Viajar a Nueva York en diciembre era un sueño por cumplir desde que era un niño. Imagino que el haber crecido con las películas americanas que todos los diciembres inundaban las televisiones y nos enseñaban las calles de Manhattan engalanadas por Navidad.
En este post que escribimos hace unos meses tenéis una guía para viajar a Nueva York en el que explicamos todos los detalles y que ampliaremos la parte referida a Navidad en unas semanas.
Llegó el esperadísimo día después de unas semanas convulsas con varias cancelaciones de apartamentos por parte de Airbnb. En este post tenéis nuestra experiencia de alojamiento en Nueva York en diciembre con Airbnb explicada con detalle.
Para el traslado desde JFK a Manhattan, esta vez utilizamos los servicios de un transfer privado. Nos pusimos en contacto con varias empresas para pedir presupuesto y finalmente y gracias a las recomendaciones de Chavetas, utilizamos la empresa BLACKLANE. Las tarifas dependen de los días y hacia dónde os dirijáis nuestra tarifa era de 103$ por el traslado desde JFK a nuestro apartamento en Chelsea (aunque nosotros fuimos invitados por la empresa, el coste que hemos puesto es real puesto que hicimos una simulación de lo que costaba antes de saber que seríamos invitados). El traslado es comodísimo ya que te recogen en la puerta y te dejan en la puerta de tu alojamiento o donde les digas.
Para dos personas quizá sea algo costo, pero ya sabéis que el traslado en transporte público es barato y muy sencillo (en la guía anterior está todo explicado).
Nada más dejar las maletas en el apartamento, nos cogimos el metro y fuimos directos al corazón de Manhattan y lo que muchos consideran el centro del mundo: Times Square.
Luces, humo, ruido, coches, taxis… y gente, muchísima gente pero da igual. Tu estás allí entre ellos, rodeado de todas personas que como tu están alucinando mirando a todas partes.
Aún recuerdo cuando en 2011 salí de la estación de metro y vi Times Square por primera vez, no podía cerrar la boca. Pues esta vez este viaje ha sido igual de especial o más.
Seguimos caminando por las atestadas calles del centro de Manhattan y llegamos al edificio de la 20Th Century Fox con sus preciosos adornos. Qué bonito estaba todo y qué ilusión tan grande poder estar allí.
Frente a este conjunto de edificios, el mítico Radio City Music Hall con su espectacular árbol y al que volveríamos unos días después a ver un espectáculo.
Y Por fin llegamos al epicentro de la navidad americana (y quizá mundial): el Rockefeller Center y su espectacular árbol de navidad.
Era un sueño y era inevitable acordarme de películas que habíamos visto tanto tiempo como Solo en Casa 2. Estaba tan emocionado que las fotos pasaron a un segundo plano (de hecho la mayoría me quedaron fatal…) pero daba igual estaba disfrutando de la navidad en Nueva York.
Si la pista de patinaje del Rockefeller y su árbol es imprescindible, aun lo es más el la fachada de Saks y la calle que lleva a Rockefeller con sus angelotes iluminados…
Dimos por terminado nuestro pequeño paseo de toma de contacto y nos fuimos a cenar a Shake Shack a probar una de las que puede ser la mejor hamburguesa de Nueva York y muy pero que muy emocionados nos fuimos a nuestro apartamento con la sensación de estar flotando en una nube.
Estas primeras horas en la mejor ciudad del mundo habían dado para más de lo esperado así que nos dormimos con muy buen sabor boca; claro que cómo no íbamos a hacerlo… Estábamos en Nueva York !
Trackbacks/Pingbacks