Uno de los días clave de nuestra ruta por Sudáfrica había llegado y como no teníamos nada en la bandeja de entrada (el tiempo estaba algo regular y podría haber cancelaciones) cogimos el coche y seguimos con el plan establecido: ir a Gansbaii a para hacer una inmersión para ver tiburones blancos.

De camino os aseguro que mis nervios iban in crescendo… me dolía el estómago y no podía evitar estar cada vez más nervioso.

Alberto se marea muchísimo normalmente y yo estuve 10 meses insistiéndole en que era él el que más interés tenía en bajar a la jaula, así que mareado o no tendría que bajar.

Llegamos al punto de encuentro de la empresa elegida: Shark Cage Diving del famoso capitán Brian Mcfarlane. La escogimos por sus buenas referencias tanto en el foro como en tripadvisor; tenéis que reservar en su web www.sharkcagediving.net/ y se paga allí. Nosotros pagamos alrededor de 128 euros cada uno.

1

Al llegar te dan unas hojas para que rellenes, de tipo de exención de responsabilidad, datos etc… y te dan un desayuno bastante completo. Yo en ese momento pensaba en si desayunar o no… no dejaba de pensar que estaba muerto de miedo, para qué os voy a engañar.

Una vez fuera, te dan un chubasquero, que te puede quedar enorme, o pequeño, según la suerte que tengas o lo rápido que seas en cogerlo…

2

Nos montamos en el barco y ya notamos el viento y el aire que hacía, el mar estaba movido pero como el barco de momento iba rápido no notamos demasiado. Incluso parecía que salía el sol a ratos, parecía que íbamos a tener suerte.

Sudáfrica es uno de los lugares del mundo con más grandes blancos, y a ellos contribuye que frente a Gansbaii se encuentren un par de islotes; una de ellas llamada Dyer Island con colonias de focas (principal sustento de los tiburones) y el canal que cruza ambos islotes conocido como Shark Alley.

map-gansbaai

El barco llega a un punto donde se para, y empieza el bamboleo… el oleaje es bastante fuerte y el barco se mueve mucho más de lo esperado… Mi estómago empieza a sentir los nervios…

La tripulación comienza a preparar todo: bajan la jaula y empiezan a preparar la “sopa” con la que se atraen a los blancos…

4

7

El día cada vez es más gris, y empieza a hacer más frío y a llover intermitentemente con algún rayo de sol que salía tímido.

El olor nauseabundo de la “sopa” junto con el movimiento del barco empieza a hacer estragos…

Empiezo a sentirme muy mareado, a encontrarme mal no solo de mareo sino con un fuerte dolor de estómago cuando escuchamos a la tripulación gritar “shark!! ,Shark!!, shark “. Aparece el primer tiburón y salimos en bloque a verlo… ahí estaba paseándose amenazante; pero yo estaba ya tan mal que no pude casi ni hacer fotos…

9

El tiburón blanco (Carcharodon Carcharias) tiene una longitud de entre 4 y 6 metros (los machos son menores que las hembras), pero se dan casos de longitudes mayores, se distribuyen por gran parte del mundo abundando en zonas como Sudáfrica y Australia pero encontrándose en zonas como el Golfo de México, Seychelles,  Hawaii, la costa este de Estados Unidos, Baja California y un largo etcétera. Suelen concentrarse en zonas más cercanas a la costa debido a que gracias a la abundancia de luz y las corrientes marinas, la vida animal es mayor; es decir, más alimento para el tiburón.

Al contrario de lo que mucha gente puede creer, el tiburón blanco no produce tantas muertes en humanos como pensamos. De hecho es más probable que alguien sufra un ictus o un infarto en el agua a que sea atacado por un tiburón. Pero Spielberg no ha contribuido mucho a este especie…

Comienza el primer grupo a ponerse el neopreno… yo mientras tanto ya empiezo a vomitar sin parar y a encontrarme cada vez peor. Alberto no parece estar mal… desde el barco avistamos un poco algún tiburón, de momento tan solo miden unos 3 metros y medio nos dicen… (y yo pensando, nada… solo…).

11

12

Sube el primer grupo, yo ya he perdido la cuenta de cuantas veces he vomitado… y empezamos a ponernos el neopreno, ya no hay vuelta atrás es ahora o nunca… pero mi miedo está empezando a superarme… ¿y si vomito en el agua delante del grupo?. Me pensé muy mucho si bajar a la jaula o no… ¿Pero cómo no iba a hacerlo? Si llevaba 10 meses hablando del tema… tenía que cumplir uno de los sueños viajeros por excelencia de mucha gente; entre ellos, nosotros.

Le dejé mi cámara de fotos a alguien de la tripulación, y solo hay un par de fotos en las que se ve a Alberto.

15a

No importa, tengo que hacerlo… me enfundo el neopreno, me queda grande… y cuando entramos en la jaula… ARRRGGGGG ¡!!!!  el agua más helada en la que habíamos estado nunca, nos entra agua por todas partes, huele fatal, el agua a 12 grados ¡!!!!!. Comienzan los temblores que ya no sé si son de frío… si son de mareo o de qué… Miro a Alberto; que también tiembla, pero su cara denota una emoción tremenda (¿o sería miedo?).

Os aseguro que no hemos pasado tanto frío nunca… y de repente escuchamos “DOWN, DOWN DOWN”!!!… Bajamos y vemos un tiburón mucho más grande que el que habíamos visto desde el barco paseándose frente a nosotros… la sensación de miedo se me mezcla con el malestar y con la emoción…

Instantánea - 7

Instantánea - 1

Instantánea - 3

Pasamos unos 25 minutos dentro viendo a estos fascinantes y misteriosos animales… el último tiburón que vimos antes de salir de la jaula era enorme… inmenso… y ese ojo negro… grande y frío que te miraba fijamente… es otro de esos momentos que se te graban en la mente para siempre.

Instantánea - 4

Instantánea - 6

Realmente creo que no sentimos miedo; y sinceramente estoy seguro de que fue porque el frío que teníamos pudo con el miedo. Lo que si sentimos fue bastante agobio de estar encerrados junto con 6 personas más en la jaula y mucho nervioso por intentar ver a los tiburones el mayor tiempo posible.

Solo he logrado algunas fotos y capturas de video que hice con la cámara acuática (hay alguna más pero insalvable…) no me imaginaba que pudiesen llegar a ser tan grandes, y la tripulación nos dijo que no era de los más grandes…

17

Pero creo que lo mejor es que os enseñe este pequeño video con una recopilación de imágenes de la inmersión… Porque ya sabéis que una imagen vale más que mil palabras.

Video tiburón blanco

Al subir arriba, me puse todavía peor y continué vomitando… pero al menos había logrado bajar y cumplir el objetivo… y además así poder contároslo ahora ¡!

Aun estuvimos un rato más en el barco, temblando, vomitando y con un mareo terrible. Lo único que quería era volver a tierra…

Al rato, comenzaron a recoger todo y nos pusimos rumbo a Gansbaii pasando por el islote de las focas que como os dije sirven de alimento a estos grandes depredadores.

20

21

Cuando llegamos a tierra nos dieron nuestro diploma y un poco de sopa caliente que me sentó muy bien al estómago y me dieron una coca cola para el camino… Yo solo pensaba que me quedaban horas de conducción hasta llegar al siguiente punto…

Poco a poco se me fue quitando el malestar; pero no del todo, ya que el malestar de estómago me duró un par de días más pero al menos no estaba mareado.

Al igual que os dije con las ballenas; si en vuestra ruta vais escasos de tiempo, esta misma compañía ( las demás también) ofrecen el tour desde Ciudad del Cabo; es más caro evidentemente pero te recogen y dejan en Cape Town; lo cual es una opción excelente para la gente que tiene menos tiempo de ruta.

Mientras escribo este post voy siendo consciente de todo lo que vivimos esa mañana; de la majestuosidad de los tiburones, de esa sensación de miedo y emoción en la que no sabes distinguir una de otra… Pero también es cierto que tengo una sensación agridulce de esa mañana ya que no pude disfrutar in situ de la actividad tanto como me hubiese gustado debido al mareo (ni la peor borrachera del mundo me ha producido tanto malestar) y si a eso le sumamos el frío (os aseguro que era terrible). Aun así no nos arrepentimos nada de haberlo hecho; es una experiencia única en la vida (no todos los días tiene uno la oportunidad de verse cara a cara con este animal tan especial).

¿Y vosotros… os atreveríais a hacerlo?