Cuando viajas por primera vez a Nueva York estás tan alucinado que le haces fotos a todo, sin importar donde… estás con la boca abierta todo el viaje y quizá te olvidas un poco de disfrutar de verdad; es decir, de fijarte más en los pequeños detalles, de pararte a tomarte una cerveza tranquilamente o simplemente de sentarte y ver pasar la vida de la ciudad.
Uno de los barrios que no pudimos conocer y que ahora es uno los barrios más de moda de la ciudad es Tribeca, así que para el día de hoy decidimos hacer un recorrido por algunas localizaciones relacionadas con el cine. Un recorrido desde Tribeca al Village pasando por Chinatown y Little Italy.
Después del desayuno en el apartamento nos fuimos a coger la línea 1 de metro y nos bajamos en Franklin Street.
Estamos en Tribeca buscando el primer punto del día, pero ya de camino callejeando vemos que este barrio es todo un filón. Una zona increíble que parece un decorado en sí mismo. Pareces estar dentro de un set de rodaje porque además estamos prácticamente solos. Además podéis ver en la foto central una casa de estilo holandés (de las pocas que quedan en la ciudad) que actualmente es una preciosa y curiosa tienda de ropa.
En la esquina de Varick Street con North Moore Street nos topamos con el conocidísimo cuartel general de «Los Cazafantasmas», que realmente es una estación de bomberos aun en servicio. Lástima que estuviese todo tapado con andamios… pero pudimos hacer esta foto al cartel que hay en el suelo…
Seguimos paseando por las calles adoquinadas de Tribeca y enamorándonos más y más de esta zona a cada paso que dábamos. Seguimos callejeando buscando la sede del Tribeca Film Center fundado por Robert De Niro y como volvimos a encontrarla nos acercamos un poco más a la casa de estilo holandés que habíamos visto hacía un rato (y que era una antigua licorería, no dejéis de pasar por aquí porque es preciosa).
Seguimos caminando encontrándonos con calles que habremos visto en multitud de series y películas, callejones, amplias avenidas…
Llegamos al Soho casi sin darnos cuenta y pudimos ver el famoso Cortland Alley, un callejón que sirvió de escenario en películas como Los Inmortales, Adictos al amor o Cocodrilo Dundee.
Nada más pasar ese callejón nos encontramos de pleno en Chinatown, un lugar que a nosotros particularmente nunca nos ha gustado mucho así que exceptuando alguna tienda maja en la que entramos lo pasamos de largo y nos fuimos a Little Italy.
Bueno aquí quizá deberíamos hablar más bien de lo poco que queda de Little Italy, porque ya sabéis que apenas queda un trozo de calle y poco más, porque Chinatown se lo ha tragado todo.
Pero el paseo fue muy fructífero porque fuimos a dar al restaurante Onieals, famoso porque las chicas de Sexo en Nueva se reunían por allí… (entramos a tomarnos una cerveza claro).
Seguimos paseando por toda la zona de Chinatown y Little Italy donde aprovechamos para hacer algunas compras pero sobre todo para disfrutar de nuevo del arte callejero y pasando también por lo que era el Mulberry Street Bar un lugar donde famosos con Sinatra o Madonna se han tomado un copazo y que sirvió de decorado para escenas en películas como El Padrino III o Nueve semanas y media.
Pero si hay un grafiti que nos ha encantado de este viaje, es esta Audrey Hepburn increíblemente preciosa.
Llegamos a la St. Patrick Old Cathedral donde Connie Corleone bautizaba a su hijo en El Padrino, y por fin llegamos al famoso Katz’s Delicattessen, conocido no solo por sus super sándwiches de pastrami sino también porque Meg Ryan fingía un orgasmo en «Cuando Harry encontró a Sally». No entramos a probar el sándwich porque había muchísima cola.
Llegamos ya al village… concretamente vamos bordeando Washintog Square y callejeando por algunas calles que bien podían servir de escenario de un día cualquiera en Sexo en Nueva York o Friends (aunque ya sabéis que en Friends tan sólo se utlizó el exterior de un edificio…).
Paseamos por Bleecker Street o Minetta Street. En Minetta Tavern podéis revivir una de las escenas de Brad Pitt en la estupenda «Sleepers».
En 26E 10th, os encontraréis con un enorme edificio, famoso porque tanto Richard Gere, como Susan Sarandon fueron inquilinos del condominio.
En el West Village nos encontramos calles encantadoras como estas y además en el 16 West 11th unas conocidas ventanas: las del genial Dustin Hoffman que decidió vivir en esta zona.
Terminamos nuestra particular ruta en un conocido bar del village, es la hora del brunch y es domingo así que escogemos «The Latern» donde repusimos fuerzas antes de proseguir con los destinos del día.
Este recorrido cinematográfico lo hemos hecho basado en nuestros gustos y con la ayuda de la guía «Nueva York, itinerarios» de Lonely Planet (no nos patrocinan eh, que la compré hace años) que tienen unos itinerarios super majos, y nosotros lo adaptamos un poco a nuestros gustos y al tiempo del que disponíamos.
Paseamos un poco más por la zona y nos fuimos ya hacia la zona sur de Manhattan para cruzar el puente de Brooklyn.
En toda visita a Nueva York que se precie no puede falta una visita a su puente más famoso y cruzarlo hacia el otro lado para pasar a DUMBO.
El puente de Brooklyn es uno de los símbolos de Nueva York y une Manhattan con Brooklyn y tardó 13 años en construirse y desde su inauguración hasta 1889 fue el puente colgante más largo del mundo.
Además mientras cruzas el puente te quedas embobado con las vistas del skyline de Manhattan.
Mide casi dos kilómetros de largo y queda suspendido en el aire mediante cables de acero y en su época fue todo un alarde y una gran obra de ingeniería porque era la primera vez que se utilizaba el acero para construir a gran escala.
Como imaginaréis, hicimos multitud de fotos de todos los ángulos, de un lado y otro… hasta que llegamos al final del puente y nos dirigimos hacia Dumbo, para ver la conocida escena del puente de Manhattan enmarcando el Empire State Building. Esta escena tan cinematográfica es conocida gracias a «Érase una vez América».
Nos fuimos ya hacia la zona de la «playa de Brooklyn» a esperar que terminase de anochecer y hacer alguna foto nocturna.
No nos quedaron muy bien porque en este viaje he optado también por la comodidad y no llevábamos el trípode encima, pero que momentazo!!! Cruzar el puente de Brooklyn al atardecer es uno de los imprescindibles en una visita a Nueva York.
Después de comprar algunos adornos navideños en una tienda del parque, nos fuimos caminando a buscar un metro para ir a visitar las luces navideñas de Dyker Heights.
Dyker Heights está muy lejos de todo… está en Brooklyn si, pero bastante lejos…porque desde que te bajas del metro, aun tienes unos 20 minutos andando. Hay muchos tours para visitar las luces navideñas de Dyker Heights, nosotros optamos a hacerlo por libre gracias a la información del blog «Anuevayork.com».
Tenéis que coger la línea R y bajar en la 86 o la línea D y bajar en la 79th.
Una vez llegas, no puedes dejar de sorprendente, o para bien o para mal, pero no dejas de abrir la boca.
A nosotros nos pareció el exceso navideño en su totalidad, incluso diríamos que algunas de ellas nos parecieron una horterada increíble. No sé, creo que menos es más, y que a veces el exceso queda fatal…
Por ejemplo las casas más famosas, las de Lucy Spatta y las de los Polizzotto nos parecieron un horror.
Luego si que es cierto que algunas están decoradas con más gusto, y con menos exceso… Por cierto, que la mayoría de las casas pagan a empresas porque las decoren (veréis algún cartel con los nombres de las empresas).
A pesar de que la mayoría de las casas nos parecieron un exceso demasiado hortera, la visita merece la pena, es una cosa que hay que ver para poder opinar de ello con criterio.
Dimos la visita por finalizada y de camino al metro nos paramos a comer alguna cosilla. Tardamos bastante en llegar a Manhattan y aun dimos un paseo antes de llegar al apartamento, donde cenamos algo que cogimos del deli y estuvimos descansando mientras preparábamos las rutas del día siguiente.
Menuda ruta!!! Me ha encantado ❤️❤️
Muchísimas gracias !!!