Nuestro segundo día en Tokyo, comenzaba de nuevo muy temprano… (tónica general en todo el viaje). Desayunamos un café de lata con un bollo que compramos en una local al lado del hotel y cogimos el metro ya que nos venía mejor para ir a Beya Araisho.
Nos apetecía ver algo de Sumo, pero no había campeonato en nuestras fechas y además para ver los entrenamientos no nos apetecía estar sentados de rodillas más de dos horas. Así que buscamos un sitio desde donde verlos desde fuera y fuimos a Beya Araisho (que por cierto nos encontró un poco encontrarla) y al llegar nos llevamos un chasco tremendo porque además de estar cerrada había un cartel que ponía que tampoco había entrenamientos en ese periodo como veis en el cartel…
Algo desilusionados, nos fuimos a tomar un café a rehacernos el plan. Así que después de la clavada (un café con hielo y un cola cao, 1250 yenes) volvimos al metro hasta la parada del Museo EDO.
Y aquí reconozco que tuvimos un fallo de principiante… ya os comentamos que este viaje a Japón por diversas razones no lo llevamos todo lo bien preparado que nos hubiese gustado; pues bien, no miramos los horarios de algunas cosas como el Museo EDO y resulta que al llegar estaba cerrado (era lunes)… así que ale, otro chasco más…
Pero bueno no pasa nada; estas cosas pasan así que a por el plan C; adelantamos visitas y listo…
Fuimos caminando por el río viendo la Tokyo Skytree o el Asahi Beer Hall (el edificio con esa especie de llama encima) hasta que llegamos a la zona de Asakusa, fue un paseo majo hasta llegar hasta allí, sobre todo las vistas desde la orilla del río.
Asakusa es una de las zonas más tradicionales de Tokyo, y donde aun se puede «respirar» un poquillo del ambiente Edo.
Llegamos a uno de los puntos fuertes de la mañana y otra de las cosas que más me apetecía de Tokyo: visitar el Sensoji.
La primera puerta; Kaminarimon, con su gran farolillo rojo enorme y sus dioses custodiando la entrada es incréible; hay que pasar por ella porque es realmente preciosa.
Antes de llegar al recinto principal, tenéis toda una calle de puestos de souvenir de todas clases y precios; algunos muy cutres más baratos, y otros verdaderamente elaborados y más caros… Nosotros compramos aquí unas postales preciosas. Había verdaderas maravillas: paneles, figuras, telas…
Sensoji es el templo más antiguo de Tokyo y está dedica a la diosa Kannon. Es un hervidero de gente, ya que anualmente lo visitan más de 20 millones de personas; a mi me pareció muy bonito: la gran puerta,los dioses custodiando las entradas, pero sobre todo la tranquilidad que se respira en todo el recinto a pesar de la cantidad de gente que hay, la pagoda…
Me pareció un sitio muy especial; además el barrio donde está (Asakusa) es un distrito de geishas y tiene calles adyacentes verdaderamente preciosas. Por cierto, no esperéis ver geishas por aquí (creo que hay unas 45 trabajando por la zona; pero es realmente complicado verlas por aquí; o al menos eso tenemos entendido).
Me encantaron sobre todo los grandes farolillos rojos de las puertas; si no me equivoco se llaman Chôchin (提 灯).
Estuvimos un buen rato paseando por la zona y visitando el otro templo: Asakusa jinja (el Chingo-do estaba cerrado y la pagoda de 5 pisos estaba en obras).
Allí nos hicimos una foto con una simpática japonesa que pillamos sola; no sé si le hacía más gracia a ella o a nosotros !! La verdad que son verdaderamente amables, y siempre están dispuestos a hacerse una foto !!.
Retrocedimos para salir por la zona lateral y nos fuimos a la bonita calle tradicional Denbonin, donde nos metimos en un sitio que recomendaban para comer tempura. El sitio se llama «Daikokuya» y sin duda es un acierto.
La tempura es realmente espectacular, y el sitio es muy bonito, un restaurante completamente tradicional. Probamos un plato grande con 2 gambas, una mezcla de tempuras, y un bol de arroz (y agua) por 1750 yenes.
Paseamos un poco más por esa calle haciendo alguna foto a las puertas tan bonitas que tienen o viendo los contrastes de calles muy tradicionales, con negocios muy modernos (como el famoso Don Quijote).
Cogimos de nuevo el metro; siguiente objetivo: visitar Kappabashi Dori, la famosa calle de las tiendas con las réplicas de los platos de comida.
Nos quedamos totalmente alucinados: tenéis réplicas exactas de absolutamente toda la comida que veis en Japón.
Es increíble, no os podéis hacer una idea de todo lo que hay; y la cantidad de tiendas de todo tipo: réplicas, ropa de trabajo, palillos, cosas de cocina, muebles, papelería… de todo !!!
Estuvimos paseando calle arriba y abajo un buen rato y aprovechamos para comprar un par de cosillas y algún regalo.
Disfrutamos muchísimo de esta zona; tanto es así que casi olvidé a hacer fotos y apenas he podido rescatar un par de ellas… (pero lo importante es que lo disfrutamos…).
Volvimos al metro y cargamos 2000 yenes en las pasmo. Aquí os tengo que decir que cometimos otro fallo y os lo comento para que no os pase. Ese día tiramos de metro, y no compramos pase: error !!! Hay pases de metro de día por 650 yenes… pero no caímos en la cuenta hasta que nos los recordaron unos conocidos al final del viaje… Así que ya si tenéis pensado utilizar el metro; os compensará totalmente.
Nos fuimos a coger la línea Yurikamome hasta Daiba para visitar la zona de Odaiba, una especie de monorraíl elevado que cruza toda la bahía por el Rainbow Bridge. El viaje está fenomental, las vistas desde el tren son espectaculares, ya solo por eso merece la pena acercarse hasta allí y cogerlo.
Odaiba es una isla artificial, donde mucha gente recomienda pasar un día entero… nosotros tan solo estuvimos unas horas aunque con los centros de ocio que hay, si os interesa si que se podría pasar mucho más tiempo allí.
Cuando llegamos fuimos directamente a ver la réplica de estatua de la libertad desde donde se tienen una vistas de Tokyo fenomenales. Por cierto, como curiosidad decir que esta estatua es una réplica de la de París no de la de Nueva York.
Paseamos hasta el centro comercial Divercity donde se encuentra la famosa estatua de Gundam (una serie muy conocida en Japón). A pesar de haberla visto en fotos no me la imaginaba tan grande como es.
El centro comercial, no merece mucha mención en el sentido de que es como tantos otros; tiendas y más tiendas… Eso si, lleno de japoneses xD.
Como teníamos algo de hambre (eran sobre las 5…) bajamos a la zona de abajo de restauración y comimos de nuevo tempura (menos cantidad, unas 4 piezas) por 490 yenes.
Nos hubiese gustado ver atardecer allí; pero era muy temprano aun así que preferimos volvernos a Tokyo y aprovechar para visitar Shibuya así que volvimos al monorraíl.
Al salir de la estación ya te das cuenta de todo el barullo y el ambientazo que hay por allí. Nos hicimos una foto con el famoso perro Hachikô; del que cuentan que acompañaba a su dueño a la estación y volvía a recogerlo cuando el dueño regresaba; hasta que el dueño un día no regresó y el perro siguió acudiendo hasta que el pobrecico también murió…
Pero lo realmente conocido (además de sus neones) es el famoso cruce de Shibuya… Subimos a Starbucks a verlo bien… y era realmente hipnótico !! que cantidad de gente !!!! y lo más curioso es que nadie se toca ni se tropieza !!.
Otro de los sitios donde podéis tener unas vistas muy buenas (y gratuitas) es desde la planta 11 del Edificio Hikarie (del que parte es un centro comercial).
Cuando bajamos; además de dar una vuelta por la zona, fuimos a una calle de bares tradicionales que me encantó: Nombei Yokocho; que puede ser algo así como el «callejón de los borrachos».
Todos los bares tienen muchísimo encanto y se conservan tal y como eran; eso sí, son la mínima expresión se llenan con poca gente. No pudimos entrar en ninguno porque apenas había sitio, pero además de eso los precios eran algo escandalosos (al menos para nuestros bolsillos occidentales).
Estábamos ya algo cansados, así que nos volvimos de nuevo a Ueno y nos fuimos a cenar a Ameyoko. Esta zona no os la podéis perder, porque para nosotros es de lo mejor de Ueno y de Tokyo… El ambiente es genial; muy juvenil de hecho. Cenamos unos yakitoris de pollo por 620 yenes.
Como veis el día dio mucho de si… pero no os asustéis; es lo que pasa cuando sales del hotel a las 7.30 de la mañana !!
Nos encantó sobre todo la zona de Asakusa con ese aire tan tradicional mezclado con lo moderno de la ciudad y nos pareció muy recomendable la zona de Shibuya de Nombei Yokocho; a pesar de no entrar en ningún local, nos gustó pasear por allí.
Os cundió el día si! lástima de lo que estaba cerrado…
Nosotros vamos a volver a frikear en Odaiba con calma, ya nos conoces xD y espero que esta vez sin tifón jajaja
Y a ver que tal el paseo por Nombei yokocho…que también me lo perdí!!
pintaza los paltos…que ganas de volver y pasear por ameyoko de nuevo ^_^
un abrazo
Gracias Vero !!!! Si os gusta la tempura el de Asakusa es riquísimo !!!!
Si vuelvo a Japón espero ver un atardecer desde Odaiba !
Un abrazo
Me encanta el post. Me has hecho volver a Tokio por un ratito. Genial todo David, menos lo del sumo, claro
Muchas gracias Mónica, volveremos en unos años no? a ver sumo aunque sea !!! Un besico !
Una pena los «chascos» de la mañana, pero compensasteis el día… Vaya que sí! Nos encanta el Senso-ji, y la calle Kapabashi; allí es donde Sergio se compró su cuchillo que única y exclusivamente utiliza para hacer sushi…jiji.
¡Genial el post! ¡Un abrazo!
Muchas gracias por pasaros por aquí !!! Kapabashi nos encantó ! era flipe tras flipe. Que bueno lo del sushi !!!! Y el Senso-ji a pesar de que los hay mucho mas bonitos, no sé… me encantó !!!
Me esta encantando. ESperando con ansia el tercer dia!!
Gracias Elena !! lo próximo un post – guía de Disney. Un besico !