale en los que más que recomendable moverse en coche.
Qué ver y hacer en Miami en dos días.
Después de registrarnos, guardar maletas y el coche nos fuimos a la calle de nuevo dispuestos a patear Miami Beach.
Nada más salir del hotel ya nos dimos de lo que nos esperaba al menos en esa zona de Miami Beach: exceso, chonismo, y mucho olor a marihuana…
Ocean Drive.
Si hay algo típico que ver y hacer en Miami es recorrer de arriba a abajo Ocean Drive.
Lo primero que hicimos fue pasear por Ocean Drive, una de las calles principales y más famosas de Miami Beach. Tenía mucho interés en visitar Ocean Drive para poder ver de cerca los famosos hoteles Art Decó.
Tengo que confesaros que no sabemos si es porque estaba todo aquello atestado de coches, gente, y sobre todo una fauna un poco particular, nos sentimos un poco decepcionados a la vez que abrumados.
Coches de lujo (que mucha gente alquila por horas simplemente para lucirse en Ocean Drive), cuerpazos (en todos los sentidos) encima de los coches, tangas minúsculos, siliconas, músculos dorados… todo eso concentrado en apenas un par de kilómetros…
Aun así, disfrutamos del paseo haciendo fotos a las fachadas en tonos pastel tan características de esa calle.
Nos metimos en el restaurante de Gloria Estefan a tomar un par de cervezas y nos sorprendió que no había nadie dentro más que un grupo de turistas que estaban haciendo un tour gastronómico.
Cuando terminamos nuestra pequeña ruta por Ocean Drive fuimos a comer a una de las calles paralelas y entramos en una pequeña cafetería, «Shepher Artisan» donde comimos un par de sándwiches con mozzarela, cerveza (de lata) y un ice coffee por 30 dólares. Muy caro, pero esto es Miami Beach.
Queríamos aprovechar un poco el hotel así que como estábamos al lado, volvimos y nos fuimos un rato a la piscina a descansar un rato.
Sobre las 16.30, salimos de nuevo porque teníamos un plan muy especial: habíamos quedado para conocer a Belén, una chica madrileña que había conocido por Instagram y que lleva afincada 5 años en la ciudad. Su nombre en Instagram es @alo_miami y es una joya. Nos recogió en la puerta del hotel y nos fuimos de ruta con ella por diferentes zonas de Miami.
Little Havana.
La primera visita fue una de las zonas imprescindibles de la ciudad: Little Havana.
Esta zona es conocida porque es la zona donde los disidentes cubanos que escaparon del régimen castrista se instalaron años atrás.
Todo allí gira entorno a la conocida calle 8 y el parque Máximo Gómez. Allí la vida transcurre de otra manera.
Estuvimos un rato observando a los jugadores de ajedrez y dominó pero no quise hacer demasiadas fotos porque no quería molestarles.
Pero lo que más me gustó de esta zona fueron los murales de algunas paredes.
A nosotros nos gustó mucho esta zona (fuimos dos veces) y creemos que es una de las cosas que
Wynwood.
Belén nos preguntó dónde queríamos ir y le dijimos que nos llevase donde quisiera, así que volvimos al coche y nos llevó a otra zona ahora muy de moda en Miami: Wynwood, una zona industrial en plena reconversión y con una zona de graffitis que mejor es verlos a que os cuente nada…
Nos gustó muchísimo esta zona, además había un ambientazo increíble. Apuntad Wynwood como otra de las zonas imprescindibles en Miami.
South Point Park.
Volvimos al coche ya casi para despedirnos de Belén que nos dejó en otro de los puntos más característicos de la ciudad: South Point Park, para disfrutar de un precioso atardecer con vistas al skyline de Miami.
Si lees esto Belén, millones de gracias por esa tarde tan fantástica y por esa tarde tan agradable. Fue un placer poder desvirtualizarte, y a vosotros que estáis leyendo esto, seguidla en Instagram porque aprenderéis además de inglés, muchísimas curiosidades de la vida americana.
Por nuestra parte después de pasear por esta zona (ya se había escondido el sol por lo que no pudimos ver atardecer del todo) volvimos caminando a Ocean Drive para ver los famosos neones de la calle.
Nos gustó más de noche que de día, porque la calle estaba cortada y se podía disfrutar mucho más del paseo y del ambientazo por la calle.
11th Street Dinner.
Para cenar escogimos un dinner muy auténtico y recomendable (quizá un pelín caro) pero la verdad que el sitio es muy chulo y merece la pena; es el 11th Street Dinner. Pedimos unos calamares, unas costillas y una cerveza y pagamos 45 dólares. Muy caro la verdad… pero bueno, estuvimos muy a gusto cenando en un dinner con un ambiente muy típico americano.
Estábamos bastante cansado así que volvimos caminando al hotel que estaba muy cerca y nos fuimos a dormir preparando antes la ruta del día siguiente.
Española Way.
Nuestro segundo día en Miami lo comenzamos con un paseo por la calle Española Way, una pequeñísima calle con tiendas y restaurantes; dicen que con encanto español, nosotros poca cosa española le vimos excepto el nombre la verdad, pero la calle es muy bonita y agradable para pasear, además nos pudimos tomar un cortado que estaba muy rico en una cafetería italiana.
Continuamos la ruta por una de las calles comerciales y más conocidas de Miami Beach: Lincolm Road, una avenida llena de tiendas y restaurantes, pero era temprano y aun estaban abriendo las tiendas así que recorrimos la calle entera mirando los escaparates y entrando en alguna de las tiendas que iban abriendo.
Decidimos volver a acercarnos a visitar Little Havana porque nos quedamos con las ganas de callejear un poco y sobre todo probar la famosa comida cubana.
Después de recorrer de nuevo las calles de Little Havana y seguir haciendo fotos a las bonitas paredes del barrio, entramos a comer (gracias a Tremendo Viaje por la recomendación) en The Pub donde pudimos probar auténtica comida cubana (además de cerveza).
Ya habiendo visitado un poco más a fondo Little Havana tenemos que deciros que nosotros nos esperábamos un poco más de esta zona, quizá la esperábamos algo más grande, pero si que es cierto que guarda un encanto muy particular y que es imprescindible visitar la zona.
Key Biscaine.
Volvimos al coche (por cierto, si coméis en The Pub podéis aparcar el coche en el parking de manera gratuita) y nos fuimos a visitar un lugar del que nos habían hablado muy bien: Key Biscaine.
Tras pagar 8 dólares de tasa de parque estatal, aparcamos el coche y fuimos a visitar la amplísima y bonita playa de Cayo Vizcaíno.
El faro es precioso y además había muy poca gente en esa zona lo que hizo que pareciese aun más bonito.
Se puso a llover muy fuerte durante media hora así que aprovechamos a refugiarnos en el bar y tomarnos un par de zumos mientras esperábamos que escampase.
Creemos que Key Biscaine es una de las cosas más bonitas que ver y hacer en Miami,
Para la siguiente visita fuimos un poco perdidos, porque queríamos visitar Virginia Key que habíamos visto que tenía una playa preciosa, pues bien… entramos a un sitio que se supone era correcto y pagamos 5 dólares por acceder… pero aquello la verdad que no pintaba nada bien, más que un parking vacío y una especie de parque bastante cutre y como abandonadillo.
Fuimos por otro camino a lo que pensamos que es Virginia Beach... vimos a una modelo haciéndose fotos en la orilla y unas casetas en la playa, pero aquello distaba mucho de las fotos idílicas del señor google… quizá el huracán que había pasado por allí meses atrás había dejado la playa así…
Dimos por finalizadas las visitas del día y nos fuimos al hotel a descansar y darnos un chapuzón en la piscina y hacer un poco de tiempo para la cena. Escogimos un italiano cercano ( y creemos que conocido en la zona): Fratelli Buffala. Muy recomendable, estaba todo muy rico y cuentan con horno de leña para las pizzas. Cenamos un plato de pasta, una pizza y una cerveza italiana por 36 dólares.
Miami Beach.
Miami Beach es una de las cosas imprescindibles que ver y hacer en Miami, es el meollo digamos junto con Ocean Drive.
La último mañana en Miami no podíamos pasarla en otro sitio que no fuese la playa que da nombre a esa zona de la ciudad: Miami Beach.
La verdad que no la imaginábamos tan grande, nos gustó mucho la verdad y como era temprano aun no había demasiada gente.
Dimos un último paseo por Ocean Drive de camino al hotel donde hicimos el check in y recogimos todo. Dejábamos Miami para volver a Fort Lauderdale a coger el avión de vuelta.
Fort Lauderdale.
Visitar Fort Lauderdale es otra de las cosas que ver y hacer en Miami (más bien en los alrededores).
De Fort Lauderdale tan solo podemos decir que lo poco que vimos nos gustó muchísimo… paseamos por Las Olas Boulevard, una zona de lujo con canales y mansiones de esas con las que uno sueña con tener alguna vez…
Además llegamos a su paseo marítimo que nos pareció muy bonito y agradable y con una playa preciosa. Un lugar al que nos gustaría volver para visitarlo bien.
De camino al coche, me pude parar en estar pared que se ha convertido en una de mis paredes preferidas del mundo… ya sabéis lo que me gustan esos animales.
El resto ya se sabe… vuelta a España y a soñar con nuevos destinos. Queda muy claro por qué nos encanta Estados Unidos, nos sentimos cómodos allí y la facilidad que dan al viajero en pocos lugares te la dan.
Por supuesto… Volveremos !